Las pequeñas memorias de Saramago

Ayer terminé de leer el libro Las pequeñas memorias de José Saramago. Como su nombre da a entender se trata de un libro autobiográfico en el que el escritor nos cuenta su infancia, una infancia que recuerda con gran lujo de detalles.

Las pequeñas memorias

Me parece un libro esencial para conocer de verdad al escritor. A mí me gustó Saramago desde que leí la primera página de un libro suyo. Recuerdo que, no sin cierta cautela, me decidí a leer hace ya años El Evangelio según Jesucristo -las cautelas eran obvias, ya que el título no es de lo más atractivo para alguien que se declara ateo-, y no había pasado la primera página cuando caí rendido a la literatura y al estilo de Saramago.

El que haya leído libros de Saramago sabrá de lo que hablo. Tiene un estilo inconfundible, no sólo en la forma tan personal de utilizar los signos de puntuación (lo que se convierte en un sello personal estético) sino, lo que me parece más importante, en la forma en la que el narrador cuenta la historia, siempre se nota ese afán de no engañar al lector, de adoptar una actitud ética ante la literatura.

Sin embargo, en este libro no hay apenas literatura. Al principio desconcierta un poco pero pronto se nota que Saramago no ha querido hacer una novela de su niñez, no ha querido hacer literatura de su vida, simplemente la ha contado, ha contado las cosas tal y como se acuerda de ellas. Por supuesto, no contaré nada de las cosas que le pasan porque prefiero que seáis vosotros mismos quienes lo descubráis, pero después de leer el libro se entienden mucho mejor algunos de los temas recurrentes en los libros de Saramago, la muerte, el amor, la vejez, la ceguera, dios…

Y en una entrevista que le hace Juan Cruz, anexa al final de libro, reconoce que escribir estas memorias de su infancia le ha producido dolor. Juan Cruz le dice para terminar: Usted no es un hombre optimista. Y Saramago termina definiéndose como un optimista bien informado. Tampoco tiene desperdicio la entrevista.

Y hay más sorpresas en el libro en forma de fotos con sus pies de fotos manuscritos en español por el escritor.

¡Qué más se puede pedir!

El libro es un placer indispensable para los lectores de este inmenso escritor.

10 comentarios

  1. ¡¡Habrá que leerlo pues!! A mí también me enganchó, tiene algo. Empecé con «Ensayo sobre la ceguera», que me resultó bastante duro, y el último que leí fue «Las intermitencias de la muerte», que me gustó mucho.

    Me lo apunto en la lista para cuando vaya a Bilbao de compras de libros.

    ¡¡Un abrazo!!

    agosto 5, 2008 en 6:40 pm

  2. Hola Ira!!
    Es verdad que el «Ensayo sobre la ceguera» es de los libros más duros que he leído (quizás sólo sobrepasado inesperadamente por «La fiesta del chivo» de Vargas Llosa), pero cuando leas la infancia de Saramago empezarás a comprender…
    Besos.

    agosto 5, 2008 en 8:55 pm

  3. Ahora decidí darle un descanso a Saramago y empecé a leer a Philip Roth, pero tengo El Hombre Duplicado esperandome.

    Estaré atento a ver estas memorias de Saramago en librerías. Ya disfruté enormemente las memorias de Coetzee en Juventud, seguro que tambien disfrutaré éstas!

    Saludos.

    agosto 5, 2008 en 10:06 pm

  4. Ana

    No me gusta Saramago… ya sé que es un pecado decirlo, pero no me gusta. Sólo me he leido el ensayo sobre la ceguera y estuve angustiada para un año.

    No me lapideis… 😉

    agosto 5, 2008 en 11:10 pm

  5. Jorge, Roth es una asignatura pendiente para mí y creo que le voy a poner remedio inmediatamente…
    Ana claro que no es pecado decirlo y tú lo sabes, los gustos son los gustos. Si yo hubiera empezado por el Ensayo sobre la ceguera no sé si habría leído más de Saramago. Es que es muy duro. Pero empecé por el Evangelio…, tuve suerte porque Saramago es una de las mentes más lúcidas de nuestra época. La lapidación queda en suspenso hasta nueva orden 😛

    agosto 6, 2008 en 7:50 am

  6. Salva, por cosas de la web caí aquí y comparto tu gusto por Saramago. Me identifiqué cuando dices que quien lo haya leído, sabe de lo que hablas. Me declaro admirador del portugués! He leído Las pequeñas memorias, El evangelio, Ensayo sobre la ceguera, La Cueva, La Balsa de piedra, Todos los nombres, Ensayo sobre la lucidez, Las intermitencias de la muerte.. y los que me faltan… Felicidades por tu post! Saludos desde México, espero te des una vuelta por mi blog http://mimili.wordpress.com/

    agosto 8, 2008 en 3:44 am

  7. ocgalean, yo también me declaro admirador de Saramago. Es un placer compartir estos gustos comunes. Si no lo has leído ya (en tu lista no aparece) te sugiero La Caverna, aunque después de todo cualquier libro de Saramago te va a gustar, como a mí.
    Siempre serás bienvenido/a a este blog. Ahora me pasaré a hacerle una visita al tuyo.
    Saludos cordiales.

    agosto 8, 2008 en 7:20 am

  8. ¡Salva! Después de darle un repaso a tus últimas entradas me he decidido a comentar en esta. José Saramago… me encanta. Reconozco que al principio le odié con todas mis ganas, pero el «Ensayo sobre la ceguera» me cautivó. Tuve 2 lecturas obligatorias de este autor en la carrera, La Caverna, y el que he dicho antes, y me pareció muy curiosa su forma de relatar y utilizar los signos de puntuación.

    Muchas gracias por recomendar otro libro de él.

    Un abrazo fuerte fuerte :*

    agosto 22, 2008 en 9:07 pm

  9. ¡Una cosa más que compartir, Sandra! La pedagogía 😛 y Saramago. Creo que con Saramago no vamos a discutir, si a ti te encanta a mí ya ves que también. Es buenísimo y es diferente, uno de los grandes.
    Un abrazo.

    agosto 22, 2008 en 10:24 pm

  10. Pingback: la infancia de Coetzee « Jorge López.

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