Sin mediar palabra, terminada la misa, se subió al camarín del Gran Poder y le arrancó el brazo a la imagen. No es nadie conocido en la collación de San Lorenzo. Según fuentes policiales, lo único que ha trascendido es que es un joven sevillano nacido en 1973, Luis C.O.

La Policía ha detenido a un hombre por atentar contra la imagen del Señor del Gran Poder. A la vista de todos. Al final de la misa de las 20.30 horas, un hombre logró acceder al camarín donde se custodia la talla barroca en la Basílica del Gran Poder en la plaza de San Lorenzo y comenzó a agredirla, según dijeron a ELMUNDO.es testigos presenciales.

El hombre estaba en la cola de devotos que se forma para besar el talón del pie derecho de la imagen tras la misa. Al llegar su turno se encaramó al camarín y comenzó a tirar del brazo derecho de la imagen, que arrancó de cuajo desde la articulación, según explicó el hermano mayor, Enrique Esquivias. Del tirón, la túnica resultó también dañada. Según testigos presenciales, quedó "hecha jirones".

La escena sorprendió a todos los asistentes a la misa, que observaban incrédulos cómo un desconocido golpeaba a la imagen y conseguía, incluso, arrancarle un brazo y rasgarle la túnica. Los propios asistentes a la misa se abalanzaron sobre el individuo y lo retuvieron hasta que la Policía llegó para detenerlo. Lo redujeron dos policías de paisano que, casualmente, se encontraban en el interior del templo, según explicó Esquivias.

El escultor sevillano Luis Álvarez Duarte ya ha realizado una primera evaluación de urgencia que ha certificado que los daños son reparables y que la cabeza de la imagen no ha resultado afectada.

La imagen del Gran Poder, sin duda la talla religiosa de mayor devoción en Sevilla, es obra de Juan de Mesa de 1620. La imagen se custodia en la Basílica del Gran Poder, en la Plaza de San Lorenzo, desde cuyo camarín ofrece el talón del pie derecho para que los devotos lo besen.

La imagen del nazareno está realizada en madera de cedro y mide casi dos metros de altura. Completamente tallada, tiene los brazos articulados para disponerlos en torno a la cruz cuando procesiona la madrugada del Viernes Santo en Semana Santa, o para atarle las manos, como se hace en los traslados de la talla.