En mayo de 1968, pensando en darle al ama de casa un detergente con características superiores a todos los demás existentes en el mercado, la compañía introdujo Ariel, empezando con un mercado prueba en Chihuahua, Sinaloa y Sonora y expandiéndose rápidamente al resto del país en mayo del mismo año. Esta marca nació para ganar. Fue el primer detergente con enzimas biológicas y con una superioridad notable con respecto a cualquier otro competidor en el mercado. Es así como Ariel se coloca al frente del mercado, pues no existía en aquellos momentos nada que se le pudiera igualar.

Durante las décadas de los setentas y ochentas Ariel inicia una larga carrera de superación del producto a través de innovación constante, buscando siempre satisfacer las necesidades de sus consumidoras. Por eso es el mejor detergente de México.