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jueves, 29 de julio de 2010

EXAMEN DE INGLES


Pronto vino la primera llamada de ACES.(1989). Era la secretaria del jefe de operaciones para comunicarme la fecha del examen de inglés. Estaba feliz de haberla escuchado y empezaba a soñarme con mi carrera en esta compañía. Sentía que estaba “sacándome la espina” que tenía enterrada de Avianca.




Viajé a Medellín por tierra y por el camino pensaba que si entraba a ACES tendría que quedarme a vivir en Medellín por tiempo indefinido.

Cuando llegué pasé la noche en la casa de mi abuela en el apartamento de mi tio Humberto quien me tenía apartada una cama para mi. Al otro día fui al aeropuerto Olaya Herrera que se encuentra en la zona central sur de Medellín.

Llegué y vi a un grupo de unos sesenta pilotos esperando también para el examen. Me acordé de mis épocas de la universidad al ver tantos candidatos. Pensé enseguida que todos así como yo querían ser copilotos. Les desee suerte a todos y me preparé mentalmente para la competencia.

Me reencontré con Jorge Cipagauta, un compañero de la escuela Aeroclub de Colombia y enseguida nos pusimos al día con nuestras vidas. Me contó que estaba volando de copiloto en una pequeña compañía charter y yo le conté de mi experiencia en Avianca. Estaba contento de ver a alguien conocido con quien podía compartir mis temores e inquietudes.

Nos reunieron en varios salones para hacer el examen escrito el cual estaba bien complicado. Lo hice lo mejor posible. Luego nos dijeron que esperáramos afuera para el examen oral. El examinador fue entrando a uno por uno.

Afuera a todos nos afectaba los nervios y tratábamos de hablar con quienes salían para tener alguna idea de como era el examen. Nos dimos cuenta que la mayoría entraba y solo duraban uno o dos minutos. No entendíamos porque pero simplemente el examinador los estaba eliminando como ovejas que iban al matadero. Esto nos ponía más nerviosos aún!

Llegó mi turno y sentía mi estómago completamente comprimido. El examinador me mostró mis exámenes escritos y me explicó rápidamente que debido a los errores yo no clasificaba para copiloto de la empresa.

Sentí el frío de la espada del verdugo atravesando mi vientre. Instintivamente y gracias a mi angelito reaccioné de una forma completamente sorprendente. Mi mente se revirtió al inglés. Antes de que él terminara de asesinarme con la sentencia final, le dije en inglés que en los exámenes de todas formas yo trataba de explicar lo mejor posible cada caso.

El examinador se sorprendió y en español me preguntó que donde había estudiado inglés. Yo sin caer en la trampa de volver al español le empecé a contar,con mi mejor inglés, que había estudiado en Denver y que luego había hecho algunos semestres en el College.

Traté de continuar pero me interrumpió y apuntando mi nombre en una lista me dijo, – Suficiente, usted es de las personas que estamos buscando. – Y me pidió el favor de que hiciera pasar al siguiente piloto. Estaba perplejo y no podía creer que no había sido decapitado… no había sangre en mi cuerpo, … !Había sobrevivido al sable del verdugo!

Salí todavía con cara de asustado y todos afuera me estaban mirando con cara de interrogante. Porque usted si se demoró? Que pasó allá adentro? Les respondí que la clave era hablarle en inglés y creo que con esto le di la oportunidad a algunos de mis futuros compañeros de curso a clasificar.

Luego me encontré con Jorge y supe que él también había pasado el examen. Estábamos emocionados y felices. Enseguida hicimos planes para reunirnos a estudiar nuestro futuro avión, el Twin Otter!

De Havilland DHC-6 Twin Otter de ACES.




2 comentarios:

Lumediana dijo...

por eso a mi no me gustan los examenes uno tiene que orbitar sobre las expectativas del profesor adivinarlas y satisfacerlas...
genial anecdota

Diego Monsalve dijo...

Excelente historia, hace dias no leia tu escritos y ahora que los leo me doy cuenta de tanta historia maravillosa que me he perdido. Gracias por compartir las historias, Bendiciones...