Valoración de Germinans germinabit del nombramiento de Sebastià Taltavull como auxiliar de Barcelona

La Santa Sede ha tomado una determinación ante la insostenible situación de una inmensa archidiócesis como la de Barcelona sin obispo auxiliar desde el fallecimiento de Mons. Joan Carrera (e.p.d.). La decisión ha sido la de nombrar a Mons. Sebastià Taltavull como nuevo obispo auxiliar. Como buenos católicos, desde Germinans Germinabit acatamos la decisión eclesiástica, aunque tenemos que reconocer que no nos provoca alegría, ya que como hemos dicho en otras ocasiones sobre este tema, no es la persona que necesita la Iglesia de Barcelona para dar el impulso evangelizador urgente que necesita, sino que probablemente consolidará el estancamiento y retroceso espiritual de ésta diócesis bajo el pontificado del actual arzobispo.

El nuevo obispo auxiliar ha sido promovido por nuestro cardenal Martínez Sistach, lo que significa que va a ser un discípulo fiel de su arzobispo, la persona perfecta para que el cardenal no tenga sombra, pero que a la vez pueda presumir de tener obispo auxiliar y mandarlo a las tareas que él no quiera. La diócesis por tanto ha perdido, porque el obispo Carrera era un hombre de pensamiento libre, que decía lo que creía aunque esto no coincidiera con el cardenal, que tenía categoría y prestigio propio, no sólo ante el arzobispo sino ante toda la diócesis, respetado por todas las tendencias y por todos los grupos, como se pudo comprobar en su sentido sepelio.

Aún así, reconocemos que de todos los candidatos que ha presentado el cardenal Sistach a Roma, podríamos decir que éste es el menos malo. Catastrófico hubiera sido el nombramiento del ambicioso Mn. Josep Maria Turull o de otros candidatos que daban mucho menos la talla que Mons. Taltavull. El sacerdote menorquín ha hecho un cierto proceso de conversión, desde sus tiempos de joven sacerdote moderno y progresista, crítico con la doctrina oficial de la Iglesia. El actual Taltavull que ahora se le suele ver vestido de sacerdote, y que muy poco se le veía hace unos años, se ha ganado el afecto de diversas personas de la Conferencia Episcopal Española gracias al cargo que hasta ahora ostentaba en la calle Añastro de Madrid. Confiemos que estos cambios y acercamientos a los “pesos pesados” del episcopado español sean sinceros y no sólo una simple forma de escalar peldaños.

Por otra parte con este nombramiento se demuestra la poca confianza de Roma hacia el modelo de clero catalán propuesto en las últimas décadas para obispo. La Santa Sede está escamada de ese tipo de obispo catalán que se preocupa más de hacer “nacionalismo” y codearse con las autoridades políticas locales, por muy anticlericales que sean, que cuidar de su rebaño. Taltavull, el menorquín, se añade a la larga lista de obispos no nacidos en Cataluña, que inéditamente forman el actual episcopado catalán (Piris, Salinas, Cortés, Saiz Meneses…). Desde Roma y desde Madrid se ve a los obispos nacidos fuera de Cataluña, aunque hablen catalán, como personas que no están afectadas por el virus “nacionalista” y eso juega a su favor. Es por ello que el cardenal Sistach después de ver las pocas posibilidades que tenían los “suyos” de Barcelona, ha tenido que conformarse con uno “de los suyos” aunque no fuera estrictamente catalán.