Una pequeña guía para reconocer las manchas en la piel del bebé y saber cuándo es necesario actuar.
Lunares, antojos, angiomas, manchas grandes o pequeñas… Son marcas «personales» algunas de las cuales desaparecen solas mientras que otras requieren tratamiento. Los también llamados «antojos» son, en realidad, anomalías en la pigmentación o en la irrigación sanguínea de la piel, y raras veces son indicios de un problema grave.
Las manchas que aparecen en la piel del niño pueden ser de color (blancas, negras, grises, rosas, rojas, beiges, marrones) y de formas distintas. A continuación, ofrecemos una pequeña guía que permitirá reconocerlas según sus característicassss.
Algunas desaparecen en seguida
Una buena parte de las manchas que aparecen durante los primeros días del recién nacido desaparecen espontáneamente pasadas algunas semanas, cuando la piel empieza a encontrar su propio equilibrio. He aquí algunas manchas completamente «inocuas»:
MILIA: son pequeños quistes blancos situados en la base de la nariz o esparcidos por toda la cara. Aparecen debido a una momentánea acumulación de grasa en las glándulas sebáceas que se encuentran debajo de la piel. No requieren ningún tratamiento porque desaparecen espontáneamente al cabo de unos días.
SUDAMINA: son manchas blancas de bordes rojizos, corrientes durante las primeras semanas de vida. Desaparecen por sí solas.
ERITEMA DEBIDO AL CALOR: son pequeños puntos rojos que aparecen cuando hace calor y el niño suda mucho, desapareciendo en cuanto se restablece la temperatura corporal.
¿Cuándo se debe consultar al pediatra?
Las manchas de la piel también pueden indicar la existencia de una infección que requiera los cuidados del pediatra.Veamos cómo identificar las dos más difundidas:
TIÑA: las manchas tienen unos bordes bien definidos que forman un anillo redondeado. El centro sobresale un poco, es de color rosa oscuro y tiende a descamarse.
IMPÉTIGO: las manchas parecen quemaduras de cigarrillo, con los bordes bien definidos y pequeñas costras en el interior.
En ambos casos, al principio, las manchas son pocas y se distribuyen por las zonas de la piel que están en contacto con el aire, y si no se toman las medidas pertinentes se multiplican rápidamente.
Cuando son rojas…
ANGIOMAS
Los clásicos “antojos”. Son manchas rojizas de poco espesor, llamadas también «angiomas planos«. Son malformaciones vasculares permanentes que, en la mayoría de los casos, sólo comportan problemas estéticos. Están presentes desde el nacimiento y crecen con el niño. Tienden a aclararse en las primeras semanas de vida, a medida que la piel adquiere más espesor, pero nunca efectúan una regresión espontánea.
¿Qué debe hacerse?
Sólo los angiomas situados en la frente, en los párpados o en la nuca pueden atenuarse con el tiempo, normalmente antes del año, puesto que no son verdaderos angiomas planos, sino capilares dilatados que se normalizan gradualmente. En la mayoría de los casos, estos angiomas requieren una intervención precoz, ya que, con el paso de los años, se hacen más tupidos, responden menos a los tratamientos con láser y agravan el problema estético. El láser es el único tratamiento posible.
HEMANGIOMAS
Son manchas rojizas de forma irregular que, al principio, son planas, y más tarde, tienen relieve. Están presentes desde el nacimiento o aparecen en las primeras semanas de vida. Crecen durante los primeros seis meses y, después, tienden a desaparecer de forma espontánea (normalmente, antes de los cinco años y, como máximo, antes de los nueve). Suelen localizarse más frecuentemente en la cara, aunque también pueden aparecer en otras partes del cuerpo. Son las anomalías vasculares más comunes.
¿Qué debe hacerse?
Sólo se opta por la intervención quirúrgica precoz si están localizados en la cara y destinados a tener una regresión no favorable, ya que, aunque son benignas, con el crecimiento, estas manchas pueden dar lugar a problemas estéticos y psicológicos, sobre todo cuando se localizan en la cara.
Asimismo, se intervienen si se trata de hemangiomas problemáticos que, a causa de su localización, pueden provocar un daño funcional, como los situados alrededor del ojo, en la nariz, en el labio o en el cuero cabelludo. En ambos el problema puede resolverse recurriendo a sofisticadas técnicas como los ultrasonidos, la electrocoagulación de radiofrecuencia, microcirugía y láser.
Cuando son azuladas…
MANCHA MONGÓLICA
Es una mancha oscura (de color gris, difuminada) que se localiza exactamente en el centro de la base de la espalda del niño y tiene la forma de un triángulo con el vértice dirigido hacia abajo. Se llama «mancha mongólica», por ser muy frecuente entre los niños de los países orientales.
Se debe a una condensación de melanocitos, las células que contienen el pigmento (melanina) que confiere a la piel su color natural. Además de estar difundida entre los niños asiáticos, esta señal también caracteriza al 25 por ciento de los pertenecientes a la raza blanca.
¿Qué debe hacerse?
Por ser totalmente benigna, esta mancha no precisa ninguna terapia, en parte también porque está destinada a desaparecer por sí sola con el tiempo, pues los melanocitos penetran en la zona más interior de la piel y ya no pueden verse. Sólo en el caso de que la mancha ya sea muy oscura en el momento de nacer, puede persistir un pequeño halo.
Cuando son marrones…
MANCHAS CAFÉ CON LECHE
Tienen una forma ligeramente irregular y una inequívoca tonalidad marrón. Pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo y en el momento de nacer no suelen pasar de un centímetro y medio de diámetro.
Se deben a una mayor concentración de melanina en determinadas zonas de la piel.
¿Qué debe hacerse?
Esta señal en la piel también es benigna, siempre y cuando el número de manchas sea limitado (máximo 3). Si son muchas (más de 7) o bien aumentan a medida que el niño crece, deberá consultarse al pediatra.
EFÉLIDES
Se trata de minúsculas manchas de color marrón claro, que aparecen entre los 2 y los 5 años, cuando el pequeño comienza a tomar el sol. Se localizan precisamente en las zonas del cuerpo más expuestas a la luz: los pómulos, los hombros, la nariz y las manos.
Las efélides, que a menudo se confunden con los lunares, son una característica específica de los niños con la piel clara y pelirrojos o bien rubios. Las efélides advierten de la incapacidad del organismo para producir melanina de una manera apropiada así como de proteger debidamente contra la agresión de los rayos solares.
¿Qué debe hacerse?
Para evitar quemaduras, es preciso aplicar sobre la piel cremas solares con un elevado índice de protección y no exponer al pequeño al sol durante las horas centrales y más cálidas del día (de las 11 de la mañana a las 3 de la tarde), especialmente en verano.
LUNARES
Tienen los bordes perfectamente definidos y color oscuro. Su diámetro puede variar de 1,5 a 20 centímetros.
Se deben a auténticos racimos de melanocitos que resaltan por su color más oscuro del resto de la piel. Suelen aparecer a partir del primer año de vida, y aparecen en pocas ocasiones entre los recién nacidos. Por regla general, se trata de una mancha única que puede aumentar de tamaño.
¿Qué debe hacerse?
Los lunares suelen ser benignos, pero sin embargo debe controlarlos un dermatólogo, quien comprobará que no se modifique su tamaño, forma y aspecto.
Cuando son blancas…
LUNARES DESCOLORIDOS
Son pequeñas manchas más claras que el resto de la piel e indican una escasez de melanina. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero sobre todo en la zona central del abdomen, cerca del ombligo, y aumentan de tamaño al crecer el niño. Pero se ven poco y sólo destacan cuando la piel se broncea.
¿Qué debe hacerse?
Son benignos, por lo que sólo se consultará al especialista si su número es muy elevado
Cuando son negras…
NEVUS
Marcas oscuras que aparecen ya en el momento del nacimiento. La intensidad del color es muy variable. Algunas de estas marcas son pilosas, es decir, con pelo, desde el momento del nacimiento.
PECAS
Son lunares con un diámetro que oscila entre 1 y 2 milímetros. Pueden aparecer en cualquier parte, y suelen hacerlo entre los 3 y los 5 años de edad. Presentan un color negro uniforme, tienen los bordes bien definidos y con frecuencia aumentan de número al crecer el niño. Son totalmente benignas y se «heredan» de los padres.
¿Qué debe hacerse?
Las pecas, cuya aparición favorece el sol, suelen localizarse en las zonas expuestas a los rayos ultravioleta, pero no constituyen un indicio de que la piel se halle más expuesta a sufrir quemaduras.
Fuente: Aquí Mamá
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