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 DIRECTORIO   25 de enero de 2008, número 189 
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PRODUCCIÓN
Estabilidad en los precios de los materiales de construcción
Los profesionales de las industrias de la construcción afirman que el reajuste, la subida del petróleo y la implantación de nuevos sistemas no aumentarán los costes
ROCÍO RUIZ | JORGE B. MONTAÑÉS
Un edificio en construcción en primera línea de playa, en Benidorm. (Foto: Leslie Heversi)
Un edificio en construcción en primera línea de playa, en Benidorm. (Foto: Leslie Heversi)

La industria soporte de la actividad inmobiliaria inicia el año alejada de las incertidumbres, tras los cambios acaecidos durante el ejercicio anterior. Nuevos materiales, la implantación del nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) y la desaceleración en el ritmo de ventas del residencial han hecho temer por un incremento en el coste de producción, que encareciera el precio de la construcción.

Pero el aumento de costes no va a ser significativo, si se omiten los gastos ya previstos derivados del nuevo CTE -que oscilarán entre un 10% y un 15%-, ya que aspectos como la menor demanda y una subida en el transporte por culpa del actual precio del barril de petróleo no van a repercutir de forma importante en el bolsillo del promotor.

El reajuste del sector residencial está provocando una diversificación de las empresas de materiales, que recorren caminos alternativos como las exportaciones, la obra civil y la rehabilitación. Esta búsqueda de otras vías de negocio ayudará al sector a afrontar este periodo con mayores garantías, así como la implantación de nuevos materiales en los sistemas de edificación para lograr una mayor eficiencia energética, necesaria para el cumplimiento normativo y la demanda de un consumidor cada vez más exigente.

En la coyuntura actual, varios representantes de las diferentes industrias de materiales y promotores han sido consultados por Profesionales SU VIVIENDA para analizar la situación del mercado, sus costes y la necesidad de una cada vez más solicitada especialización en su aplicación.

Las fuentes consultadas afirman que, en principio, la subida del precio girará en torno a los márgenes del IPC, salvo que se produzca en los próximos meses un espectacular aumento de la factura energética que perjudicaría a la estabilidad de los precios. «Las cifras de nuestro sector van a mantenerse en cotas parecidas al año pasado [un incremento del 2,4% en el interanual] por debajo de la inflación», apunta Elena Santiago, secretaria general de la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas (Hispalyt). Desde Confemadera, la opinión de su secretario general, Francesc de Paula Pons, es similar, ya que considera que «no va a ver un incremento de costes, sino más bien una situación de reajuste».

Por su parte, el importante sector de la cerámica es moderadamente optimista, dada su internacionalización, con un 50% de ventas en el exterior. «La situación de nuestra industria es estable y, por tanto, los precios se mantendrán en parámetros normales. No hay razones para pensar que el promotor adquirirá producto a precios más caros», señala Fernando Diago, presidente de la Asociación de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer).

El cemento y el hormigón son materiales de gran relevancia en la construcción y sus fabricantes confían en que la obra civil suplante la caída del residencial. «Nuestro sector está muy atomizado y es un negocio muy competitivo. Por ello, no creo que vayan a producirse subidas de precios significativas», explica Javier Martínez de Eulate, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Hormigón (Anefhop). Las cifras del cemento son también buenas, aunque desde Oficimen consideran que hay que esperar a nuevos datos. «En 2007 hemos mantenido índices de consumo de 2006. Desde el punto de vista del empleo la situación es buena, la solidez de nuestro sector es grande», argumenta Aniceto Zaragoza, director general de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España.

El acero es otra materia prima de gran valor, si bien su uso es bastante menor si lo comparamos con otros materiales constructivos. De media supone entre el 1% y el 3% en el sector y su encarecimiento vendría de la presión de la demanda de economías en constante expansión como China e India. Según José María Guerrero, presidente de la Asociación de Empresas del Metal de Madrid, «en otro tipo de materiales estimamos que el precio no subirá, sino más bien, al contrario, puesto que al descender la demanda y mantenerse la oferta los precios tendrán una tendencia a la baja». Respecto a la influencia del CTE, este sector considera que la necesidad de mejorar la calidad de algunos aspectos en la construcción supone una influencia mayor en el terciario y logístico respecto al residencial.

En cuanto al valor de los materiales de mayor calidad, los expertos consideran que dependerá en todo caso de su funcionalidad y del valor añadido que aporte al usuario. «Con la implantación del CTE, dan oportunidad a los nuevos materiales que antes, ante la falta de una legislación que los regulase, no tenían hueco en el mercado. Estas novedades tienen una gran acogida entre promotores, ya que son mucho más rentables. El problema del reajuste del sector influye más en el precio del suelo que el de los materiales», comenta Luis Jiménez, director del Gabinete Técnico del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquiectos Técnicos de Madrid (Coaatm).

Los nuevos sistemas y la inclusión de numerosos productos con marcado CE, otorgado por el Ministerio de Industria y con homologación a nivel europeo, mejoran la calidad de las construcciones, repercutiendo en la imagen frente al consumidor que busca en la mejora de los materiales un elemento diferenciador. «Ante la coyuntura actual, muchas promociones lo que están haciendo es utilizar materiales mucho mejores. Apostar por la calidad como referente principal. Ejemplo de ello son los sistemas domóticos, el hogar digital. Encarece un poco la obra como también ocurre con la energía solar térmica, pero luego cuesta menos vender», asegura Jiménez.

La introducción en las promociones de materiales de mayor calidad, como el sistema de fachada ventilada, el ladrillo visto con decoración y un aislamiento térmico más fácil de desarrollar son algunas de las iniciativas que mayor acogida están teniendo entre las promotoras.

«La calidad de los materiales ha mejorado ostensiblemente, se puede hacer mediante los certificados de producto un seguimiento de todo su proceso de producción como, asimismo, verificar dónde se puede haber producido el posible defecto si es que existiese», señala Jorge Montoto, responsable de expansión de Prourbanorte.
La certificación de estos materiales ha servido para verificar la calidad de los productos utilizados. «Hay mayor control de calidad en la selección de materiales, se buscan aquellos que tengan el sello del CTE», explican desde Avantis.

La apuesta por productos «autóctonos», que sirva para abaratar los costes de transporte, es una de las prácticas más recomendables para impedir el encarecimiento de los materiales. «En general, los materiales más rentables son los que requieren menor mano de obra en su fabricación y que en su transporte consuman la menor cantidad de energía. Cada obra requiere unos materiales distintos, pero en general lo autóctono es lo más rentable, porque implica menor coste de transporte y, por tanto, de mano de obra», señalan en Avantis.

Especialización
Un aspecto que preocupa tanto a proveedores como a promotores es la instalación de las novedades en materiales. Especialmente, para que su implantación no derive en problemas que hagan de su utilización un inconveniente. Para ello, muchas asociaciones del sector promueven numerosos cursos para formar al operario y rentabilizar al máximo la instalación, puesta en obra y tratamiento.

La falta de profesionales cualificados para llevar a cabo todos los cambios a raíz de la llegada de los nuevos materiales es quizás la queja más generalizada de los principales actores del mercado de la construcción. «Los nuevos sistemas han tenido muy buena acogida entre los promotores. La reforma está muy bien, pero la subcontratación en el sector y la falta de especialización dificulta su pleno desarrollo», explica Luis Jiménez, del Colegio Oficial de Aparejadores de Madrid.

Una mejora en este aspecto a la hora de llevar a cabo la ejecución de las obras es el principal tema a tratar para afrontar el futuro con la mayor competitividad posible los próximos meses.





    La puesta en marcha del CTE, el primer paso
    La entrada en vigor el pasado año del nuevo Código Técnico de la Edificación ha supuesto numerosos cambios en los sistemas de construcción. La implantación del CTE, que incluye el Documento Básico de Protección Frente al Ruido, que será de obligado cumplimiento a partir del próximo mes de octubre, supone una tranformación en los sistemas de construcción al uso, entre los que se encuentra la obligatoriedad de los colectores solares y la envolvente térmica de los edificios.

    «En la medida en que las sucesivas fases de aplicación del CTE han ido entrando en vigor, han afectado a los nuevos proyectos con una mayor exigencia en los materiales, incorporación de nuevas instalaciones, así como una mejor ejecución de obra», comenta el responsable de expansión de Prourbanorte, Jorge Montoto.

    Todas estas medidas han supuesto un incremento que, según los profesionales, no es tanto por la materia prima, sino por su implantación. «La entrada del nuevo Código sí encarece el coste de edificación, en torno a un 10%-15%. Esto es debido a que se requiere mayor documentación ahora con la aplicación del CTE. Dicha documentación exige una contratación de más mano de obra para su control. Además hay que tener en cuenta que con el reglamento se exige introducir en obra unos materiales (por ejemplo aislamientos acústicos y térmicos) que anteriormente no se exigían», explican desde Avantis.

    Un encarecimiento que, sin duda, compensa ante la rentabilidad de los materiales, más eficientes energéticamente.


     
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