La guerra civil comenzó con un golpe de Estado contra el orden institucional democráticamente constituido y devino en guerra por la participación o inhibición de distintas potencias en el conflicto. En los primeros momentos fue una guerra provinciana, localizada en un pequeño punto del sur de Europa, en la que las fuerzas enfrentadas estaban más o menos equilibradas. Posteriormente se internacionalizó y se convirtió en un conflicto desigual por los desiguales apoyos con los que contaron los diferentes bandos.