lunes, 16 de febrero de 2009

La Artrosis del Perro del Gato y del Caballo

La Artrosis del Perro, del Gato y del Caballo

1°)ARTROSIS DEL PERRO Y DEL GATO

Definición

Es una enfermedad de las articulaciones muy frecuente en el perro, cualquiera que sea su edad. Se manifiesta por la destrucción progresiva del cartílago articular. Éste recubre las extremidades de los huesos a nivel de las articulaciones y permite amortiguar los choques un poco como un cojín. Con el tiempo, se observa la formación de tejido óseo anormal en la periferia de la articulación: son los "osteofitos", la articulación se deforma.
La artrosis se traduce en dolor y a largo plazo en dificultad para desplazarse. Las articulaciones pierden su flexibilidad y los movimientos resultan difíciles. La artrosis es la evolución sistemática de una articulación que sufre  o que envejece.

Los distintos tipos de artrosis

La artrosis primitiva es la artrosis que afecta al perro viejo. Es consecuencia del desgaste de las  articulaciones. Cuanto más envejece el animal, menos se repara el cartílago. En algunos casos graves, el cartílago desaparece poco a poco. En esta artrosis debida al envejecimiento, generalmente, varias articulaciones resultan afectadas al mismo tiempo.
Diversas investigaciones han establecido una relación entre el envejecimiento y el descenso   importante del índice de Silicio en los tejidos.
La artrosis secundaria se desarrolla sobre una articulación que funciona mal. Como el caso  en que una articulación esta mal formada, por consiguiente inestable, por ejemplo en la displasia de cadera de los perros de raza grande. Así mismo, cuando una articulación sufre una fractura o un traumatismo, el riesgo de aparición de artrosis a este nivel es más elevado.

Lesiones

El cartílago que recubre las  superficies de los huesos a nivel de las articulaciones se destruye progresivamente. El papel amortiguador de los choques de este cartílago va a desaparecer. Por esta razón, los movimientos se vuelven dolorosos. Puesto que el animal sufre cuando moviliza su articulación enferma, esté va a evitar hacer movimientos que hagan uso de esta articulación. Como resultado, los músculos se van a atrofiar: a menudo se habla de “atrofia” muscular. La articulación puede también deformarse a causa de un depósito óseo anormal y de un aumento del grosor de la cápsula articular. 

Síntomas

Puede afectar a una o varias articulaciones de un mismo perro; la artrosis afecta sobre todo a las articulaciones que sostienen el cuerpo: las caderas, las articulaciones del tobillo, los hombros y los codos, pero también a las vértebras lumbares, sobre todo en los perros "bassets". Al principio, el perro se va a negar progresivamente a saltar, a hacer ejercicio y a correr.  El animal va a evitar apoyarse sobre el miembro enfermo y va a volcar este apoyo hacia los otros miembros. Es posible que empiece a cojear. Tras un periodo de descanso y cuando se levanta de la posición sentada o dormida, el perro  artrósico  anda con una postura rígida. Se habla de "dolor en frió".

El perro padece un dolor crónico a nivel de las articulaciones afectadas. Este dolor mejora en caliente pero luego vuelve a parecer con el cansancio.

En una fase mas avanzada, el perro gime durante algunos movimientos. Un perro viejo que sufre de artrosis, incluso si tiene un buen carácter al principio, puede morder cuando alguien le golpea o manipula sus articulaciones dolorosas.

Los síntomas empeoran cuando hace frío, cuando el tiempo cambia brutalmente o después de un esfuerzo físico intenso. El perro presenta entonces crisis "agudas" muy dolorosas con una cojera importante.

En los casos de artrosis antiguas, la fase última se caracteriza por el bloqueo de la articulación (anquilosis). Eso permite reducir el dolor, pero algunos movimientos ya no son posibles.

Diagnóstico

 Para diagnosticar la artrosis en un perro, es necesario realizar una exploración completa del animal. Se manipularán las articulaciones unas tras otras. Esta exploración puede ser dolorosa  para el animal. Las radiografías son a menudo indispensables, pero es posible que no muestren nada en las fases iniciales.
Con la ayuda del examen clínico y de la radiografías, el veterinario podrá determinar la gravedad de la artrosis y proponer el tratamiento adecuado.

Tratamiento

El tratamiento clásico tiene por objeto aliviar el dolor del animal ya que no consigue reducir las lesiones y por lo tanto la artrosis no desaparece. El tratamiento médico se basa en la administración de antiinflamatorios, que tienen efectos secundarios cuando se administran durante un largo período.

Pueden ser sustituidos de forma ventajosa por el Harpagofito, una planta bien conocida que no produce efectos secundarios.
Se aconseja también que el perro haga un ejercicio diario moderado con el fin de conservar una cierta musculatura.
Lo más eficaz a largo plazo es administrar de forma precoz protectores del cartílago articular. Estas sustancias, denominadas también condro-protectores, son la condroitina y la glucosamina que son de la familia de los  Glucosaminoglicanos: son en realidad proteínas de silicio y actúan a través de su aporte de silicio biodisponible.

La administración de silicio orgánico en dosis importantes puede no solamente parar la evolución, sino también inducir a una regeneración tisular de los cartílagos lesionadas: esta posibilidad de regeneración es mas eficaz si se interviene al comienzo de la evolución; existen  también inyecciones de ácidos grasos que tienen efectos muy beneficiosos (beta ARA 3000), así como el consumo de omega 3 que se encuentra en particular en el mejillón verde de Nueva Zelanda (Perna Canaliculus).

Cuando la artrosis alcanza la fase final de la anquilosis, la única posibilidad, pero sólo para algunas articulaciones, es recurrir a una artrodesis, es decir, el bloqueo quirúrgico de la articulación, que viene acompañado de la desaparición del dolor.

En algunos perros, es importante buscar de forma precoz, las anomalías articulares que favorecen el desarrollo de la artrosis. Es el caso de la displasia de cadera que afecta a algunas grandes razas (El labrador, el golden o también el rottweiller).

Las articulaciones mal formadas pueden ser objeto de una corrección quirúrgica para limitar las degradaciones posteriores.

Resulta también beneficioso para un perro  artrósico que esté no pese demasiado. Una sobrecarga ponderal va a acelerar "el desgaste" de las articulaciones, por lo que es necesario cuidar correctamente la alimentación de su perro. A menudo el perro viejo, al moverse menos, engorda y los riesgos de que se agrave la artrosis, aumentan.


Por lo tanto, se puede asociar al tratamiento médico de la artrosis, una dieta para que las articulaciones ya frágiles no tengan que soportar demasiado peso.

2°)La artrosis del Caballo

 Definición:

La artrosis afecta también al caballo y consiste en una completa degeneración de la articulación. Una articulación se compone de al menos 3 elementos: dos huesos recubiertos a sus extremidades y el cartílago que por su flexibilidad garantiza la amortiguación de los choques; el conjunto se articula uno con relación al otro. Entre estos 2 huesos se encuentran el líquido sinovial, es líquido lubricante que facilita los movimientos, contenido por una membrana sinovial, y rodeado por una cápsula articular. Los ligamentos, que se llaman colaterales, mantienen todo ello en lugar.

EL cartílago está formado por células, los condrocitos, y por fibras de colágeno. El colágeno es una glicoproteína de estructura muy rica en silicio que le da todas sus características mecánicas. El colágeno constituye el cartílago y garantiza la elasticidad y la resistencia a los choques mientras que las células retienen el agua, garantizan la nutrición y la reparación. El cartílago cicatriza muy lentamente cuando resulta herido, y recupera difícilmente sus antiguas propiedades; no contiene nervios. Por el contrario, la superficie del hueso que está en contacto con el cartílago esta inervada y puede ser dolorosa si el cartílago no desempeña su papel de protección. El liquido sinovial sirve  de intercambiador entre el cartílago y el cuerpo (contribuciones nutritivas y eliminación de los residuos) y la lubricación: su constituyente esencial, el ácido  hialurónico es la glycoprotéina corporal más rica en silicio. 

La artrosis puede tener varias causas, y todas las articulaciones son susceptibles de estar afectadas. La artrosis en el caballo no es una enfermedad reservada a los sujetos de cierta  edad; al contrario, jóvenes pura-sangre pueden desarrollar una artrosis sobre todo a nivel de la columna, en respuesta a un entrenamiento intensivo y a faltas en el criadero y  de alimentación. Las causas de la artrosis no se conocen bien, pero siempre presenta la misma forma la enfermedad. En primer lugar, hay degradación del cartílago, luego inflamación de la membrana sinovial y a continuación remodelación progresiva de la superficie del hueso. La degradación del cartílago es el principio de una reacción en cadena ya que produce agentes que van a desarrollar una inflamación en la membrana sinovial, que a su vez va a producir agentes químicos que van a deteriorar el cartílago... y así sucesivamente. No siempre es suficiente el tratamiento médico  para romper este círculo vicioso.

Existen 2 tipos de artrosis: una primaria y una secundaria.

La artrosis primaria: que se instala en los caballos viejos y cuyas causas no se conocen bien, pero parece ser las carencias de silicio  desempeñan un papel importante.

La artrosis secundaria: debida a esfuerzos violentos sobre una articulación sana o a esfuerzos normales sobre una articulación debilitada por carencias o por una mala conformación anatómica (defectos de aplomos por ejemplo). Los esfuerzos violentos pueden ser de variada naturaleza o pueden ser debidos a sobrecargas de trabajo, choques, esguinces, defectos de aplomos, debilidades articulares, trabajo asimétrico.... Es difícil detectar los primeros signos  de una artrosis: se podrá observar una ligera rigidez al principio del trabajo, una cojera súbita o intermitente, pasos más cortos y una bajada de su rendimiento.

Para conocer las articulaciones afectadas, serán necesarias una radiografía y una ecografía. Varios signos externos pueden no obstante guiar en el diagnóstico: presencia de crecimientos óseos,  (esparavanes o formas), dorso y grupa poco musculosos en relación al cuerpo del caballo. La inflamación (distensión sinovial) es visible en la articulación cuyos contornos están menos definidos (vejigas, aumento del grosor de los tejidos).

La artrosis puede evolucionar incluyendo fases de remisión y  crisis agudas. Cuando el diagnóstico de artrosis es revelado por la radiografía, conviene asegurarse de que no existe otro lugar donde la enfermedad aún no se habría manifestado por signos visibles. La ecografía puede detectar inflamaciones crónicas y alteraciones del cartílago aun siendo minúsculas, mientras que la radiografía se utiliza sobre artrosis ya bien avanzadas. Por el contrario, la radiografía es más rápida y permite realizar un examen completo. Ambas técnicas son  complementarias. No existen tratamientos para tratar las causas de esta enfermedad. Actualmente, sólo existen  tratamientos que limitan el dolor y la agravación del proceso. 

Tratamientos higiénicos y preventivos: el caballo debe ser montado cada día sobre terrenos buenos (camino de arena) y calentar largo tiempo al paso, que es muy beneficioso. El caballo no deberá estar mucho tiempo a la cuerda, ni en libertad. Se cuidará su alimentación para evitarle coger peso (lo que podría hacer sufrir sus articulaciones enfermas). En el caso de una artrosis de columna, se aconseja el galope mejor que el trote, ya que es un paso más flexible. Por último, son importantes los cuidados después del trabajo (duchas y vendas). En el caso de crisis aguda, se recomienda una disminución de la actividad.

Por lo que se refiere a los tratamientos preventivos, tienen como objetivos detectar una desviación de los miembros en el potro y a ponerles remedio (cirugía, herraje adaptado, contención). Si es viejo el caballo, el herraje debe ser mas adaptado (placa de cuero) para reducir los choques y favorecer el rodamiento del pie sobre el suelo (no se deben de utilizar herraduras con demasiado guarnición en pinza y cuartas partes).  

Tratamientos médicos: tienen como objeto reducir el dolor y la inflamación. También, tienen que proteger el cartílago y garantizar su cicatrización. La elección del tratamiento depende del estado del caballo: numero de articulaciones afectadas, intensidad del dolor. Los tratamientos médicos se administran en caso de crisis aguda, pero presentan inconvenientes (toxicidad de los corticoides y de los antiinflamatorios, control antidopaje...). Se utilizan cada vez más el Tildren, que es un excelente tratamiento para hacer en perfusión intravenosa pero es una solución difícil y costosa. Es por eso que se recurre cada vez más a las medicinas naturales: fitoterapia (en particular el Harpagofito), condroitina y glucosalina (que son en realidad silicoproteinas !) y sobre todo el Silicio orgánico que tiene propiedades para reconstituir el cartílago cuando no esta demasiado afectado.

Tratamientos quirúrgicos: se trata de lavados articulares y  en última opción  la inmovilización articular. Los lavados articulares consisten en introducir en la articulación soluciones que lavan el líquido sinovial con moléculas parecidas al ácido hialurónico del liquido sinovial que limitan la presión en la articulación.

En cuanto a la inmovilización articular (llamada artrodesis), se inmoviliza la articulación con placas como para una fractura. Esta intervención es el último remedio para casos extremos. Como no hay tratamiento definitivo, un caballo afectado de artrosis vive el día a día, teniendo en cuenta su estado presente. Es indispensable la búsqueda de los mecanismos de la artrosis en el caballo, para obtener un tratamiento eficaz. Sólo la prevención es válida hoy para retrasar la evolución de la enfermedad.

Para los caballos destinados a la alta competición, los tratamientos preventivos pueden revelarse ineficaces, pero en caballos destinados para la cría u paseos,  se les puede dar una oportunidad de vivir normalmente.


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