Testimonios

Mª Esperanza Puente abortó hace años en Dator y denuncia la desinformación médica sobre el síndrome postaborto

“Cuando se llevaron el bote con los restos de mi hijo sentí que me arrancaban la vida.”

“Estás muy sola, tienes mucho miedo, y como te ofrecen esto, te lo empiezas plantear.”

Esperanza Puente lleva diez años sufriendo en silencio el síndrome postaborto. Pero su tiempo de silencio ha finalizado.

“Aborté hace diez años. Era bastante joven, estaba sola, sin nadie a quien acudir. Tenía miedo, y como te ofrecen esto, pues te lo planteas.”

Son palabras de Mª Esperanza Puente Moreno, portavoz de la Asociación Víctimas del Aborto, dedicada a ayudar a las mujeres que sufren el síndrome postaborto y de las que el mundo se olvida tras pasar por caja y por el quirófano.

Descarga aquí todo el artículo (pdf)

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Adolescente irlandesa desiste de abortar a bebé anencefálico gracias a Internet 

DUBLIN, 20 May. 07 / 08:43 pm (ACI).- Una adolescente embarazada ha conmovido a la opinión pública irlandesa. Ella logró que el Poder Judicial le concediera permiso para viajar a Gran Bretaña y abortar a su bebé que padece anencefalia, pero tras obtener información pro-vida en Internet, ha decidido no matar a su bebé y esperar el desenlace natural de su malformación.

La anencefalia supone la ausencia total o  parcial del cerebro del concebido. Los bebés anencefálicos mueren a los días u horas de nacer, salvo casos excepcionales como el de la niña brasileña Marcela de Jesús Galante Ferreira que ya ha cumplido seis meses de vida.

En Irlanda el aborto no es legal y la adolescente, conocida con el seudónimo de “Miss D”, recurrió a los tribunales de su país para lograr un permiso especial.

El diario Irish Independent informó que días después de la decisión judicial que le concedió el permiso de viajar a Inglaterra para abortar, la adolescente cambió de opinión. “Siento que solo es un ser humano normal, quiero darle su propia sepultura”, declaró. Como es sabido, los restos de los bebés abortados son desechados y si un bebé muere al nacer, su cuerpo es entregado a la familia para que le celebren un funeral.

“Enterraré a mi hijo aquí. Ya he comprado ropa para mi bebé”, declaró la adolescente y aseguró que siempre verá a este bebé como su primer hijo y que incluso le ha elegido un nombre. Dijo que le comprará un traje precioso para su funeral.

Ante quienes le repiten que los bebés anencefálicos viven muy poco tiempo, la madre responde: “creo que la mayoría de la gente piensa que soy muy tonta y que este bebé no es mucho. Pero este bebé significa el mundo para mí”.

La adolescente asegura que los sitios web pro-vida hicieron que cambiara de opinión. “He visto fotos de bebés abortados. Yo no quería eso, mi bebé merece vivir y merece más que eso”, indicó.

Cuando supo que su hijo padece anencefalia, la adolescente decidió abortar. Aunque Irlanda protege al no nacido en su Constitución, existen precedentes legales de menores a quienes se les ha permitido viajar a Inglaterra para abortar. En Gran Bretaña, el aborto no tiene límite legal en el caso de malformaciones.  

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Mujer que causó aborto legal en EEUU dice que aún es manipulada por feministas

.- Norma McCorvey, la mujer cuyo caso sirvió para legalizar el aborto a pedido en Estados Unidos hace 34 años, aseguró en una entrevista al semanario Alba que si las mujeres conocieran la verdad sobre el aborto, jamás considerarían someterse a él y denunció que aún hoy sigue sufriendo la manipulación de las feministas que la usaron en 1973.

http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=16932&PHPSESSID=37ad08f9fff822c30d65df6cb8c29a44

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«IN THE WOMB» – National Geographic

http://channel.nationalgeographic.com/channel/inthewomb/

http://nationalgeographic.com/channel/inthewomb/gallery_06.html#pic

“Reflexiones de una madre que cree en el maravilloso milagro de la vida.”

La fe, la fortaleza, el amor, es lo que los padres de Amillia han aportado a ese ser tan chiquitito. La han alimentado con un alto grado de esperanza y todo ello ha sido ampliamente recompensado por el Altísimo.

“Reflexiones de una madre que cree en el maravilloso milagro de la vida”
Si es sobrecogedor entrar en el mundo de las emociones, más lo es cuando entramos, si podemos, en el alma de las personas de fe.
Una vez más, un acto de fe ha conseguido que floreciera la vida. Vida, que por cierto, para algunos no tiene el valor necesario como para luchar por ella, o dejarla seguir su curso.
La lección que hemos recibido millones de teleespectadores ante la noticia de la niña prematura Amillia, creo que debería ser suficiente como para que nos parásemos un poco a pensar en ese “no nacido”. Ese no nacido que siente, que tiene vida y que “él”, muy pequeñito, se esfuerza en el útero materno para hacerse un hueco confortable. Hueco, que como digo anteriormente, una parte de la sociedad le niega y que a su vez quiere comprar voluntades para que les sigan, otros muchos, en su maligno intento de hacer creer a los demás que esos seres diminutos ni sienten ni padecen. Es decir, que no tienen voz, por consiguiente no tienen voto, por consiguiente no existen. Tremenda “macabridad” esa, ya que, es triste poner fin a algo tan maravilloso como es el milagro de la vida.
Vida, que esa madre que interrumpe, unas veces aletargada o agobiada; otras, manipulada o mal informada y, no pocas veces, llenas de miedo, a un presente y futuro próximo. Por todo este cúmulo de circunstancias, para ellas adversas, se dejan vencer y destruyen lo que llevan dentro. No saben bien que ese “asesinato”será su compañero a la largo de toda su existencia.
Conozco a una madre que es toda una aflicción. Pasó por un momento que pudo ser maravilloso y lo convirtió en trágico: acabó con la vida de su hijo no nacido. Tenía ocho semanas. Ahora tiene una vida atormentada.
Un poco más tarde, pude entrar en el “alma” de otra joven madre y hoy, ella sola, abandonada por su marido, sale adelante, muy orgullosa de esa niña que nació y ambas se dan fuerzas día a día.
La fe, la fortaleza, el amor, es lo que los padres de Amillia han aportado a ese ser tan chiquitito. La han alimentado con un alto grado de esperanza y todo ello ha sido ampliamente recompensado por el Altísimo.
Su hija sale adelante cuando nadie lo podía ni imaginar y ellos se sienten inmersos en la felicidad que les proporciona el hecho de una vida nacida.
Mamás, quizás vuestros bebés, aún no nacidos, si los dejáis venir al mundo, os puedan aportar, de eso estoy segura, un regalo maravilloso; sus vidas al lado de las vuestras. Cosa que hoy día y con los tiempos que corren, ahí no es poco.
Ana María Florín Guerrero

EL TESTIMONIO DE LUCI

Yo me quedé embarazada con 24 años.

Siempre pensé que si algún día me quedaba embarazada, abortaría sin más porque tengo una amiga que abortó con 15 años y no me pareció una mala opción. Me lo contó llorando pero a la vez autojustificándose: que si no había otro remedio, que ella quería tener al bebé pero que la obligó su madre a abortar, que estaba arrepentida pero que no tuvo otra opción, que ahora no lo haría… Me enseñó la ecografía y me dijo «éste era mi niño, yo le maté. Esta es la única foto que tengo de él».

Los cínicos del abortorio le dieron la ecografía al terminar su trabajo, que majetes, eh!

Aparte de cómo estaba psicológicamente también me contó lo mal que la trataron en la clínica, que todo era muy frío, que el aborto fue sin anestesia (que a su madre le salía así más barato) y que sentía como si le arrancasen las tripas o algo de dentro, añadió: «bueno, es que lo que te están arrancando es a tu hijo».

Se supone que después del aborto mi amiga tenía que haber seguido su vida como si no hubiese pasado nada pero lo que pasó es que colgó los estudios, al poco tiempo rompió con el novio, pululaba de un cutre-trabajo a otro y no deseaba otra cosa que encontrar un novio serio con el que casarse para poder tener hijos, que es lo que hizo con sólo 19 años. Después de haber tenido 2 niños y haber pasado más de 15 años de éso, sigue sin quitase de la cabeza al primero, al que abortó.

Si no hubiese abortado suponemos que su vida habría seguido igual, habría seguido con su novio o no, habría colgado igual los estudios o no… pero estaría con su niño y no se tendría que comer la cabeza con cómo sería, los años que tendría…

Bueno, cuando me pasó a mí (y usábamos preservativo ya que los anticonceptivos hormonales me dan muchos problemas de salud) pesaron más mis estudios de educadora infantil (donde se estudia el desarrollo del niño desde la concepción hasta los 3 años) y me volvió a la cabeza la experiencia de mi amiga, que todas esas paparruchas de que el aborto es inocuo, que no pasa nada, que es como ir a quitarse una verruga…

Yo vivía con mis padres, tenía 24 años y la relación con mi ex era desastrosa (sufría maltrato psicológico, sólo que yo no lo sabía porque no sabía qué era éso ni que existiese…), me dijo que si no abortaba me iba a dejar, que no quería saber nada del bebé ni de mi, que si decidía tener el niño es que no le quería, que no estaba enamorada de él, que si le quería de verdad abortaría por él, que cómo podía ser que quisiera más a un niño que no conocía que a él…

En fin… Fuimos a una psicóloga especializada en estos temas pero que era independiente de los abortorios y fue muy clara conmigo cuando le pregunté si el niño estaba realmente vivo o era un «conjunto de células», me contestó: pues claro que está vivo.

Y yo estaba de 8 semanas de gestación.

Saqué la ecografía del sobre que te entregan cerrado para que le de un vistazo la psicóloga y lo miré, quería verle antes de tomar una decisión, que no me pasase como a mi amiga que sólo lo vio cuando no había vuelta atrás: ése era mi hijo, estaba dentro de mi y si yo lo sentenciaba nadie iba a luchar por él.

La psicóloga me explicó lo que yo ya sabía pero que no esperaba oír de una profesional que está para estas cosas, pensé que me podía decir tan frescamente que abortase, porque ese era su trabajo (creo que inconscientemente todo el mundo quiere que le digan lo que quiere oír en esos momentos y no la verdad), me dijo que con ese tiempo el niño ya estaba formado, que lo que le faltaba era crecer y madurar, que ya tenía forma humana, sus piernitas, sus bracitos, sus huellitas dactilares, su corazón latiendo…

Yo le dije que lo que pensaba es que iba a matar a mi propio hijo por no perder al padre pero que no quería matarlo, que nunca me lo perdonaría, que no haría más que pensar en él, en cómo sería y en que le habrían cortado a pedazos en vivo dentro de mí, descuartizado sin anestesia ni nada, que a mí si me la pondrían pero a él no.

Mi ex dijo que eso no era verdad y la psicóloga le dijo «es que el aborto es eso».

Mi ex no podía salir de su asombro, me empezó a decir mil barbaridades delante de ella, que si me iba a dejar, que él tenía derecho a no ser padre, que si «ésa mujer» lo único que quería era comerme el coco… Que mejor que nos fuésemos a una psicóloga que trabajase en una clínica de abortos.

Ella me miró y me dijo: «Si tú quieres abortar, yo te firmo el papel, a mi me da igual. Pero si tú no quieres, nadie te tiene que obligar, ni «él» ni nadie». Que me pensase que si yo no quería abortar y lo hacía obligada y más teniendo tan claro que luego me iba a arrepentir… que en esto no había vuelta atrás.

Mi ex me dejó… al mes de todo esto se me terminó el contrato y no me renovaron (entonces no era ilegal no renovar a una embarazada). Pasé pánico, pasé miedo, estaba aterrada, asustada, acojonada y cualquier sinónimo que se te ocurra… hablé con el médico y me dio de baja por depresión, sufrí lo indecible…

Un día me llamó mi ex todo acarameladito que si me quería mucho, que si se había portado mal conmigo… a los 10 minutos de pelotearme me preguntó «al final has abortado, no?».

Yo le contesté NO.

Me llamó de todo menos bonita y me dijo que si estaba de baja por depresión tenía de plazo hasta los 5 meses para abortar (por peligro psicológico para la madre o algo así) y colgó de golpe, yo me quedé llorando…

Sólo llamó interesado por si había abortado y si no, volverme a presionar…

Me quedó muy claro que ni me quería ni le preocupaba yo ni nada…

Sólo se preocupaba de él y de su ombligo…

Mi hermana había oído la conversación y me dijo que ya hacía días que lo sospechaba y que qué iba a hacer, yo le dije que no quería abortar pero que ya no podía más y que tenía miedo por la reacción de mi padres, que me había quedado sin trabajo pero que el médico me tenía de baja… Me preocupaba decepcionar a mis padres…

Mi hermana me dijo que no me hundiera y que lo hablara con mi madre… No se si mi hermana le dijo algo o no pero al día siguiente mi madre entró en mi habitación y me dijo que estaba muy seria, que si me pasaba algo, que llevaba muchos días rara…

Yo le dije llorando que estaba embarazada y sabéis qué me contestó? «Que bien! Un bebé! Voy a ser abuela!» y me abrazó. Entonces me puse a llorar pensando lo tonta que habría sido de haber abortado…

Un día me encontré en el bus con la madre de mi amiga, la que abortó y le conté que estaba embarazada y que a pesar de todo había decidido tener al bebé, pensé que me iba a llamar tonta pero fue todo lo contrario: me felicitó, me dijo que había hecho lo mejor y que adelante, que yo no tenía por qué abortar… Supongo que debió contar con la experiencia de su hija para darse cuenta que el aborto no es inocuo.

Otra amiga me animó a que me pusiera a trabajar a comisión para una empresa de cosmética y así salí adelante… Me espabilé bastante e hice cosas por mi hijo que no pensé que pudiese llegar a hacer nunca por mí. Me emancipé, me puse a estudiar de nuevo. Encontré una pareja estupenda con la que pronto voy a hacer 3 años, que quiere al peque como si fuese suyo. Me saqué el curso de esteticista… Poco a poco voy consiguiendo cosas que ni soñé. No es que mi vida sea fácil (ni la mía ni la de nadie, tenga o no tenga hijos) pero tener un hijo te da un empuje y una energía impresionantes y además sólo de mirarle… eres tan feliz!

Sabéis otra cosa? Mientras escribo estas líneas, me he emocionado porque mi peque, que ahora tiene 4 años y medio, ha cogido su guitarra de juguete y está cantando «mama te quiero, mama te quieeerooo!». Es una pasada! 😀

Es muy diferente llorar de alegría y de emoción que de pena, de tristeza, de rabia, de impotencia y de arrepentimiento.

Si volviese para atrás volvería a pasar por lo mismo para tenerle conmigo porque… quedarme embarazada… es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Lucila Isabel

e-mail: luci@tinet.org (puedo tardar más o menos en responder pero siempre estaré ahí)

Ps: Esta carta la escribí en un foro en abril del 2006 en respuesta a una chica que se había quedado embarazada con 24 años, se llevaba mal con el novio y no sabía qué hacer, tenéis permiso para publicarla donde creáis oportuno porque creo que puede ayudar a otras mujeres que estén en situaciones parecidas.

No sé qué hizo la chica al final… he dejado de entrar en según qué foros porque se me revuelven las tripas de leer las estupideces y consejos que repiten sin cesar las niñatas de 15 años que (aún) no han pasado por ello.

Testimonio de una mujer joven que sufrió un aborto provocado

Reproducimos aquí, por su gran interés, el testimonio de una mujer joven que sufrió un aborto provocado en Andalucía. Lucía Fernández es española. Ahora tiene 30 años. La entrevistamos recientemente para que nos contara qué es el aborto y cómo lo vive la mujer.

 Cuéntanos como empezó todo.

        He tenido dos embarazos. El primero terminó en aborto provocado. El segundo, una niña. Sobre el primero, pues sucedió lo “típico”. Estaba con mi pareja, pasa lo de las relaciones sexuales y quedarse embarazada… y él dice que lo de tener hijos lo dejemos para más adelante, que somos jóvenes. Estábamos ya mal, estábamos muy mal y yo no me imaginaba lo que iba a pasar después…

¿Cómo te enteraste de que estabas embarazada?

        Por la prueba del embarazo. La compré en la farmacia: Predictor®.

¿Y tú querías seguir adelante?

        Yo estaba contenta con mi embarazo pero sabía que él no querría tener al bebé. Él me dijo: “Lucía, que somos jóvenes, hay mucho tiempo”. Añadía otras cosas como diciendo “Si ahora lo tienes te voy a dejar”. Una especie de chantaje, o sea, yo ya no tenía a nadie en quien confiar, de ninguna clase, no tenía amigas, no tenía a nadie, solo a él, y si me dejaba…

Estabas atada a él.

        Si, económicamente atada, atada y lo quería con locura. Finalmente me convenció, le costó, le costó bastante. Estaba cariñoso, cosa que no estaba nunca, y hacía cosas que no hacía antes, besitos, muestras de cariño frecuentes…

Quería conseguir que accedieras a abortar, claro.

        Claro, sí, exacto. Él decía que no tenía dinero, estaba todo el día quejándose de que no teníamos medios y en cuanto se enteró de que estaba embarazada, ya tenía el dinero preparado para el aborto.

¿Sabes cuánto costó?

        Pagó él, 240 euros creo (unas 40.000 pesetas).

Y vosotros ¿estabais solos? ¿él y tú? ¿No había otra gente que te pudiera ayudar para tener al niño?

         No, no, yo estaba sola, no encontré ayuda. Él sí tenía relación con su familia, yo no.

¿Cómo fue el aborto?

        Fui totalmente bebida al aborto… porque no quería hacerlo. Realmente estaba muy presionada… El día que fui me hicieron todo: ecografía, visita del psiquiatra y luego el ginecólogo que me lo hizo. No sé, era como que el médico tenía miedo, me hacía muchas preguntas como “¿Por qué venís a esta clínica?” Parecía que tuviera miedo de estar haciendo el aborto. Creo que era argentino. Nadie me ofreció otras alternativas al aborto ni me contaron lo que iba a sufrir después por ello. He conocido ahora que tenía derecho a conocer las repercusiones y las secuelas que podía tener por ley, pero a mí no me dijeron nada de esto. ¿Por qué?

¿Cuál fue el método abortivo que usaron contigo?

        Me hicieron el aborto con el método de aspiración. Con el aspirador es como si te arrancaran un trozo… es que tú sientes que te están arrancando parte de tu cuerpo. ¡Es horrible!

¿Has tenido tristeza o lo que se llama la depresión del aniversario, es decir, al año de la operación o en la supuesta fecha de nacimiento del niño?

        Empecé a beber alcohol, comencé a encontrarme fatal de ánimo, todo por el aborto. A mí, cuando veo a un niño de unos cuatro o cinco años, pues se me escapan las lágrimas. Es la edad que tendría mi hijo si viviera… Lo del aniversario del aborto y su fecha de nacimiento lo sufro mucho. He tenido un intento de suicidio.

¿Has pasado noches sin dormir con ansiedad?

        Después del aborto he tenido mucha ansiedad, sí.

¿Y cómo acabó la relación con él?

        El otro embarazo fue precisamente por el remordimiento que tenía, buscando, pensando, que iba a reparar. Estábamos muy mal ya. Finalmente dejamos la relación.

¿Con el embarazo de la niña, has tenido sueños de que perdías a la niña o algo relacionado?

        Soñaba que me quitaban a la niña, todos los días soñaba que venía la policía y se la llevaban, que yo no era digna de tenerla. Estuve tomando durante el embarazo Valium®. Cuando nació la niña, ésta tuvo algo de síndrome de abstinencia. Ahora necesito tomar Orfidal® para dormir.

En relación con los médicos, ¿qué nos comentas?

        Tengo pánico a los médicos, ¡ufff!! Para una revisión ginecológica, al final ha tenido que ser una mujer ¡una mujer! Pero sólo porque era una mujer, era incapaz de que me viera un hombre después del aborto.

¿Tú eras una persona religiosa?

        No, no lo era. Era atea. Yo era muy “feminista” y lo veía sólo desde el punto de vista de la mujer. Un punto de vista falso e imparcial. Ahora no, ahora veo al niño.

        El aborto que cometí no quiero intentar olvidarlo, es una cosa que está ahí y la asumo. Es que no quiero quitarle la importancia que tiene. Es como quien mata a alguien y con estar cuatro años en la cárcel ya está todo bien. Uno tiene que reparar y seguir mirando hacia delante, pero asumir que ha hecho cosas mal. El aborto es algo muy malo para la mujer.

        Yo creo que fui responsable de este error pero tuve un margen de elección muy pequeño: cuando lo veo ahora… creo que realmente no tuve la suficiente libertad como para poder elegir lo mejor para mí. No había tiempo que perder y con tanta presión de mi pareja… y la falta de ayuda de los médicos de esas clínicas abortistas… Cuando me vieron que fui a abortar totalmente borracha debían haberse dado cuenta de que no quería realmente hacerlo. Pero esos médicos mataron a mi hijo y me hicieron cómplice de algo horrible… cosa de la cual me arrepiento y le pido a todo el mundo que no dejen que se siga haciendo.

        El aborto no soluciona nada, es otro problema más y encima, han hecho un negocio conmigo y con mi difunto hijo.
 
 

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