Hoy ha surgido, en dos conversaciones diferentes, independientes entre sí, hablar de las películas eróticas/pornográficas antiguas; comentaban que ni la calidad ni la sensibilidad diferían tanto entre las extranjeras y las españolas de la primera época, recordaban a Alfonso XIII y sus pinitos junto al conde de Romanones, de los sorprendentemente actuales que son en ocasiones estas películas rayadas. Me recuerdan que muchas cosas siempre fueron así y que la gente en el pasado también debía de tener cada historia…

(Ya sé que muchos opináis que Lisa Gerrard es una depresiva, pero me da igual).

 

Los años han pasado, irremediablemente, y las imágenes nos remiten a un pasado nunca vivido. Entre el disfrute y la reflexión, alcanzan una dimensión diferente a los ojos del espectador actual.

Por eso mismo me gustan, en un romanticismo más fino que el anterior (tengo que reconocer), las pelis que yo llamo “coloniales”, término que, como género de cine, mi hermana afirma que no existe, y yo que sí. Ejemplos de películas coloniales:
“Memorias de África” (ésa es la peli colonial por antonomasia)
“El año que vivimos peligrosamente”
“El paciente inglés”
“Indochina”
algunas ambientadas en China o Japón

y más que ahora no se me ocurren, pero se podrían incluir muchas de las de “occidentales pasándolo mal en tierras lejanas”.

bso, en este caso: