martes, 15 de diciembre de 2009

De dónde proviene la lengua castellana.

El castellano proviene del latín vulgar hablado en el imperio romano. Se llama vulgar porque era el pueblo el que usaba este tipo de lenguaje,un pueblo conquistado por el impreio romano a lo largo de sus diferentes incursiones debidas a las guerras.
En contraposición al latín vulgar se encuentra el latín clásico utilizado fundamentalmente por los escritores de la época.
De la lengua madre latina provinieron otras lenguas romances como es el caso del portugués, francés, italiano y castellano.


A las invasiones latinas, se pueden añadir otros idiomas que también hicieron estragos en nuestro idioma como por ejemplo los barbaros, árabes, etc.
Todo ello lleva a la creación del latín español con el nuevo nombre de castellano.
En época de unidad latina existen testimonios de los siguientes procesos:
-Perdida de las distinciones de la cantidad vocálica
-Desarrollo de la distinción entre las vocales cerradas y las abiertas
-Reducción del número de vocales a 7 tónicas, 5 atonas internas, y tres finales, la reducción de diptongos e hiatos , desaparición de la h en la posición final, etc.
La síntasis tiende a un orden de palabras analíticos progresivos.
El latín es una lengua itálica que fue hablada en la Republica Romana y el Imperio Romano desde el siglo XI. Su nombre deriva de la existencia de una zona geográfica de la península itálica denominada Vetus Latium o 'Antiguo llano'.
Ganó gran importancia con la expansión del estado romano, siendo lengua oficial del imperio en gran parte de Europa y África septentrional, junto con el griego. Como las demás lenguas indoeuropeas en general, el latín era una lengua flexiva de tipo fusional con un mayor grado de síntesis nominal que las actuales lenguas romances, en la cual dominaba la flexión mediante sufijos, combinada en determinadas veces con el uso de las preposiciones; mientras que en las lenguas modernas derivadas dominan las construcciones analíticas con preposiciones, habiéndose reducido la flexión nominal a marcar sólo el género y el plural, conservando los casos de declinación sólo en los pronombres personales (teniendo estos un orden fijo en los sintagmas verbales).1
Aunque el latín en su forma clásica actualmente no es la lengua nativa de ningún grupo y, por tanto, es una lengua muerta, éste dio origen a un gran número de lenguas europeas, denominadas lenguas romances, como el castellano, el francés, el italiano, portugués, el catalán, el gallego, el rumano, y otras de menor difusión (el asturleonés, el aragonés, el occitano, etc.), y también ha influido en las palabras de las lenguas modernas, como consecuencia de que durante muchos siglos, después de la caída del Imperio Romano, continuó usándose en toda Europa como lingua franca para las ciencias y la política, sin ser seriamente amenazada en esa función por otras lenguas en auge (como el castellano en el siglo XVII o el francés en el siglo XVIII) hasta prácticamente el siglo XIX.

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