Parménides II


c) LA EXPOSICIÓN DE PARMÉNIDES

 

·          PRIMERA HIPÓTESIS POSITIVA Si lo uno es (uno): consecuencias para lo uno

Ei hèn éstin SI LO UNO ES UNO (lo uno no es múltiple). Uno = Uno

Si lo uno es uno, ni puede tener partes ni ser un todo porque una parte es parte de un todo.

Si no tiene partes no tendrá principio, ni fin, ni medio, puesto que éstos serían partes. Es ilimitado.

    No puede tener figura, ni redonda ni recta pues toda figura tiene partes, extremos.

No puede tener lugar, ni puede estar en sí mismo ni en otro lugar.

Si estuviera en sí mismo, se rodearía a sí mismo porque no se puede estar en algo y no estar rodeado por ese algo. Una cosa sería él y otra cosa lo que rodea, resultando que lo uno ya no es uno sino múltiple.

Si estuviera en otro lugar, estaría rodeado por el lugar, pero no podría tocar ese lugar con alguna parte, ni tampoco con todas pues lo uno no tiene parte alguna.

Es inmóvil

No puede tener movimiento por alteración, pues si se alterase en sí mismo ya no sería uno, sino otro.

No puede tener movimiento por desplazamiento,

            Si girase en círculo tendría que hacerlo sobre la parte de su eje, no existiendo tal parte.

            Si se moviera de un lugar a otro estaría en un lugar, y lo uno, ya se vio, no puede estar en un lugar.

            Si permaneciera estático, estaría en sí mismo, ya se vio que no puede estar en sí mismo.

                           Luego ni está quieto ni en reposo.

No puede ser diferente (tò héteron) ni de sí mismo (porque sería otro) ni de algo diferente en tanto que es uno, sólo algo diferente le conviene ser diferente de algo. Lo uno no es diferente de nada.

No será lo mismo (tò autó) porque si es lo mismo que muchos, se vuelve múltiple. Si es lo mismo que sí mismo no sería uno para sí mismo; siendo uno no sería uno.

No será semejante en cualidad porque lo mismo no puede ser uno. Si lo uno fuera algo más que uno, podría ser más que uno. No puede ser lo mismo ni que otro ni que sí mismo.

No puede ser desemejante en cualidad porque aquello que lo es, es desemejante a lo uno. Lo uno no puede ser desemejante con respecto a sí mismo o con respecto a otro.

No puede ser igual ni distinto en cantidad pues, de serlo, tendría las mismas medidas que algo o que sí mismo. Si tuviera más o menos medidas o iguales medidas, tendría partes y ya no sería uno.

No tiene tiempo porque entonces participaría en una igualdad de tiempo, con respecto a sí mismo y otras cosas. Tampoco tiene parte del tiempo ni está en ningún tiempo. Ni llegó a ser, ni estaba llegando a ser, ni era antes, ni ha llegado a ser, ni llega a ser ni es ahora, ni llegará a ser, ni habrá llegado a ser, ni será después.

No puede devenir, ni llegar a ser.

 

En conclusión: de ningún modo participa lo uno del ser. De ningún modo lo uno es. No hay modo que sea uno.

Lo uno ni es uno ni es.

 

[142-a] Parménides «Por lo tanto, no hay para él ni nombre ni enunciación, ni ciencia, ni sensación ni opinión que le correspondan […] Tampoco, entonces, se lo nombra ni se lo enuncia, no es objeto de opinión ni se lo conoce ni hay ningún ser que de él tenga sensación»

 

·          SEGUNDA HIPÓTESIS POSITIVA Si lo uno es: consecuencias para lo uno

Hèn ei ésti SI LO UNO ES (participa lo uno del ser) Uno = Ser

“Uno” tiene diferente significado que “es”;

“Es” se dice de lo uno en tanto que él es. (Predicado lo que se dice de algo)

“Uno” se dice de lo que es en tanto él es uno. (Sujeto algo sobre lo que se dice)

Uno que es, es un todo y tiene por partes “Uno” y “Es” (tò hén, tò eínai).

“Es” como parte, contiene a lo  “uno”.

“uno” como parte, contiene “Es”. Luego uno no es uno, sino dos; “uno” y la parte del “Es”.

Uno que es”, es múltiple.

 

UNO, lo uno en sí, separado del ser

 

[143-b] Parménides «Es necesario que una cosa sea el ser de lo uno, y otra diferente él mismo, puesto que lo uno no es ser sino que, en tanto uno, participa del ser»

 

Si se trata de concebir un uno separado del ser, sin participación, no puede establecerse la diferencia a partir de sí mismo (el uno no puede diferenciarse del ser a partir de lo uno; el ser no puede diferenciarse de lo uno a parir del propio ser) sino que decimos que en virtud de uno, es diferente el otro, como pares. Si cada par resulta de una unión de dos (sýnduo), cada uno de sus integrantes ha de ser uno. Parménides parte de la noción de que 1, 2, 3… se generen por adición pero al ser un argumento lingüístico, se apoya en la peculiaridad del dual, número que existe en griego junto al singular y el plural. Si el número (ilimitado, múltiple) es, el ser está distribuido en toda esta pluralidad ilimitada del número; el ser está fragmentado al extremo, se distribuye en el mayor número de partes. Pero, si está dividido, no puede estar entero en cada parte en la que se divide, luego no es verdad que el número de partes en las que el ser se distribuye sea el mayor posible… La conclusión de Parménides es que lo uno en sí, en tanto participa de la diferenciación inevitable a partir del ser (lo uno que es),

Lo uno es múltiple, tiene partes (es un todo, la totalidad de las partes) y si tiene partes no puede ser ilimitado puesto que un todo comprende a sus partes dentro de un límite, en conclusión, es limitado e ilimitado en pluralidad (el caso del número infinito en tanto ilimitado y limitado según comprende sus partes).

Si tiene límite tendrá extremos (principio, fin y medio).

Lo uno es la totalidad de las partes, lo uno comprende a lo uno, lo uno mismo se comprende a sí mismo. Lo uno no está ni en todo ni en todas partes pues, de estarlo, estaría o en el uno o en sólo una parte (o en unas más y en otras menos), y ya no sería uno. Si no estuviera en parte ninguna no sería nada; puesto que es un todo y dado que no está en sí mismo, es necesario que esté en alguna otra cosa. En conclusión: en la medida en que lo uno es un todo, está en otra cosa pero en la medida en que es una totalidad de partes, está él mismo en sí mismo.

Lo uno se mueve y está en reposo. Lo que está siempre en el mismo sitio está en reposo y dado que está en sí mismo no puede salir de sí para cambiar de lugar. Sin embargo, lo que está en otra cosa ha de moverse.

Lo uno es lo mismo y diferente de sí mismo en cuanto a sí mismo.

Lo uno es lo mismo que otras cosas y diferente de ellas.

Pero lo uno no es parte de sí mismo, ni tampoco diferente de lo uno. Lo que estando en lo mismo consigo mismo, está en otra cosa diferente de sí mismo, es necesario que sea él mismo diferente de sí mismo, ya que está también en otro sitio diferente, está él mismo en sí mismo, y, a la vez, en algo diferente. Si es diferente será diferente de lo diferente (de los otros). Todo lo que no es uno, es diferente de lo uno; y viceversa, lo uno es diferente de todo lo que es uno.

Aquí Parménides hace una objeción: Lo mismo y lo diferente son contrarios (lo mismo no puede estar en lo diferente y viceversa). La diferencia no está en lo mismo, por lo tanto, lo diferente no puede estar en ninguna cosa que es ni en lo uno pues, estándolo, estaría en lo mismo. Luego ni lo uno será diferente de las cosas que no son uno ni las cosas que no son uno serán diferentes de lo uno por causa de lo diferente.

Tampoco por causa de sí mismos serán diferentes, dado que no participan de lo diferente.

Si no son diferentes ni por sí mismos ni por lo diferente, no parece que sean diferentes entre sí.

Lo uno es diferente de los otros y los otros son diferentes de lo uno, ellos, por lo tanto, son semejantes en su diferencia.

[Robinson sostiene que hay una falacia en este argumento frente a otras interpretaciones como la de Peck].

Lo uno será semejante y desemejante a las cosas.

En tanto diferente, será semejante.

En tanto lo mismo, será desemejante.

Si es lo mismo, no es diverso, no es desemejante luego es semejante.

Si es lo otro, será diverso, no es semejante luego es desemejante.

Está en contacto consigo mismo y con las otras cosas y no está en contacto.

En la medida en que está en contacto consigo mismo no está en contacto con otras cosas.

En la medida en que está en contacto con otras cosas no está en contacto consigo mismo.

Será igual y desigual tanto a sí mismo como a otras cosas.

Si en lo uno, por ejemplo, se diera la pequeñez, ella estaría en todo él o en una parte de él.

Si está en todo él estaría por igual que lo uno, bien extendida en todo el uno, bien comprendiéndolo. En el primer caso, la pequeñez sería igual a lo uno y si lo comprendiese, sería más grande (desigual).

Si está en una parte no está en la totalidad de dicha parte, pues sería igual o más grande que la parte en la que estuviese.

En consecuencia, la pequeñez y la grandeza… no están en ninguna de las cosas que son, ya que no se da ni en una parte ni en el todo, y nada es pequeño o grande salvo la pequeñez o la grandeza en sí mismas. Lo uno no es ni más grande ni más pequeño, sino igual a sí mismo y a las otras cosas. Pero, si es igual a otras cosas, las comprende, luego ha de ser más grande y, por tanto, desigual.

Numéricamente, tendrá medidas iguales, mayores y menores respecto a sí mismo y a otras cosas, siendo igual o distinto en cantidad respecto a sí mismo y a otras cosas.

Participa del tiempo.

Participa del tiempo en tanto a que participa del “ser”.

 

En conclusión: lo uno participa del ser porque es uno y, en ocasiones, del no ser, porque no es uno. En un tiempo participa y en otro no participa.

Lo uno es y no es.

 

[155-d] Parménides «Y, en verdad, podrá haber de él ciencia, opinión y sensación, dado que también nosotros ahora ejercemos, a propósito de él, todos estos actos […] hay para él un nombre y un enunciado que le corresponden»

 

·          TERCERA HIPÓTESIS POSITIVA Si lo uno es: consecuencias para los otros

Lo uno no es las otras cosas, sin embargo las otras cosas no están privadas completamente de lo uno, sino que participan en él.

Las otras cosas son otras por tener partes si no, serían uno.

  Si tienen partes son un todo, dado que no pueden ser partes de una pluralidad sin totalidad

  (en tal caso x sería parte de todos los miembros de la multiplicidad y de sí mismo, lo cual no es posible) […]

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