Alicia regresa al País de las Maravillas a reencontrarse con personajes chiflados. Sin saberlo, ha llegado a cumplir una misión. Sus viejos amigos esperan mucho de ella. Ha decidido continuar caminando con seguridad. «En los sueños puedo hacer lo que quiera».

Con los debidos toques que caracterizan a Tim Burton, la película no se escapa de tener arte visual oscuro y, a mi gusto, muy bueno, pero con poca creatividad en historia y diálogos. Probablemente por hacerla clasificarse en A.

El maquillaje ha estado estupendo y el vestuario también ha sido de mi agrado. De los actores, Johnny Deep es mi favorito, su trabajo no deja de gustarme, adoro esas caras y movimientos raramente estilizados; añado que hubiera preferido una Alicia estilo J. Ferland a una Alicia M. Wasikowska.

La actitud de la reina blanca me hubo fascinado haciéndome reir por cada escena suya. Y ni qué decir de la loca liebre. También destaco mi complacencia por la actuación de Helena Bonham, la intolerable reina Roja y lo modoso del Gato Cheshire.

Predecible y un tanto aburrida, esta «Alicia en el País de las Maravillas» me anima a atreverme confiando en mí misma y me recuerda un mensaje visto en xxxHolic: «cada quien define el futuro con las desiciones que se toman para forjar un destino inevitable».

Sí la volvería a ver, aunque el final…