Christopher Scarver

Christopher J. Scarver nació en Milwaukee el 6 de Julio de 1969, en una familia compuesta por sus padres y cuatro hermanos. Christopher era un chaval normal, aunque no le gustaba ir a clase y finalmente no logró acabar el instituto. Poco después de dejarlo, su madre lo echó de casa por su incipiente alcoholismo.

Christopher Ccarver

Consiguió trabajo como aprendiz de carpintero en una escuela taller, un lugar en el que destacó por sus habilidades manuales. El director del proyecto, asombrado por su habilidad, le prometió un trabajo a tiempo completo una vez que acabase su formación como monitor del mismo centro. Sin embargo, unos meses más tarde el director fue despedido, con lo que Christopher se quedó sin su anhelado trabajo.
El 1 de Junio de 1990 se dirigió a la oficina del centro con la intención de cobrar lo poco que le pagaban por su formación y marcharse. Una vez en la secretaría, se encontró con el nuevo director, John P. Feyen, y con un compañero de curso que había conseguido acabar antes y lograr un puesto de trabajo como monitor (el que Christopher quería) llamado Stephen Lohman. Parece ser que se llevaba bastante mal con Stephen, a quien acusaba de haberse quedado con el trabajo que le correspondía a él.
En ese momento sacó una pistola y apuntó directamente a Stephen interpelándole a que le diese su dinero. Cuando éste le entregó 15 dólares, Christopher le disparó en la cabeza. Acto seguido se volvió hacia John Feyen y le reclamó a éste su dinero. Según el informe policial, le gritó:

¿Cree que estoy bormeando, señor Hitler? Necesito más dinero

Como John no reaccionaba, disparó dos veces contra el cuerpo de Stephen. Tembloroso, John le extendió un cheque por valor de 3000 dólares, y cuando Christopher se disponía a sacar su cartera para guardarlo, logró salir corriendo de la oficina. Al salir a la calle se encontró con una patrulla de policía, a quienes alertó sobre lo que había pasado. Inmediatamente fueron hacia la oficina a detener al asesino, quien los esperaba tranquilamente sentado ya que los había visto por la ventana.
Una vez juzgado, se le condenó a cadena perpetua y lo enviaron a la prisión de Columbia en 1992. Una vez allí, comenzó a comportarse de un modo extraño, diciendo tener esperiencias místicas. Tras un examen, le fue diagnosticada esquizofrenia.
Como terapia para darle una ocupación y evitar esos episodios, le encargaron formar parte de un grupo dedicado a la limpieza de las intalaciones con otros dos presos, Jeffrey Dahmer y Jesse Anderson.
El 28 de Noviembre de 1994 se encontraban limpiando el gimnasio de la prisión cuando, en un cambio de guardia, se quedaron los tres solos. En ese momento, agarró una barra de pesas y comenzó a golpear salvajemente a los otros dos internos. Una vez que los otros dos no se movían, se marchó tranquilamente a su celda. En el camino se encontró con el nuevo turno de vigilancia, quienes se sorprendieron de verlo en los pasillos y le preguntaron qué hacía allí. Él respondió pausadamente:

Dios me dijo que lo hiciese. Ya se enterarán ustedes en las noticias de las 18:00. Jesse y Jeffrey están muertos.

Al mismo tiempo, otros guardias encontraron a los dos presos gravemente heridos en el gimnasio y fueron evacuados a un hospital urgentemente. Jeffrey Dahmer, el «Carnicero de Milwaukee», moriría en la ambulancia debido a la hemorragia masiva y Jesse sobreviviría durante dos días mas.
Por estos hechos, volvió a ser juzgado, siendo condenado nuevamente a dos cadenas perpetuas. Como ya estaba cumpliendo una, se determinó que cumpliría esa y que se le negarían todos los posibles beneficios penitenciarios derivados del buen comportamiento -cosa que, curiosamente, tenía- y/o de los trabajos realizados en la prisión.
Actualmente sigue cumpliendo condena en el mismo presidio y sigue realizando labores de limpieza, aunque desde aquellos hechos, lo hace solo y con vigilancia de dos guardias constantemente. Así mismo, sólo sale al patio en contadas ocasiones por temor a que reincida.

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