Un electricista descubrió el pasado fin de semana un feto de unos cinco meses de gestación dentro de un bote de cristal de unos 50 centímetros de altura. Ocurrió en un chalé del número 9 de la calle de Pilar de Zaragoza del distrito de Salamanca.

El recipiente, lleno de agua, estaba oculto en una esquina donde se acumulaban trastos viejos, macetas y diferentes objetos. El titular del juzgado número 14 de Madrid autorizó el traslado de los restos al Instituto Anatómico Forense. Según las primeras pesquisas, el feto podría llevar muerto alrededor de un mes y tendría entre cuatro y cinco meses de gestación.

El caso está siendo investigado por los agentes de la comisaría de Salamanca que están averiguando si en la zona había alguna mujer embarazada.

El chalé donde se encontró el frasco de cristal acaba de ser adquirido por un despacho de abogados a una empresa de publicidad. Habían llegado a la nueva propiedad el pasado viernes y comenzaron con la limpieza interior y exterior de la casa.

Al día siguiente, uno de los electricistas comenzó a asear el patio trasero que estaba repleto de materiales y cajas. Empezó a remover los bultos y encontró en una de las esquinas del patio el recipiente. Se quedó muy extrañado. Al aproximarse descubrió que dentro había algo parecido a un feto. «Uno de los operarios se quedó perplejo al ver el frasco y dentro había un feto. Lo abrimos y había un fuerte olor a putrefacción», explica uno de los abogados del despacho. «Se veía que estaba perfectamente formado y se le distinguía perfectamente la cabecita, las manos y el cuerpo», señaló el nuevo inquilino.

Desde que los anteriores propietarios dejaron la casa las puertas del chalé estuvieron abiertas, por lo que cualquier persona podría haber entrado en la parte posterior para dejar allí el frasco con los restos humanos. Tampoco en la zona hay ninguna clínica o centro médico que permitiese abrir otra línea de investigación a los agentes.