miércoles, 8 de junio de 2011

Los cuentos sirven ...

Una vez tuve un amigo al que no cuide y perdí, desde entonces soy un poco menos rica, El me enseño entre otras muchas cosas la siguiente frase:

"Puedes tener incalculabes tesoros,
cofres de joyas y arcas de oro.
Más rico que yo no serás, lo presiento;
conozco a alguien que me cuenta cuentos".

Además me enseño que los "cuentos sirven para dormir a los niños y despertar a los mayores".

En la entrada del domingo hacia referencia al "sapito" un cuento, que El tambien me enseño y que hoy os contaré.



Érase una vez una carrera de ... sapos.
El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre.
Había en el lugar una gran multitud, mucha gente para vibrar y gritar por ellos.
Comenzó la competencia.
Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era:
"OH qué pena, esos sapos no lo van a conseguir... no lo van a conseguir..."
Los sapitos comenzaron a desistir.
Pero había uno que persistía y continuaba subiendo en busca de la cima.
La multitud continuaba gritando:
"OH qué pena, esos sapos no lo van a conseguir... no lo van a conseguir..."
"... Que pena!!! Ustedes no lo van a conseguir!!! ..."
Y los sapitos estaban dándose por vencidos.
Salvo por quel sapito que seguía y seguía tranquilo.
Y ahora cada vez con más y más fuerza.
Ya llegando al final de la competición todos desistieron, menos ese sapito,
Que curiosamente, en contra de todos, seguía y pudo llegar a la cima con todo su esfuerzo.
Los otros querían saber qué le había pasado.
Un sapito le fua a preguntar: ¿Cómo lo han conseguido?
Fué entonces cuando descubrieron que, el sapito...
!Era SOOOOORDOOOOO!
Y colorin colorado ....

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