Córdoba

Fábulas para transmitir valores

  • La compañía teatral Atelana usa el 'Libro del Buen Amor' para meterse en el bolsillo a los más pequeños

La literatura clásica llegó ayer al sexto Salón del Libro Infantil y Juvenil, que se celebra hasta el domingo en la Biblioteca Central, de la manos de la compañía teatral Atelana. Con el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita de fondo, el espectáculo trajo a la memoria de los mayores y al conocimiento de muchos niños alguna de las fábulas que recoge esta obra, la más representativa del Mester de Clerecía del siglo XIV. El encargado de presentarlas fue Leonardo, un anciano que sube a su azotea para tender la ropa, donde se encuentra con sus vecinos, el público, al que les narra, con las pinzas, el tendedero y la ropa, la historia de la zorra y el cuervo o el burro y el perro, entre otras. Con estas fábulas, la compañía teatral transmite distintas moralejas, asegura Carlos Pérez, actor que encarna a Leonardo. Entre ellas, está que "la vanidad nos lleva a perder lo que tenemos, que la avaricia rompe el saco o que desear lo que otro tiene no es bueno".

Los niños se mostraron encantados con la actuación y los padres y abuelos que los acompañaban valoraron "la utilización de textos clásicos para fomentar valores, sobre todo, por el planteamiento del montaje, que es muy novedoso", apuntó Marcial Montes, padre de María de los Ángeles, una niña de seis años que pareció entender a las mil maravillas "que los hombres también tienen que tender la ropa". Y es que otro de los objetivos de Entre pinzas y fábulas fue la conducción, manifestó Carlos Pérez.

Los mayores también se sintieron identificados con la representación puesto que el viejo Leonardo hace memoria entre cancioncilla y refrán cómo se vivía antes, cómo se viajaba, pero, sobre todo, "el gran valor que tienen los abuelos a la hora de transmitir sus experiencias y sus conocimientos". Un espectáculo para todos los públicos que con dichos y fábulas de ayer y de hoy se ganó a un público que enseguida se metió en la obra. No había más que mirar la cara de los más pequeños para darse cuenta de que Leonardo estaba logrando lo que a veces parece que sólo llegan a conseguir los videojuegos, y es una atención plena por parte de los revoltosos.

Sandra y su hermana Elisa, de 10 y 8 años respectivamente, aseguraron que llevan participando en las actividades del Salón del Libro Infantil y Juvenil toda la semana, pero no son las únicas. Muchos de los menores que ayer asistieron a este teatro aseguraron que desde que se inició esta actividad, hace ya seis años, vienen todas las ediciones tanto con el colegio como con sus padres.

El objetivo de este salón de fomentar la lectura entre los más pequeños parece que se está cumpliendo, al menos a tenor del éxito de cada una de las actividades que durante esta semana se están desarrollando en la Biblioteca Central.

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