viernes, 14 de septiembre de 2007

Cala Pedrosa


¡Cuanto tiempo! Aquí alguna fotillo de la Cala Pedrosa, una pequeña cala que pertenece a l’Estartit, donde estuvimos en julio. Caminamos 1 hora y media para llegar, aunque parece ser que podías ahorrarte una media horita o más si subías por una carreterilla en coche desde otra zona del pueblo (qué pringadillos somos a veces…). ¿Lo mejor? La cara que se nos quedó al empezar a intuir que el nombre de la cala venía por las piedras de las que está hecho el suelo. Vamos, que entre que te tumbas y haces huequecillo para el culo y las paletillas, quitas alguna piedra que se te clava en el trapecio, y te vuelves a levantar porque se te ha olvidado ponerte el protector solar…, viene ya el típico niño con un pájaro muerto en la mano (porque esto lo hacen siempre los niños, sobretodo los que hacen sus necesidades a 5 metros de tu toalla), y te hace levantarte de nuevo, y acordarte de su familia, la cual tampoco has olvidado, sobretodo porque no callan. Pues vamos al agua! Hay que turnarse las chanclas, porque ¡¿pá qué va a haber arena bajo el agua?! Vigila no pisar la estrella de mar, porque eso sí, allí todo es de verdad. El agua es transparente con el fondo verdoso (por las algas pegadas a las piedras) y tiene una isla a su salida, a la cual se puede llegar nadando. La excursioncilla de después de comer fue subir por los acantilados, desde donde las vistas de la cala son perfectas, así como de la siguiente cala (ésta más grande, pero a la que no se puede bajar). Vimos también la Roca Foradada, cueva por la que atraviesan un acantilado las barcas y demás artilugios de agua. La verdad es que es una cala muy tranquila (a parte de nosotros y la familia que se unió, sólo habían 5 personas más), así que vale la pena hacer la horita mínima de camino andando que hay. O eso pensamos hasta que tocó subir todo lo que habíamos bajado por la mañana para llegar a pie de mar… Tranquilamente más de 100 metros de desnivel. Eso sí, con bastante sombra.

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