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Lunes, 16 de julio de 2007
   

Enseñanza de la pronunciación a alumnos chinos
 
Por Maximiano Cortés Moreno


Apartado: Desarrollo de las competencias de la lengua
Subapartado: Aspectos fonológicos, fonéticos, ortográficos y ortoépicos, prosódicos. Los fonemas y los sonidos del español. Pronunciación
Nivel: A1 o Acceso
Actividad de la lengua implicada: Interacción oral, comprensión de lectura y expresión escrita
Destinatarios:
Alumnos de lengua materna china
Tipo de agrupamiento: Individual y en grupos de 5 personas
Tiempo de preparación: 15 minutos
Material necesario: Fotocopias de la plantilla y las fichas que se adjuntan (y rotuladores)
Duración aproximada: 50-60 minutos


Descripción

Ésta es la sexta unidad de una serie dedicada a la enseñanza del español a los alumnos chinos, personas con una lengua, una cultura y una tradición educativa muy distintas de las occidentales, circunstancias que reclaman un modo de proceder y unos materiales didácticos particulares. En la serie se abordan aspectos socioculturales, fónicos, ortográficos, morfosintácticos, léxicos y semánticos, en todos los niveles de ELE.

Los dos objetivos principales de la serie son: (1) exponer y explicar las dificultades y errores más comunes ―tanto en el lenguaje oral como en el escrito― entre los sinohablantes que aprenden español y (2) elaborar actividades didácticas para trabajar esos aspectos concretos.

La primera entrega fue «¿Un método ideal? Mucho más»; la segunda, «¿Cómo aprender español?»; la tercera, «Enseñanza sociocultural a alumnos chinos (I)»; la cuarta, «Enseñanza sociocultural a alumnos chinos (II)» y la quinta, «Enseñanza prosódica a alumnos chinos».

En esta segunda propuesta dedicada a los aspectos fónicos nos ocupamos de los fonemas del español. El objetivo principal es trabajar los fonemas españoles que suelen causar más dificultades de comunicación a los estudiantes chinos, en concreto, las confusiones entre /s/ y /θ/, entre /l/, /ɾ/ y /r/, entre /b/ y /p/, entre /d/ y /t/, así como entre /g/ y /k/.


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Introducción a la actividad

Anuncia a tus alumnos que durante esa sesión de trabajo vais a realizar un divertido juego para trabajar la pronunciación. Para empezar a contextualizar la actividad, léeles estas parejas de palabras diferenciadas entre sí por un único fonema (los llamados «pares mínimos»):

«casar - cazar» «vez - pez» «vara - para»  «cocer - coser»
«dos - tos» «gol - col» «de - te» «gala - cala»

Y a continuación, estos tríos:

«pelo - pero – perro»
«pela - pera – perra»
«pila – pira - pirra»
«alas – aras - arras»


Pregúntales cuántos de ellos perciben la diferencia de sonidos en cada caso, independientemente de que entiendan o no el significado de las palabras. Invítales a que ellos mismos aporten algún ejemplo más, si se les ocurre.


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Pasos de la actividad

1. Como pre-tarea al juego, anúnciales que van a realizar una pequeña actividad, en la que van a ejercitar la percepción de esos sonidos que les acabas de presentar en la introducción.

En primer lugar, dibuja en la pizarra esta plantilla o proyecta su contenido en una transparencia y pídeles que cada uno la copie en una hoja. Explícales que los signos que figuran en la primera fila pertenecen al Alfabeto Fonético Internacional y que cada uno de ellos representa la pronunciación de la letra subrayada en la palabra de la segunda fila, bajo el signo en cuestión, por ejemplo, /s/ representa la ese de tasa. Léeles todos los signos y los ejemplos uno por uno y asegúrate de que comprenden la relación entre fonemas y grafemas, es decir, entre pronunciación y escritura. Recuérdales que en español la pronunciación del grafema b es idéntica a la del grafema v y que ambos corresponden a un único fonema /b/, del mismo modo que el grafema c en la palabra ceno y el grafema z en la palabra taza corresponden a un único fonema /θ/.

Una vez que el planteamiento haya quedado claro, anúnciales que ahora les vas a dictar unas listas de palabras, con el fin de que ellos las vayan clasificando en su plantilla, atendiendo al fonema que tú les vas a recalcar al leer. Es conveniente recalcar el fonema en cuestión, dado que algunas palabras podrían adscribirse a una u otra lista, según se dirija la atención hacia uno u otro fonema de la palabra en cuestión, por ejemplo, paso con pe se opone a vaso con uve, pero al mismo tiempo paso con ese se opone a pazo con zeta. Por este motivo, al leerles las palabras de las distintas listas, puedes proceder de esta manera:

Lista 1: conviene que les menciones también la letra subrayada, por ejemplo, «tasa con ese», «cocido con ce», «pala con ele», «cerro con erre», etc.
Lista 2: al leerles las palabras de la lista 2, bastará con que recalques con la voz el fonema en cuestión.
Lista 3: al llegar a la lista 3, será suficiente con que les leas las palabras con suficiente claridad.

Al finalizar esta actividad introductoria, en la que paso a paso va aumentando el grado de dificultad, puedes mostrarles (por ejemplo, sirviéndote de una transparencia) esta plantilla completada, y así cada alumno podrá verificar sus resultados.

Es probable que los alumnos sientan curiosidad por saber el significado de las palabras de la lista con las que habéis trabajado. Un sistema rápido y eficaz de satisfacer esta necesidad puede ser repartir las palabras desconocidas entre toda la clase, que cada alumno busque en el diccionario las que se le asignen a él y que con rotulador escriba la traducción al chino en la misma transparencia, de modo que en menos de cinco minutos todas las duda semánticas habrán quedado resueltas.

2. Anúnciales que por fin llega el juego, inspirado en el popular dominó, que quizá algunos alumnos ya conozcan. A diferencia del dominó tradicional (con 28 fichas), en las fichas de éste no aparecen puntos, sino palabras, justamente las 110 de la lista, recogidas en 55 fichas, de tal modo que cada uno de los once fonemas se va combinando ficha a ficha con los diez restantes.

Las fichas que adjuntamos puedes imprimirlas (a ser posible, en una cartulina) y recortarlas directamente, o bien hacer una fotocopia ampliada o, mejor aún, pedir a los alumnos que, por grupos, elaboren las fichas de su propio dominó con la misma información que aparece en éstas, pero en fichas de cartulina de unos 3 x 5 cm y poniendo en un color chillón las letras subrayadas.

Necesitarás un juego de 55 fichas para cada grupo. Pídeles que se coloquen en grupos de cinco alumnos. En función de la cantidad de alumnos que tengas en clase, los grupos también pueden ser un poco más reducidos (tres o cuatro personas) o más amplios (seis o siete). Explícales que primero deben colocar todas las fichas boca abajo encima de la mesa y que después cada jugador tomará diez fichas; las fichas sobrantes se colocan boca abajo en una esquina de la mesa. Pídeles que ellos mismos decidan quién va a salir primero, por ejemplo, el de mayor edad, por orden alfabético de nombre, etc.

El primer jugador coloca sobre la mesa cualquiera de sus fichas, ahora ya boca arriba, de modo que los demás puedan ver las dos palabras que figuran en ella y, además, debe leer en voz alta ambas palabras, recalcando en cada caso la letra subrayada. El siguiente jugador busca entre sus fichas alguna que contenga otra palabra con el mismo fonema. Si, por ejemplo, la primera ficha que se coloca es la que tiene las palabras ceno y vaso, el segundo jugador podría colocar, junto a la palabra ceno, por ejemplo, la ficha que tiene las palabras taza y celo, dado que la ce de ceno y la zeta de taza corresponden a un mismo fonema. En este caso diría «ceno con ce y taza con zeta» y a continuación informaría al siguiente jugador de las dos palabras que en ese momento quedan colocadas en los extremos: «vaso con uve y celo con ele». Por aquello de que una imagen vale más que mil palabras, muéstrales en la pizarra el siguiente ejemplo de cuatro fichas ya colocadas.

Cuando le toca el turno a un jugador y éste no tiene ninguna ficha adecuada para colocar, entonces debe «robar», es decir ir tomando una a una las fichas sobrantes hasta que consiga una ficha adecuada para colocar en ese momento; en el caso de que ya se hayan acabado las fichas sobrantes, dice «paso» y cede el turno al jugador siguiente. Al igual que en el dominó tradicional, gana esta primera partida del juego aquel jugador que consiga deshacerse antes de todas sus fichas.

3. Como culminación del juego, explícales que ahora se trata de recuperar el mayor número de fichas posibles. El jugador que ha hecho dominó, es decir, el que ha ganado la partida sale primero en esta segunda parte del juego. Ahora se trata de formar una frase correcta gramaticalmente y que tenga lógica, con palabras de cualesquiera fichas de las que hay colocadas en la mesa. Para cada frase se pueden emplear tantas fichas (basta con una palabra de cada ficha seleccionada) como el jugador desee. Si la frase es considerada correcta por los demás jugadores (o por el profesor, si surgen dudas al respecto), el jugador que la ha dicho se queda con todas las fichas que ha utilizado para formarla. Por ejemplo, con las dos primeras fichas, se podría construir esta sencilla frase: «He tomado cocido de primero y carne asada de segundo». Los jugadores del grupo se van turnando para formar frases. Gana la segunda partida del juego quien consiga recuperar el mayor número de fichas.

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Comentarios

Tal como se describe en Cortés Moreno (2002), las diferencias fonémicas entre el chino y el español tienen unas implicaciones directas en el aprendizaje del ELE por parte de los sinohablantes, mayormente estas confusiones:
(1) Entre /s/ y /θ/; /θ/ no existe en chino.
(2) Entre /l/, /ɾ/ y /r/; /l/ y /ɾ/ son dos alófonos en chino; /r/ no existe en esa lengua.
(3) Entre laxas sonoras y sus correlatas tensas sordas, es decir, entre /b/ y /p/, entre /d/ y /t/, así como entre /g/ y /k/. Todas las oclusivas chinas son sordas, aunque en determinados contextos fonológicos pueden sonorizarse. En chino la oposición fonológica pertinente no es entre sordas y sonoras, sino entre aspiradas y no aspiradas: /ph/ - /p/, /th/ - /t/ y /kh/ - /k/.

Los grupos consonánticos, inexistentes en la lengua china, también plantean dificultades importantes a los sinohablantes, por lo que conviene trabajarlos debidamente.

El sistema vocálico chino es un tanto más amplio que el español. Por regla general, a los sinohablantes que estudian ELE no les resulta difícil ni la percepción ni la producción de las vocales, diptongos y triptongos españoles.

Si bien el foco de atención de esta actividad es la pronunciación, de paso también se trabaja la ortografía, dada la correspondencia existente entre una y otra en español.

A continuación se propone la siguiente referencia bibliográfica que puede resultar de interés:

CORTÉS MORENO, M. (2002): «Dificultades lingüísticas de los estudiantes chinos en el aprendizaje del ELE».Madrid: Carabela, 52, 77-98, SGEL

 

 
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