El síndrome de Diógenes es un desorden del comportamiento que afecta a un 3% de la población. Normalmente lo padecen personas de avanzada edad que viven solas, han estado sometidas a situaciones de estrés o les ha afectado profundamente la muerte de un familiar.
Esta enfermedad se caracteriza por un aislamiento social, un abandono personal y la acumulación de grandes cantidades de objetos inservibles y desperdicios, llegando a vivir en situaciones realmente insalubres.
En las noticias nos presentan los casos más llamativos cuando los bomberos han entrado en una casa, hasta arriba de basura, generalmente alertados por los vecinos, después de un largo proceso de denuncias y soportar durante meses, malos olores, insectos y roedores.
La familia del afectado por el Síndrome de Diógenes que ha llegado a este extremo, también sufre un verdadero calvario, ante un enfermo que no admite ayuda y que se encierra cada vez más en su propia miseria.
La Agencia Madrileña para la Tutela de Adultos de la Comunidad de Madrid, es un servicio social especializado en estos casos, que pueden asesorar mejor que nadie, sobre el procedimiento a seguir ante un comportamiento de Diógenes.
El objetivo básico de la Agencia es la protección jurídica y social de personas que se encuentren en una presunta situación de incapacidad y que residan en la Comunidad de Madrid.
Su actuación se orienta a fomentar el respeto de los derechos de sus tutelados, y su mayor integración en la sociedad.
Es digno de estudio que en nuestra sociedad, cada vez se den más casos del síndrome de Diógenes en personas que no cumplen el perfil descrito anteriormente. Personas jóvenes, que viven acompañadas y acaban convirtiendo en un infierno la vida de los que conviven con ellos.
Si nos paramos a pensar, nadie está libre este mal. ¿Cuántas cosas que no nos hacen falta almacenamos en nuestra propia mesa de trabajo, sin ir más lejos? El cajón de la mesilla de noche es el destino de los objetos olvidados, la ropa que nos ponemos cabría en la mitad del armario, el resto lo guardamos, por si se vuelve a llevar o, esto sí que es cómico,“para cuando vuelva a mi talla”.
No te quiero contar lo que hay en el trastero, el DVD que no funciona, los juguetes del niño por si los quiere almacenar en su casa cuando sea mayor, los apuntes de la carrera que después de 20 años, igual nos hacen falta, y muchas cajas vacías por si tenemos que guardar más reliquias o nos mudamos.
También existe el síndrome de Diógenes de cosas concretas: hay quien almacena zapatos y tienen hasta los de su abuela. Otros almacenan coches viejos, estos son los que disponen de más sitio y conservan todos los que han comprado y los de sus familiares o amigos que iban al desguace. Lo de tener sitio también es peligroso para los que guardan los muebles desvencijados. El almacén de bolsas vacías es imprescindible, y un grupo muy numeroso almacena medicamentos. Existe una auténtica farmacia en cada casa, aunque muchos productos están caducados.
El problema es el por si acaso lo necesito. Ésta es la misma razón por la que se llega a recoger basura de la calle.
En la era del consumo excesivo, del culto a las cosas, este síndrome se agrava, hasta el punto de que cuando alguien muere, lega a sus herederos inmuebles llenos de trastos inútiles.
A seguir acumulando para la Herencia.
Mi respeto a todas las familias de enfermos con Síndrome de Diógenes severo.
Agencia Madrileña para la Tutela de Adultos de la CAM
C/ Gran Vía nº 12. 1ª y 2ª planta.
28013 Madrid
teléfono: 91 580 41 16
www.madrid.org
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Por P. Grau
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