Potencia específica y su aplicación en el entrenamiento de nadadores

Son numerosos los estudios que han demostrado la importancia de la potencia de nado en el rendimiento de natación. Muchos estudios han registrado que la fuerza muscular de las extremidades superiores y/o la potencia ejercida correlacionan altamente con la velocidad de nado desde los 23 a los 500 metros. Los primeros estudios que estudiaron el impacto del entrenamiento con resistencias sobre el rendimiento de nado utilizaron participantes desentrenados, Debido a que muchos de estos estudios no incluyeron un grupo de control o no facilitaron información sobre el tipo de régimen de ejercicio utilizado como estímulo de entrenamiento, sus datos son difíciles de interpretar. Los datos de estudios mejor controlados indicaron que el entrenamiento tradicional con resistencias o el nado combinado con entrenamiento con resistencias no fueron más efectivos que el entrenamiento de nado en la mejora del rendimiento de nado en individuos sedentarios. Otros estudios más recientes indican que el entrenamiento tradicional con resistencia o el entrenamiento combinado de nado y con resistencias no mejoran la resistencia en nadadores de competición. Por el contrario, el entrenamiento combinado de natación y con resistencia de nado específico, particularmente si se ejecuta en el agua, mejora la velocidad de competición del nadador sobre distancias hasta 200. Los efectos de entrenamiento combinado de nado y con resistencias en el agua sobre el rendimiento en pruebas más largas es desconocido. Curiosamente, el entrenamiento con resistencia tradicional y con nado específico en seco indujeron mayores ganancias de fuerza en las extremidades superiores que en el entrenamiento con resistencias en el agua, mientras que la ultima modalidad de entrenamiento más favorablemente impactó sobre aquellos factores asociados con la mecánica del estilo, tales como la fuerza de brazada y la distancia por brazada. Estos datos apoyan la contención de que la mecánica del estilo de nado es un factor importante para el éxito de nado, e implica que pueden ser más importantes que la fuerza de las extremidades superiores en la determinación de la velocidad de nado.
Fernando Navarro1
1F.CC. D. Universidad de Castilla La Mancha, Toledo, España.

Esta entrada fue publicada en entrenamiento, natación. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.