OSTEORADIONECROSIS MANDÍBULA

 
 

La osteoradionecrosis de mandíbula, como su nombre indica, es una necrosis de la mandíbula que aparece tras la radioterapia y/o braquiterapia del área de la boca.


A pesar de la planificación cuidadosa y de las nuevas técnicas de radioterapia, El tratamiento de tumores que afectan a la lengua, suelo de la boca, faringe, laringe, etc., puede dar lugar a que los tejidos sanos que rodean al área irradiada se vean afectados con aparición de lesiones necróticas. Estas lesiones aparecen cuando la radioterapia supera la dosis de 5.000 rad. y coinciden otras enfermedades entre las que contamos la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, consumo de alcohol, tabaco o tratamientos inmunosupresores.

Cuando se analizan estas lesiones necróticas se encuentra una endarteritis obliterante progresiva que deriva en un tejido hipocelular, hipovascular e hipóxico ( tejido triple H).

Las lesiones pueden aparecer incluso meses o años después de la radioterapia, de ahí que consideremos como tejidos a vigilar todos aquellos que hayan sido irradiados.

Cuando aparecen las lesiones necróticas que pueden afectar a tejidos blandos o incluso al hueso , estas lesiones evolucionan mal ,presentando un deterioro progresivo que no suele curarse de manera espontánea y provocando un importante deterioro de la calidad de vida de los pacientes.


Numerosos estudios y publicaciones científicas han demostrado que ante una osteoradionecrosis de mandíbula, la aplicación de la Oxigenoterapia Hiperbárica (OHB), conjuntamente con el tratamiento antibiótico y los cuidados locales, consigue el control de las lesiones en los casos leves. Y, en los casos muy avanzados, asociando la OHB a técnicas quirúrgicas específicas, se consiguen resultados muy positivos, con lo que la OHB ha contribuido a que el resultado quirúrgico de estas lesiones, cuyo pronóstico era muy sombrío, sea muy esperanzador, consiguiéndose en muchos casos reconstrucciones muy funcionales y satisfactorias.


La OHB en estos casos consigue aumentar el aporte de oxígeno al tejido hipóxico irradiado con el fin de que la cicatrización pueda llevarse a cabo. Así, se consigue la neovascularización y la neocolagenización del lecho irradiado.


Desde hace una década y ante los resultados tan favorables obtenidos con la OHB, se aconseja que cuando se deba manipular un tejido previamente irradiado ( extracción de piezas dentarias, implantes ósteointegrados entre otros) y ante el riesgo de aparición de lesiones postrádicas, se trate pre y post  la cirugía con OHB con el fin de evitar la aparición de la necrosis postrádica.

 

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