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una imagen vale más que mil palabras

agosto 23, 2010

Esta frase puede resultar válida para algunos órdenes de la vida, pero cuán equivocado es emplearla a nuestra profesión.
Sin embargo, algunos estudios de diseño la convierten en un apostolado cuando manifiestan no explicar sus trabajos dado que ellos se explican sólos. ¿Hasta que punto estamos ocultando nuestra ineficiencia para usar las palabras anteponiendo las imágenes?
Sin embargo, el cliente no tiene por qué saber. El no entiende el motivo por el que algo es rojo, o usamos tal o cual tipografía, menos va a entender el por qué de una estructura visual. De no explicarle, está en su derecho a reclamar: “Lo quiero verde y más a la derecha” y el diseño se va a estar debatiendo en el campo de la estética y el gusto personal. Y ahí gana el cliente (si de ganar se trata, ya que diseñar no debe ser una lucha).
Sólo así el cliente tiene la razón, y eso sucede únicamente por el pequeño detalle de que él es la razón de existencia para ese diseño (¡y él es el que paga!)

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