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lunes, 28 de junio de 2010

PRIMER VUELO DE OBSERVADOR (2a parte)


Continuación...

Entramos al terminal de pasajeros y fui con el capitán a la torre para chequear el tiempo meteorológico.

Habían nubes bajas mas delante de la pista y le dijo al controlador de la torre que en caso de falla de un motor sería demasiado peligroso meterse en esas nubes pues había terreno montañoso mas adelante.

El controlador decidió cerrar la pista para el despegue mientras estuviesen esas nubes allí. Al mismo tiempo venía aproximando un jet DC–9 de la empresa Intercontinental.

Bajamos de la torre y veía como otros pilotos y agentes de tierra comentaban que no se querían perder el “show de este jet aterrizando bajo las condiciones que habían de viento y nubes.

Notamos que parte del banco de nubes se estaba moviendo lentamente sobre la parte final de la pista. El jet hizo una aproximación bastante baja, y al acercarse a lo que ahora era una fina niebla sobre la pista, pensamos que iba a hacer sobrepaso pero decidió aterrizar. Desplegó rápidamente sus reversos, aplicó el freno, entró en la niebla y se detuvo cerca del final de la pista. Varios de los que estaban ahí aplaudieron.


Jet DC-9 de Intercontinental (Cortesia Aviacol.net)

 Luego los del equipo de tierra se subieron en un pequeño vehículo y salieron hacia la pista. Le pregunté a uno de ellos, – ¿Por qué van hacia la pista? – Y me respondió – Es que van a recoger las palomas muertas que dejó el avión al aterrizar para hacer sopa de paloma...es muy rica. –

Pensé que me estaba tomando del pelo hasta que pude ver que llegaron como con unas quince palomas. Luego el copiloto me dijo – ¿No se acuerda ese pequeño ruido en el fuselaje después de que tocamos tierra? Son palomas salvajes que apenas pasa el avión levantan vuelo y al querer escapar se estrellan contra el avión...!Que palomas tan brutas! –

 Después de una hora de espera el capitán al ver que se mantenía el banco de nubes al final de la pista decidió cancelar el vuelo y llamó a la compañía para que nos llevaran al hotel. Pude escuchar que el capitán del otro jet, al saber que nosotros cancelábamos el despegue, él también decidió cancelarlo.

Podía escuchar a varios pasajeros iracundos pidiendo explicaciones. Pero el capitán rápidamente nos indicó que fuéramos hacia la camioneta que nos llevaría al hotel para evitar problemas con los pasajeros. Me sentí mal por ellos.

En ese momento me di cuenta que había olvidado traer ropa extra. ¡Nunca pensé que justo en mi primer vuelo de observador tendría que pernoctar! Subimos a la camioneta y ya en camino empezaron a pasar hacia atrás una botella de aguardiente. No podía creerlo. – ¡Hágale mijo que esta noche nos vamos de rumba! – Me dijo uno de los auxiliares. Esto me resultaba ahora tremendamente divertido!

Llegamos al hotel y el capitán nos dijo que nos cambiáramos y que nos esperaba en su habitación.
Llegué primero y para mi sorpresa el capitán me sirvió una copita de aguardiente y me dijo, – ¡Bienvenido chino a Avianca!...Aquí la tenemos que pasar bien... pero, ¡Ojo! No vaya a decir nada de lo que hacemos por fuera... ¿Oyó?– – No se preocupe capitán, yo no digo nada. – Le dije.

Enseguida llegó uno de los auxiliares con el copiloto y luego llegaron las dos bellas auxiliares cada una vestida con una sexi minifalda. – ¡Capitán, vámonos a rumbear, tenemos que aprovechar! – dijo una de ellas.

Y el capitán responde, – Chicas no me llamen capitán que no estamos con uniforme, ahora ustedes son las que mandan así que vámonos a rumbear a la mejor discoteca de Pasto... ¡Yo invito! – Salimos en dos taxis rumbo a la discoteca pasando la botella de aguardiente para entonarnos  aún más.

Llegamos a la disco y nos sentamos. Empecé a darme cuenta que la auxiliar jefe, bastante mayor que la otra, estaba enamorada del capitán pero no quería que los demás supieran, me sentía en medio de una telenovela.

El auxiliar que vino con nosotros no era el “maniquebrao” sino el otro compañero. El ya era piloto comercial y nos hablaba de cómo estaba tratando de subir al puesto de copiloto dentro de la compañía.

Historias iban y venían mientras bailábamos y tomábamos.
Más tarde el capitán dijo – Bueno yo me voy ya que mañana hay que madrugar. – Y enseguida ella respondió, – Si el capitán se va yo también. – Y nos miramos con los otros de reojo riéndonos. Ya sabíamos que estos dos se traían algo y que iba a haber aventura aquella noche en el hotel.

Nos fuimos al hotel a descansar y al otro día nos reunimos en la recepción. Al llegar la hora acordada no aparecían ni el capitán ni la auxiliar jefe. Enseguida empezamos a reírnos. Quien sabe quien se quedó donde quien decíamos riéndonos. Y para rematar, como si no nos fuéramos a dar cuenta, cada uno apareció en los extremos opuestos del pasillo. No podíamos de la risa y el capitán nos decía – Nooo, ponganse serios, respeten. – Y más nos reíamos.

Preparamos el avión y procedimos a despegar de este magnífico "porta aviones" de la montaña.

Observe luego algo extraño. Ambos pilotos se colocaron las mascaras de oxígeno aunque no se requería. Miré al ingeniero y le pregunté porque las tenían puestas. –“Hombe”...para suavizar el “guayabo”. – Me respondió sonriéndose.

Recuerdo que hicimos el vuelo directo a Bogotá y subimos casi al límite de lo que podía subir el avión. Me fascinaba ver las nubes abajo y sentirme tan alto.

Llegué a Bogotá lleno de nuevas experiencias y le contaba cada detalle a mi mujer. Para sorpresa mia aquella misma noche me llamó por teléfono el capitán con voz de preocupado diciéndome que no fuera a comentar con nadie todo lo sucedido y le dije de nuevo que tranquilo que no iba a contar nada.

Me acosté en mi cama y miraba al techo sonriendo... ¡Oh Dios!...!Que aventura! Gracias Dios mio!


B - 727 - 200 de Avianca (Cortesia Aviacol.net)

2 comentarios:

ALFA-RAPTOR dijo...

Gracias capi por compartir cada dia sus experiencias y aventuras son excelentes y muy gratas 7/3 att:Itner N.

Unknown dijo...

Excelente relato e historia, muchas gracias por compartirla, soy alguien que sueña ser piloto comercial a toda costa y tus experiencias me hacen sentir ese lindo sentimiento de lo que es amar la aviación.