Picudo rojo: una amenaza devastadora

Los efectos destructores del picudo rojo aumentan, y por ahora la lucha contra la plaga sólo consiste en actuar después de que se haya localizado una planta afectada.
En los lugares en los que el picudo rojo ha hecho su aparición, como Elche, dónde ya ha destruido más de 2.800 palmeras, el protocolo de actuación consiste en vigilar exhaustivamente, proceder a cortar las plantas atacadas y tratar fitosanitariamente los alrededores de las plantas.

Los profesionales independientes aseguran la imposibilidad de ejecución y la ineficacia de las medidas adoptadas hasta el momento.

 

Situación actual

El Picudo rojo, Rhynchophorus ferrugineus Olivier, es actualmente uno de los insectos más dañinos para las palmeras en el mundo, provocando por lo general, la muerte de la palmera.

Siendo originario de regiones tropicales del Sureste Asiático y Polinesia, comenzó su expansión hace 25 años atacando a palmeras datileras del sur de Asia, Península Arábiga e Irán. Fue introducido en el norte de África a través de Egipto en el año 1993 continuando su expansión hacia los países europeos, Italia, Francia, Portugal y España, y siempre asociado al mercado de palmeras.

Es actualmente la plaga más amenazadora para las palmeras en todo el mundo.

Métodos actualmente utilizados

Los tratamientos químicos utilizados hasta ahora no dan garantía de eliminación. Debido a la dificultad que conlleva la aplicación y porque no se sabe qué plantas están afectadas. El insecto coloniza la planta por su corona -parte alta- y se desplaza por el interior del tronco. La muerte de la planta es la que evidencia su infección.
En cuanto a las actuales cuarentenas en invernaderos, los expertos consideran que no dan garantía, y que los tratamientos que se aplican no destruyen los huevos, que permanecen y posteriormente se desarrollan en el interior.
Los métodos basados en depredadores biológicos constituyen un peligro evidente para actividades como la apicultura y pueden desequilibrar las cadenas alimenticias en nuestros ecosistemas.

Claros síntomas de una infección por picudo rojo

En caso de palmeras canarias, el daño se localiza principalmente en la cabeza o corona de la palmera:
Hojas externas caídas, con señales evidentes de desgarramientos a nivel de la inserción con el tronco.
Desplomado general de la corona de hojas.
Un aspecto ligeramente decaído de las hojas mas tiernas del penacho central (palmito), adquiriendo una coloración que vira del amarillo al pardo rojizo.
Orificios en el corte de las tábalas de la valona.
Restos de pupas (capullos o croquetas) entre tábalas y hojas.
Flechas con ángulo sobre la vertical.
Retorcimiento de las hojas en las axilas.
Foliolos comidos o perdigonados.
Raquis comidos y/o tronchados.
En hojas en el suelo productos de una poda, y en el corte, galerías de 1-2 cm. producidas por larvas.
Restos de fibras.

En el caso de palmeras datileras, el daño lo observaremos principalmente en la base de la misma, en la zona donde se encuentran los hijuelos y en el tronco:
Exudación de color rojizo o negro y restos de fibra que pueden aparecer en el fuste de los ejemplares afectados
Hijuelos con hojas comidas.
Pupas y orificios al levantar algunas de las axilas de las hojas que quedan pegadas al tronco.