Los enemigos
Mas ha dicho que le preocupa el futuro de Barcelona con Ada Colau y Podemos ha advertido al PSOE de que "si no gira, con nosotros no hay acuerdo".
Mas ha dicho que le preocupa el futuro de Barcelona con Ada Colau y Podemos ha advertido al PSOE de que "si no gira, con nosotros no hay acuerdo".
Lo de Valencia tiene algo de fin del mundo cayendo sobre Rajoy, no sólo por lo del delegado del Gobierno, sino por todo lo valenciano que hasta ahora se le ha desmoronado. Lo fácil es exclamarse, lo barato es ser uno más que grita, y es tan fácil la parodia que tendría que avergonzarte participar de ella.
Mis amigos los convergentes no están seguros de apostar en serio para que Trias continúe de alcalde de Barcelona porque temen que la frustración lleve a Ada Colau y a sus adeptos a movilizaciones que colapsen la ciudad.
El padre de Marta del Castillo ha ofrecido una pensión al asesino de su hija a cambio de que confiese su paradero. Le ha ofrecido 20 euros diarios mientras esté en la cárcel, y 18.000 para cuando quede en libertad.
La victoria de Podemos en Barcelona, a través de Ada Colau, ha sido una pijada de un grupo de ciudadanos que viven muy bien, y en una de las ciudades más cómodas del mundo, pero que han querido sentirse especiales votando quejica.
Las dos monjas de la política catalana encarnan, como no podía ser de otra manera, los dos grandes populismos. Una monja haciendo el indio siempre es populista.
Yo no creo que haya en Podemos nadie capaz de ganar en la empresa privada 369.000 euros anuales, y mucho menos de ganarlos y renunciar a ellos para volver a la política por voluntad de servicio.
El trato de normalidad democrática que en general se ha dispensado a Podemos desde los medios de comunicación, ha sido el abono indispensable para que la semilla de su horror pudiera fructificar.
Nada hace sentir tan solo como una mujer. En ningún otro instante de su vida, por aventurada que sea, se sentirá un hombre tan solo, y tan en medio de la nada, como hablando con su mujer cuando la mala leche aflora.
Alan y Katherine Stroock pagaron en 1982 la última renovación del carrusel de Central Park, que ha estado allí desde 1871. Antes de conocerse, y de casarse, los dos los habían disfrutado de niños. Una placa de bronce explica que hicieron su donativo "agradecidos por tantas vueltas felices".