Realizar un mapa de los reinos bárbaros en el siglo VI.


Las invasiones bárbaras desde el siglo III habían demostrado la permeabilidad del limes romano en Europa, fijado en el Rin y el Danubio. Los pueblos bárbaros (extranjeros) entre los siglos I y IV comenzaron a aprovechar las disidencias internas del Imperio de Occidente para aproximarse y establecerse en el interior de sus fronteras, en una primera fase presionando de forma lenta pero constante hasta establecerse en el interior, y en una segunda fase de forma violenta empujados por otros pueblos. Fueron los Hunos -conglomerado de pueblos de origen mongol hermanados por su líder Atila- quienes provocaron una oleada de migraciones. Por su destreza y disciplina militar, nadie fue capaz de detenerlos, los pueblos huían antes de que llegaran, para no enfrentarse con ellos.

Mapa de los reinos Bárbaros en el Siglo VI

Llegado a este punto el mapa de los reinos bárbaros del siglo VI lo podemos describir en torno a una doble vertiente. En una nos encontramos con el imperio romano del este que tras sobrevivir a las invasiones bárbaras comenzó a ampliarse bajo el mando del emperador Justiniano I, quien consolidó la frontera del Danubio y, desde 532 logró un equilibrio en la frontera con la Persia sasánida (signo 2), lo que le permitió desplazar los esfuerzos bizantinos hacia el Mediterráneo (Balcanes y Grecia, Asia Menor, Siria y Egipto) (signo 1 territorios originales y de expansión), o sea una combinación afortunada de bastiones militares, fértiles  tierras agrícolas y grandes emporios comerciales. Recobró eventualmente África del norte de los vándalos, y procuró recuperar completamente Italia también con la esperanza de restablecer el control romano sobre las tierras gobernadas una vez por el imperio romano occidental. Este esfuerzo militar fue acompañado por una activa irradiación comercial y económica (signo 3), al mismo tiempo que reverdecían las artes y el derecho.

Los lombardos, quienes invadieron Italia, y el alud de los pueblos eslavos (signo 4), redujeron y comprometieron la obra de Justiniano. El pueblo franco, es el otro gran dominador durante este siglo VI, procedente de un agrupamiento de tribus en el norte del Rin se instala en Europa Occidental y se expanden absorbiendo o echando a otros pueblos desde sus núcleos en Reims, Soissons, Orleans y París, había irradiado en todas direcciones (signo 5), englobando toda la Galia, más Baviera y Turingia, en Alemania. Imponen la unificación dentro de su reino establecida bajo el principio de monarquía hereditaria de carácter sacro, destacó el reinado de Clodoveo y sus sucesores merovingios,

 

En Gran Bretaña se instalarán los anglos, sajones y jutos, que crearán una serie de reinos rivales que serán unificados por los daneses (un pueblo nórdico) en lo que terminará por ser el reino de Inglaterra.

Los pueblos bárbaros durante este siglo VI luchan algunos por la supremacía y otros por la supervivencia, siguen luchando de la misma forma que en el momento de su formación, cuando aprendieron a formar confederaciones y a unirse en torno a un rey y no ya a un jefe de una tribu para hacer frente y defenderse de las legiones romanas.

La trayectoria de estos pueblos constituye un ejemplo de manual de lo que los especialistas denominan etnogénesis, a través de la cual comprendemos que los pueblos no son “razas” basadas en la descendencia biológica y existentes desde siempre en la naturaleza, sino asociaciones que surgen y desaparecen, cohesionadas por un sentimiento de identidad.

 

2 comentarios

  1. Anónimo said,

    abril 13, 2016 a 12:09 am

    es muy útil para mi
    gracias x escucharme

  2. Anónimo said,

    julio 7, 2013 a 5:37 pm

    el imperio bizantino


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