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EL TORTUOSO CASO DEL VESPINO

EL TORTUOSO CASO DEL VESPINO

Hace unos 25 años, leí un breve artículo de Juan Benet en un diario nacional. Su título era algo así como “Póliza de 1,25 (pesetas) con o sin estampillado”. Relataba, de manera muy breve y descriptiva pero con la maestría de Benet, un complicadísimo proceso administrativo para un asunto de la mínima importancia. Me ha venido a la mente en relación con otro asunto, mucho menos importante pero también mucho más kafkiano del que he sido, junto con un vespino, protagonista.

Voy a la historia.

Sucede que una buena amiga regaló hace unos meses a mi mujer, en tiempos experta motorista, un viejo ciclomotor, vespino, de 49 cc. Digo viejo como puedo decirlo de mí mismo, en buen estado pero con bastantes años. Casi la mitad que yo, casi 30 años.

El vespino está, como digo, en muy buen estado y con su documentación original en regla. Le hicimos una revisión y creímos, inocentes, que quedaba listo para su uso, técnica y legalmente. Pero, hete aquí, alguien nos comentó que, ahora, los ciclomotores tienen que estar matriculados (antes no era necesario). Este es el inicio de un proceso que ha estado a punto de llevarme a cometer una barbaridad, quemándome a lo bonzo, junto con el vespino, frente a cualquier órgano de la administración de los muchos que he tenido que visitar. Como somos muy legalistas y no nos gustan las multas, iniciamos por nuestra cuenta (no creí necesario utilizar los servicios de una gestoría) los trámites.

Voy al proceso.

 1. Dirección Provincial de Tráfico de La Línea (Cádiz). Es el primer organismo visitado y, pensaba yo, el último. Pero no. Me dicen que lo primero que tengo que hacer es pasar la ITV de la motito. De modo que, meto el vespino en la furgoneta de mi mujer (no podía, legalmente, circular sin matrícula) y me voy a la ITV de Estepona.

2. ITV de Estepona: “Pues no señor, no podemos hacerle la ITV, porque tiene que estar matriculado. Esto se lo hacen en el propio ayuntamiento de la Línea”.

3. Ayuntamiento de la Línea: “¿Cómo le han podido decir eso?” «Diga en la ITV que se trata de primera revisión, que le tienen que dar allí mismo la nueva documentación”. El funcionario me da unos papeles en los que, efectivamente, se lee que es ese el inicio del procedimiento.

4. ITV de Estepona, 2ª visita, con el puñetero vespino de nuevo dentro de la furgoneta. “Pues le habrán dicho lo que sea, pero le repito que esto no es así. Si no me trae usted la moto matriculada no podemos pasarle la ITV. Si no se lo resuelven en el Ayuntamiento, vaya usted a Tráfico”. Como en el Ayuntamiento, me dan otros papeles que hacen referencia a cierta legislación que regula el asunto. Pero, con gracejo andaluz, que yo no entendía en estas circunstancias, me advierten: “Mire usted, esta orden ministerial que le doy ya no está en vigor (efectivamente, lo que me decían no estaba respaldado por el texto de la Orden que figuraba en el papel), lo que pasa es no tenemos los impresos con la nueva Orden”.

Me pareció inútil preguntar por qué, entonces, me daban el papel que contenía la Orden que ya no estaba en vigor.
Soy de natural tranquilo y no suelo protestar, y mucho menos ante funcionarios impasibles y que, a lo mejor, tienen razón o al menos creen tenerla. De modo que vuelvo a Tráfico al día siguiente.

5. DGT de la Línea, 2ª visita. “Señor, ya le comenté que si no tiene la documentación nueva, que se la tienen que hacer en la ITV, no podemos hacer nada.” Le explique que se habían negado a pasar la revisión, pero su gesto me hizo ver que le daba lo mismo, que no era asunto suyo que otras instituciones no cumplieran el procedimiento establecido.

Esta situación me desbordó. Diré que soy abogado, que creo en principio de legalidad, en la justicia, en la buena fe de la actuación de los funcionarios y en todos los valores y principios que ayudan a un ordenado transcurso de la vida y de las relaciones humanas. Pero las cosas que no entiendo y las situaciones que no soy capaz de interpretar correctamente, me desbordan. Pero como tampoco soy conformista, y mucho menos lo es mi mujer que, además, tenía ilusión por el puto vespino, convocamos un comité de crisis con la participación de ambos, para tratar de ver un resquicio en este círculo vicioso. Mi mujer dio con la clave: ¿Por qué no lo llevamos a otra ITV? BINGO¡¡¡

Subimos otra vez a la bestia parda (realmente es negra) a la furgoneta y nos dirigimos a la ITV de Algeciras con una equilibrada mezcla de esperanza y de escepticismo.

6. ITV de Algeciras: “Ningún problema, señor, póngase en la cola de las motos.”

Todo transcurrió bien. El monstruo pasó sin problema el examen. “Pase a recoger la nueva documentación en unos días”. Los días se convirtieron en un par de meses, puesto que tuvimos que volver a Madrid. Pero a nuestra vuelta, los papeles aún estaban en la ITV. Preciosos, un cartoncillo verde, con sus copias. Ya está¡¡ Ahora a Tráfico, a matricular¡¡

7. DGT de La Línea, 3ª visita. “Mire señor, está todo en orden, parece, pero tiene usted que matricularla en la DGT de su domicilio, en Madrid.” Estábamos tan eufóricos por el desbloqueo de la situación que obvié inquirirle por qué no me lo había dicho así en la primera ocasión.

A mi vuelta a Madrid, de esto hace pocos días, me fui con mi carpeta de papeles a DGT de Madrid. Sólo papeles; no venía conmigo la puta moto de los huevos. Cuidaba más estos papeles que las escrituras de mi casa. Mucho tráfico y calor en estos finales de julio, pero feliz de ver que, por fin, se acercaba el final del proceso. Volvería al sur con el objetivo cumplido y seguro de recibir el reconocimiento y admiración de mi mujer, que dicho sea de paso, me había atacado en no pocas ocasiones con el “ya te dije que teníamos que haberlo hecho a través de una gestoría”.

8. DGT de Madrid, 1ª visita. Tomo el consabido número de la máquina y espero 20 minutos. Una amable funcionaria me dice: “Todo esta completo –se me iluminan los ojos-, pero le falta únicamente –se me ensombrecen de nuevo- esto, tome nota”:

– Pagar la tasa de matriculación, aquí mismo, en la 1ª planta
– Pagar el impuesto de matriculación, en la Agencia Tributaria de su domicilio
– En cualquier sucursal de Caja Madrid, tiene que ingresar, con este impreso que le doy, el impuesto de circulación.
– Y, finalmente, en la Comunidad de Madrid, tiene que presentar el contrato de compraventa con el anterior propietario, y liquidar el impuesto de Transmisiones Patrimoniales.

“Cuando todo esté hecho, vuelve por aquí.”

¿Tantos impuestos para una mierda de moto? (esto es reflexión mía, ni se me ocurrió decírselo a la funcionaria)
¿Sería yo capaz de hacer todo esto sin ayuda de una gestoría? Mi orgullo me impedía pedir ayuda en el tramo final.

De modo que inicié, esa misma mañana, las gestiones.

9. Caja de la DGT. Sin problemas, veinte minutos de cola y la tasa queda pagada. 25 euros.

10. Agencia Tributaria. Cola de 25 minutos: “Tiene usted que comprar el impreso x y lo rellena. Luego vuelve y se lo sello. Está exento”
Caramba, podrían advertirlo en un cartelito para no guardar dos veces la cola. En fin, compro el impreso y, tras 15 minutos de cola, me lo sellan.

11. Caja Madrid. Suerte. Justo antes de que cierren, paso por delante de una sucursal. Aparco delante de la puerta, mal pero sin estorbar, y pago el impuesto de circulación. 5 minutos.

12. Comunidad de Madrid. Tomo numerito en la sección y espero más de media hora. Previamente tengo la precaución de comprar el impreso y un contrato tipo, preimpreso, por si no me aceptaban el que había preparado en un folio en blanco. La espera solo sirve para que el funcionario de turno me diga: “El valor, según baremo, de la venta, es de 60 euros; el impuesto 4%, es decir, 2,40 euros. Con este impreso que ha rellenado usted, pague en Caja Madrid (felizmente, hay sucursal en la misma dependencia) y suba al piso de arriba, que le sellarán el impreso. Lleve fotocopias de tal y tal. Hay fotocopiadora en la 1ª planta”. Como en otras ocasiones, me guardé para mí el comentario de que hubiera estado bien que pusieran el baremo de valoraciones en lugar visible o en una terminal de ordenador y las instrucciones de pago y sellado también visibles. ¿Pero, qué más da perder media hora, que podría haber sido menos o mucho más, en una inútil espera?

13. Caja Madrid de la CAM. Sin problemas, pago los dos euros con cuarenta.

14. Primera planta de la CAM. Tomo mi numerito y, mientras espero, me dispongo a hacer las fotocopias. Está estropeada la máquina. Felizmente hay otra en la planta baja. Me hago con cambio en la ventanilla de impresos y hago las copias. Llega mi turno tras otra media hora.

La señorita, muy amable, revisa toda la documentación. Yo la observo con cierto aire de superioridad. Nada me puede decir, todo está archicompleto.

Eso creía yo.

-“Oiga, le falta el permiso de circulación”
-“¿Cómo dice?”
-“Que le falta el permiso de circulación; sin él, no le puedo sellar el impreso”
-“Mire, señorita, llevo varios meses y muchos paseos por todos los organismos de este país. Tengo toda la documentación que me han solicitado en cada sitio y este es el último trámite. Se trata de un vespino, un ciclomotor de 49 centímetros cúbicos. NO ES NECESARIO PERMISO DE CIRCULACION, estará exento, supongo”
-“Oiga señor, ya se lo que es un vespino. Y, como cualquier vehículo, necesita el permiso. Si dice que está exento, tendrá que traerme un informe de tráfico”
-“¿Un qué? Mire usted, renuncio al vespino. Hay mejores motivos por los que dejarse la piel. Muchas gracias y adiós”

Cuando me estaba retirando, oigo a mi funcionaria que, dirigiéndose a sus compañeras, pregunta:

-“Oye, ¿un vespino necesita permiso de circulación?”

Tras algunas dudas, una de ellas responde:

-“No, si es de menos de 50 cc, no lo necesita”

Sin disculparse, en silencio, me selló los impresos y sus copias.

La ignorancia y osadía de una mediocre funcionaria, pudo haber dado al traste con un complicadísimo proceso administrativo que, a pesar de todo, estaba próximo a su fin.

Tengo ya, creo, toda la documentación. Me queda volver a la DGT para que me den la matrícula. Pero prefiero escribir esto antes de saber si habrá final feliz.

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Haciendo un cálculo rápido, esta gestión de ínfima relevancia, me ha costado:

-Unos 300 kilómetros en coche más los recorridos en las gestiones de Madrid
-En dinero (tasas, taxis, gasolina) unos 200 €, no demasiado, pero aún así, más de tres veces el valor de tasación del vehículo.
-En tiempo, unas 20 horas efectivas.
-En energía consumida y enfados controlados y no exteriorizados, el desgaste es indeterminado, pero me recuperaré.

A lo largo de mi vida profesional, he llevado muchos asuntos importantes, negociaciones, informes, fusiones, etc., que me han costado bastante menos.

Si para un asunto de tan escasa importancia como este, el consumo de energía personal y de horas de funcionarios ha sido tan extraordinariamente desproporcionado, imaginemos, y no solo para asuntos de tráfico, el inmenso desperdicio de recursos, tanto económicos como de tiempo inútilmente consumido, que se produce en los procedimientos administrativos de nuestra querida España.

Ahora que tanto se habla, y tan necesaria es, la simplificación de procesos administrativos (especialmente en un país con 17 administraciones con competencias propias), ahora que las posibilidades de la red de redes podrían facilitar cualquier actuación administrativa, sorprende lo sucedido.

Qué útil resultaría una visita a los centros administrativos por parte de funcionarios con sentido común, o de consultores de procesos y ver qué es lo que está pasando en cada centro. Pero “in situ”, no desde los despachos, y con visión de ciudadano, no de funcionario o de consultor. Qué colas se pueden evitar, que trámites dentro de un mismo proceso pueden resolverse en la misma ventanilla, qué información puede exhibirse al público para evitar largas colas cuya única finalidad es la de informarse.

Sería tan sencillo………..sólo, tan sólo, se necesita algo de sentido común: Aunque el sentido común es recurso no precisamente sobrante.

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EPILOGO

10 y 11 de agosto de 2009. Todo ha terminado bien. Final feliz.

He venido a Madrid unos días para pequeñas gestiones urgentes e importantes. Aproveché ayer un hueco y me presenté en la DGT con todos mis papeles, dispuesto a aceptar todos los retos burocráticos que se me presentaran y vencerlos. Tenía papeles, experiencia y, lo que es más, voluntad de vencer.

En agosto no hay colas, primera buena señal. De modo que me presento, abro mi carpeta y trato de explicar, queriendo parecer simpático, mi historia. La funcionaria, sonriente, revisa todos los papeles. Todo está bien, pero…..

-“Oiga, el número de bastidor de la solicitud de matriculación no coincide con el de la documentación original.”

Antes de caerme al suelo redondo, supere el incipiente dolor en el pecho y rebusqué entre otros papeles antiguos. En uno de ellos, encontré otro número que no sabia de qué era. Se lo entregué a la funcionaria.

-“Ah bien, … este si coincide. Vaya usted enfrente, a una de las gestorías que hay y ya puede encargar la matrícula”

A mi vuelta a Sotogrande, antes de dar un beso a mi mujer le enseñé, triunfante y orgulloso, la matrícula.

Todavía, un mes después, no la ha puesto en el vespino.

-“No..,ya lo haré. Si yo la quería para el invierno….”

Por mi honor juro que nada hay inventado ni exagerado en este relato.

NOTA: He vuelto a leer esta entrada hoy, 15 de marzo de 2012. Dos años y medio después de escribirla. En la puerta de casa está el vespino. Negro como siempre y con aspecto de desafío chulesco. No se ha movido de la puerta desde hace casi dos años.

Jaime López-Chicheri Dabán
Ciudadano
Septiembre 2009

  1. 14 abril, 2010 a las 6:47 PM

    ¡Enhorabuena Jaime por el relato! ( Es imposible que alguien que ha tramitado cualquier tema con la administración (Sea la que sea..Local, Autonómica, Estatal..) no se sienta identificado con este tipo de situaciones, a mi entender mucho más Kafkianas que las que se relatan en «El Proceso». Yo ahora estoy con una Bultaco del 64, a ver q tal..!!!

    • 15 abril, 2010 a las 8:07 PM

      Gracias Oscar
      Yo tuve cuando era chaval una bultaco matador MK3, todo terreno, roja y negra. Preciosa.
      Un abrazo

  2. Jorge Alonso
    14 abril, 2010 a las 6:51 PM

    Querido Jaime… me he reído mucho leyendo tu experiencia; acabo de vender un coche y casi le doy dos hostias al funcionario de trafico al que notifique que lo había vendido… yo si exteriorizo y me ha recordado mi pequeña visita a Trafico.
    Ante todo animarte a seguir escribiendo (tu hijo se encargará del marketing on-line).
    Una persona muy admirada por mi, me contaba una de las claves del éxito del grupo Santander: el CIO (o sea el responsable de los sistemas de información). Después de una adquisición de un nuevo banco, el equipo del CIO, analiza que procesos pueden ser absorbidos por la maquinaria tecnológica de la matriz y que ahorro supone. A continuación estudian que nuevas inversiones se pueden acometer con los ahorros que supondrá la implantación de nuevos procesos y por ende, cuales son los ahorros que provocarán esos nuevos desarrollos.
    Hecho esto, el CIO le dice al CEO (o sea el Consejero Delegado). Los sistemas informáticos existentes asumirán el trabajo de los Departamentos A,B,C del nuevo banco (pueden ser desmantelados o despedidos) y eso nos proporcionará un ahorro X. 1/3 parte de X puede ir a mejorar el balance de resultados y 2/3 partes las podemos emplear para ampliar la funcionalidad omega que tenemos pendiente, lo que a su vez nos permitirá prescindir de los departamentos O y P y a su vez proporcionará un ahorro al grupo de 35 veces X.

    Expuesto esto el CEO le dice al CIO… espero que hayas empezado ya!!!!!!

    Imaginas la de funcionarios que habría que desmantelar (si, si de las comunidades autónomas también… un montón mas)? Y la resistencia al cambio? seguro que puedes sentir la cara de odio de esa funcionario del permiso de circulación.

    Bufffff, hay que ser mucho CEO para acometer una reforma asi… ¿España tendrá un CEO así alguna vez?

    • 15 abril, 2010 a las 8:12 PM

      Gracias Jorge.
      Es la diferencia entre la empresa privada y la administracion. Cualquier consultor, aunque no sea una estrella, que no tuviera nada que ganar ni perder, es decir, que fuera objetivo, haría maravillas eliminando duplicidades y puestos y trámites inútiles.
      Pero es cuestión de querer hacerlo. Las CCAA son intocables, pero ya ves lo que está pasando con las fusiones de las cajas de ahorro. Puta política y funcionariado.
      Un abrazo

  3. Marisa
    14 abril, 2010 a las 8:30 PM

    Me han gustado mucho tus reflexiones, has sabido plasmar muy bien el desencanto que estamos sufriendo en todos estos meses.

    • 15 abril, 2010 a las 8:13 PM

      Muchas gracias Marisa.
      Sigue leyendo……
      Un abrazo

  4. Nicolás
    14 abril, 2010 a las 9:05 PM

    Estupendo que te hayas vuelto bloggero…tu hijo ya nos ha informado por Facebook!!!
    Las gestorias no me parecen especialmente baratas, pero si que merecen la pena pagar por esos tramites y evitar la desesperación!!! es indignate que te puedan mandar al traste tus gestiones por ingorancia de los propios funcionarios que estan al cargo de hacer los tramites!!!

    Un abrazo

    • 15 abril, 2010 a las 8:16 PM

      Gracias Nicolás
      Al principio pensé en utilizar una gestoría. Pero fíjate, sólo con el lío hasta pasat la ITV (y esa tenía que pasarla personalmente)la gestoría habría claudicado….despues de cobrarme la provisión de fondos.
      By the way, mi mujer sigue sin usar la puta moto.
      Un abrazo

  5. sopri
    2 octubre, 2011 a las 8:41 PM

    Enhorabuena por la hazaña, me encuentro en una situación como la tuya. Tengo un vespino sc del año 82 restaurado y en perfectas condiciones, como nunca fue matriculado ni pagó ningún rodaje, tengo que pasarle la itv para ponerlo a circular. En mi comunidad autónoma, Galicia, después de pasar más o menos lo mismo que tú cargando con el vespino en el coche aún no he conseguido que me lo metan en ninguna itv, he ido a tres distintas y lo único que me han dicho es que el plazo para poder matricular estas motos acabó hace años y que lo mejor que podía hacer es tirarla a la chatarra, por lo que seguramente tenga que ir a otra comunidad y cruzar los dedos. Enhorabuena por tu post.

    • 10 octubre, 2011 a las 8:26 PM

      Gracias por leer, amigo (¿o amiga?) Sopri.
      Sigue intentando. Aunque sea en otra comunidad. El reto no es tener el puto vespino listo para rodar. El reto es vencer a esta puñetera burocracia, cueste lo que cueste.
      En mi caso, el vespino está prácticamente sin usar desde la odisea. Pero se le ve digno, altivo, orgulloso de haber vencido al monstruo.
      Abrazos

  6. China
    15 junio, 2012 a las 12:06 AM

    Que disparate de pais!
    Como he visto la MOTO LO UNICO que puedo añadir es que adorna mucho tu parque movil junto a la puerta!

    • 15 junio, 2012 a las 11:01 PM

      Así es Chinita. Nada es inventado ni exagerado. Sólo, fielmente transcrito.
      Besos

  7. juan luis
    21 May, 2013 a las 8:57 PM

    no puedo para de reirme…….como si le estuviese viendo….. y me río por dos cosas:
    1/ estoy en proceso de cambio de titularidad de un vehículo
    2/ estoy a punto de meterle fuego al anterior vehiculo mencionado en punto 1,, porque no hay forma, que impotencia….

    y claro el vehículo esta domiciliado en una sociedad de Sevilla y el nuevo propietario es una sociedad en Madrid….imagínese ( no se lo imagine ya lo ha vivido)

    conclusión: no sé si cortarme las venas o dejármelas largas

    • 22 May, 2013 a las 7:32 PM

      Juro, Juan Luis, que nada es inventado; que todas las gestiones son reales; que los diálogos son fiel reflejo de los que realmente sucedieron.
      En fin, como le digo a Sefa, hay que tomarse estas cosas con humor, con mucho humor. Así que déjate las venas largas, sin cortar.
      Pero es cierto que causa tristeza observar la cantidad de horas que se pierden, tanto de funcionarios (que al fin y al cabo es su trabajo) como de ciudadanos, que tienen que descuidar el suyo.
      Un abrazo

  8. 22 May, 2013 a las 8:41 PM

    Solo una cuestión. ¿Llevaba usted combustible en el depósito de la vespino cuando iba cargada en la furgoneta?

    • 26 May, 2013 a las 8:24 PM

      Pues supongo que sí, porque era la única temporada en que el vespino (aun sin los papeles en regla) funcionaba de vez en cuando.
      Y de hecho, incluso ahora cuando llevo algún ciclomotor al taller (en la furgoneta, claro) va con su gasolina en el depósito.
      Esté bien o esté mal, no pienso vaciar cada vez que los lleve al taller.

      • 26 May, 2013 a las 9:21 PM

        Nosotros tuvimos una anécdota pintoresca, por llevar poco más que la reserva del vehículo, unos funcionarios municipales nos pararon camino del taller. Se quedo en nada por lo estúpida de la situación!

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