El niño con síndrome de Down que ha sido estimulado adecuadamente es capaz de jugar solo y divertirse, experimentando cómo funcionan las cosas que tiene a su alcance, pero conviene que vosotros, sus padres, así como sus hermanos o amigos, jueguen y compartan actividades con él, pues será un tiempo inestimable para reforzar lazos e impulsar su desarrollo.
No siempre su juego será exactamente igual al de otros niños. Es posible que sea menos elaborado, que permanezca más tiempo pasivo, que no se sienta tan atraído por los juguetes o que tenga actitudes impropias de su edad.
Sí, es fundamental dedicar tiempo a vuestro hijo, por ello, siempre que podáis aprovechad el tiempo para jugar con él; esto os ayudará a reforzar el vínculo familiar, aprender a conocer su carácter y preferencias, ayudarle a mejorar sus habilidades, fomentar su creatividad y capacidad de atención.
Cuando estéis ocupados él podrá seguir jugando solo, practicando lo que ha aprendido con vosotros e inventando otros juegos nuevos.
Debéis introducirle en las rutinas familiares como a uno más. A medida que crezca habrá que asignarle tareas y responsabilidades adaptadas a sus posibilidades, con las que pueda sentirse útil e integrado en la familia.
Jugad a diario con él. Ved cuentos juntos o leedlos en alto, puesto que les gustará escuchar vuestra voz aunque no siempre comprenda lo que leéis. También es conveniente que juegue con los hermanos, si los tiene, con otros niños y con abuelos, tíos u otros adultos de la familia. Las actividades diarias se pueden convertir en una buena ocasión para potenciar el aprendizaje, tal y como DOWN ESPAÑA recomienda en la guía "Mis primeros pasos hacia la autonomía", que puede descargarse desde este enlace.
Practicad las habilidades que haya adquirido en las sesiones de atención temprana, de modo que se consoliden, pero procurad que el esfuerzo diario no supere las cinco horas diarias, incluyendo la escuela, las sesiones de atención temprana, otras actividades que y el transporte de un sitio a otro. No es buena la sobrecarga de estímulos.
No le comparéis con otros niños, tengan o no síndrome de Down, puesto que cada uno sigue su propio desarrollo. Al contrario, respetad sus características propias, descubrid sus progresos y alabadlos, por pequeños que sean.
Es aconsejable que el juego sea algo divertido, tanto para vosotros como para el niño. No tratéis a toda costa de que repita las actividades que hace en el centro de estimulación o que se dedique a demostrar sus habilidades. Dejad que vuestro hijo lleve la iniciativa y elija los juguetes y los juegos; después, reconducid la actividad procurando que aprenda a usar los objetos y a manejarlos apropiadamente, es decir, enseñadle a jugar de forma adecuada. Y, sobre todo, procurad convertidlo en una actividad compartida en la que se estimule la interacción con miradas, sonrisas, complicidad…
Vuestro hijo puede tener los juguetes y muñecos apropiados a su edad, sin embargo, al requerir más estimulación que otros niños, todos aquellos juguetes que sirvan para este fin serán especialmente útiles.
Os damos algunas sugerencias de juguetes, en un listado elaborado por la Fundación Iberoamericana Down 21:
12-18 meses:
De nuevo incluímos algunas sugerencias de juguetes, en un listado elaborado por la Fundación Iberoamericana Down 21:
Para estimular la psicomotricidad gruesa
Para mejorar su tomo muscular, la coordinación y la postura, puede utilizar los juegos habituales de los parques infantiles, con la supervisión de un adulto, si bien el columpio debe utilizarlo moderadamente, porque el movimiento puede desorientarle.
Además de estos juegos son recomendables los siguientes:
Es una muñeca que presenta los rasgos físicos característicos del síndrome de Down y va acompañada de una guía para su cuidado. A través del juego con Baby Down queremos preparar a los niños para a una realidad diversa, de la que forman parte personas con diferentes aptitudes y habilidades, entre ellas las que tienen síndrome de Down, y lograr que integren a estas personas con discapacidad en su entorno, tal como han introducido al muñeco en sus juegos.
Por otra parte, los niños con síndrome de Down pueden identificarse con un muñeco que en algunos rasgos se les parece, mientras que a sus padres les ofrece la oportunidad de hablar con ellos sobre su discapacidad.
Una parte de los beneficios que se obtienen con la venta de Baby Down se destina a DOWN ESPAÑA, para mejorar la vida de las personas con síndrome de Down y sus familias.
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