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      Ruta 8: la autopista que no fue, para un trayecto riesgoso


      Ruta 8: la autopista que no fue, para un trayecto riesgosoCLAIMA20110424_0108 CARTELES SOBRAN. PERO NO LA RESPONSABILIDAD OFICIAL Y PRIVADA DE MANTENER LOS CAMINOS EN BUEN ESTADO.
      Redacción Clarín

      La escena ocurre en el puesto de peaje:
      -El peaje cuesta dos pesos, señor.
      - No voy a pagar, por incumplimiento del contrato.
      - Bueno, usted conocerá las posibles consecuencias jurídicas.
      La barrera se abre, y la increíble escena se repite decenas de veces entre los autos que atraviesan la cabina instalada en el kilómetro 66 de la ruta 8, único fruto del abandonado proyecto de la autopista Pilar-Pergamino, que fue planificada, ofrecida al Gobierno y adjudicada en 2006 al empresario Eduardo Eurnekian; anunciada con bombos y platillos por Néstor Kirchner y suspendida hace dos años, cuando apenas habían sido construídos once kilómetros. Montañas de acciones civiles y colectivas, como la que inició el Defensor del Pueblo de la Nación, pelearon para que los concesionarios no pudieran seguir cobrando el insólito peaje para nada.
      El proyecto de la autopista pretendía aliviar una de las rutas más transitadas y peligrosas del país, que serpentea en el corazón de la cuenca sojera y recorre varias ciudades populosas, como San Antonio de Areco, Arrecifes, Pergamino y Venado Tuerto, en su camino hacia Córdoba y San Luis.
      Pero la autopista no está, y en cambio hay una estrecha ruta cuyo asfalto está bien mantenido (excepto entre los kilómetros 82 y 88, y entre los 101 y 182) pero espera al conductor con una nutrida oferta de riesgos. Una banquina que oscila entre el césped y la tierra, convertida en una trampa de barro durante esta Semana Santa de lluvias, permitía ver la profunda huella de despistes y autos encajados en pozos de hasta veinte centímetros de profundidad. Ajena a todo, la empresa concesionaria “Corredor Central” intenta cobrar 2 pesos de peaje en otro puesto del kilómetro 102, en Solís.
      La ruta 8 fue diseñada hace décadas, para unir pueblos que en estos años crecieron y desbordaron los viejos trazados, multiplicando los peligros de choques en todo su trayecto. Sin una sola obra de infraestructura que la modernice, la ruta compone un mecanismo de ruleta rusa con riesgosos cruces de caminos a nivel de la carretera. Los más importantes están en los kilómetros 77 (entrada a Parada Robles), 97 (ingreso a Solís), 110 (peligroso cruce de la ruta 41, que va a Baradero, sin semáforos, señales o policías), 113 (dos cruces importantes para el ingreso a San Antonio de Areco), 129 (entrada al pueblo de Duggan), 135 (camino regional de tierra), 145 (tres entradas importante y varias calles en Capitán Sarmiento), 157 (ingreso al pueblo La Luisa), 173 (ruta regional previa al ingreso a Arrecifes). A éstos se suman decenas de caminos laterales de asfalto, ripio y tierra que cruzan alegremente la ruta 8 en cualquier codo del camino.
      Otra fuente de riesgos es la incoherente presencia de semáforos en los tramos en que su diseño se interna completamente en los cascos urbanos. El récord está en Venado Tuerto, donde la traza se interrumpe con más de quince semáforos programados para que los autos se detengan cada 300 metros como máximo. Otra amenaza a la seguridad es el aventurado diseño de ocho curvas y contracurvas de casi 90 grados que se suceden para intentar disminuir la velocidad de los autos en los pueblos de Todd, Viña, Maguire y Anchorena.
      Todos estos escollos se habrían evitado con la autopista, cuya traza evitaba ingresar a varios pueblos. Héctor “Cachi” Gutiérrez, intendente de Pergamino, cree que “si el Gobierno Nacional hubiese cumplido, hoy la autopista estaría llegando a nuestra ciudad y muchas vidas se hubiesen salvado. La ruta 8 es una de las más peligrosas del país y ostenta un penoso récord en accidentes viales. Pero el año pasado se cayó el contrato, y la Presidenta anunció que el Gobierno se haría cargo de la autopista. Es un engaño más, no hay ningún movimiento en ese sentido, así que seguiremos reclamando”.