lunes, 28 de octubre de 2013

Emisores térmicos: Diseño y funcionalidad.

Los emisores termoeléctricos son el sistema de calefacción actualmente más indicado si se desea obtener una relación óptima entre el grado de confort, el consumo de energía y la facilidad de instalación y manejo.

Los emisores térmicos permiten la regulación de temperatura con un alto grado de exactitud debido a los termostatos de alta precisión que presentan y a las múltiples posibilidades de programación de horario y temperatura que permiten de una manera fácil y rápida ajustes individuales a distintas horas y en distintas habitaciones del hogar. Su instalación es muy sencilla y sin otro requerimiento que la proximidad de un enchufe eléctrico.

Se pueden fácilmente obtener distintos niveles de confort en función de las horas del día y de los espacios utilizados ajustando fácilmente el consumo eléctrico a nuestras necesidades.

Están compuestos a  base de un cuerpo de aluminio tratado para ofrecer un alto rendimiento calorífico. Cuentan además con un diseño cada vez más acertado tanto en cuestiones estéticas como en cuestiones funcionales de forma que logran obtener una mejor convección del calor por la superficie del aparato y una distribución de éste de una manera más uniforme que otros tipos de radiadores.

Los fabricantes de emisores termoeléctricos los recomiendan especialmente para viviendas que no precisen de un gran aporte energético para su climatización, bien por estar construidas con alto nivel de aislamiento térmico o bien por estar situadas en lugares de clima moderado o con una óptima orientación.

Además su gran flexibilidad los hace especialmente indicados para viviendas donde no se precisa de un calor uniforme durante las 24 horas del día, es decir viviendas de menor uso durante el día en las horas en que normalmente los niños están en el colegio y los adultos en el trabajo. Con este sistema podremos fácilmente programar la calefacción para mantener la casa con un nivel de confort durante las horas que realmente necesitamos.

Ventajas de los emisores térmicos

Los emisores térmicos no producen ninguna combustión que dañe el medio ambiente y no necesitan de ningún gasto adicional en mantenimiento ni en instalación y esto los conviertan en uno de los sistemas más económicos y limpios para mantener calientes nuestros hogares.

Otro dato a tener en cuenta es que la temperatura de la superficie del aparato en ningún momento llega a ser excesivamente elevada, de forma que ni puede producir daños por quemadura a los usuarios, en especial a los más pequeños de la casa,  ni producir un agobio excesivo a quien se encuentre muy cerca de él. Este hecho facilita mucho su integración en cualquier tipo de estancia, sea grande o sea pequeña.

En resumen se trata de un sistema calorífico de alto rendimiento, que presenta termostatos de muy alta sensibilidad los cuales, junto a la gran inercia térmica del fluido térmico que incorpora en su interior, proporcionan una optimización del consumo eléctrico muy grande. Son fácilmente programables de forma individual, no resecan el ambiente, no producen ningún tipo de combustión y no emiten residuos por lo que tampoco manchan las paredes ni producen molestos olores. Es sin duda un sistema de calefacción limpio, seguro y de fácil instalación.

Eficiencia energética

Una de las grandes prioridades de los fabricantes, gobiernos y consumidores es la mejora de productos e instalaciones para conseguir una mayor eficiencia energética.  Es decir que los aparatos realicen las mismas funciones o servicios con un menor consumo de energía.

Se estima que en España las instalaciones de calefacción y agua caliente sanitaria de los hogares suponen las dos terceras partes del gasto en energía anual para los usuarios domésticos, y más concretamente la calefacción del hogar se puede llegar a llevar hasta un 50 % dependiendo de la zona geográfica de la que hablemos.

En el aspecto de los equipos de calefacción el desarrollo tecnológico y las mejoras en las instalaciones domésticas, tanto a nivel de equipamiento como de aislamiento son los factores que más contribuyen a mantener el confort con un menor coste. A esto hay que unirle una mayor concienciación social con el problema de las fuentes de energía y sobre todo al aumento de los costes de facturación, en especial, los de la tarifa eléctrica. En este sentido parece que los emisores térmicos realizan un trabajo más racional que los acumuladores de calor, sobre todo en zonas de clima templado en los que puede haber oscilaciones importantes de temperatura entre un día y otro. Los acumuladores de calor consumen “por adelantado” mientras que los emisores y radiadores o otro tipo de calefacción pueden ser regulados e incluso apagados en función de la sensación de temperatura que se tenga en el momento que se manipulen. Como norma general la temperatura en el hogar debe mantenerse entre los 20 y 21 ºC durante el día. En horario nocturno se precisan entre 3 y 4 grados menos. Se estima que el consumo energético aumenta en un 7% por cada grado que aumentemos en la programación de nuestro sistema de calefacción lo que hace que el sistema de regulación debe adaptar las temperaturas en función de horarios y uso de las estancias de nuestros hogares.