Ocio y vida nocturna en Cracovia

Os puedo asegurar que no vais a tener problema alguno a la hora de adentraros en la vida nocturna de Cracovia, puesto que los locales abundan por doquier, especialmente en la zona centro (‘Rynek Glówny’), donde podréis encontrar fácilmente más de 100 bares, pubs o clubs. Por regla general, permanecen abiertos hasta medianoche, aunque bastantes amplían su horario hasta las 3.00 o 4.00 de la madrugada. La creciente afluencia de estudiantes y turistas ha contribuido a ello y a que las bodegas diurnas de las casas antiguas pasen a convertirse en sudorosas pistas de baile nocturnas.

Una de las características que hacen único el nighting de la ciudad es que gran parte de sus bares o clubs se encuentran bajo tierra, en bodegas medievales, largos túneles góticos y refugios subterráneos creados durante la Segunda Guerra Mundial (así que paciencia si os perdéis en ellos). Históricas construcciones, pues, a las que debemos sumar el carácter abierto de los cracovianos, más predispuestos que ningún otro gentilicio polaco al habla inglesa.

Tomasza, calle paralela a la ‘Rynek Glówny’, es una de las más indicadas para empezar y acabar la noche. En ella se concentra una cantidad ingente de locales de copas y ocio, como Philo, reputado por su café Lavazza; el bohemio Camelot, antigua galería reformada y con piezas de arte folclórico que sirve algunos platos sencillos y ensaladas; Dym, cuyo nombre significa literalmente humo y con diseño de túnel largo y oscuro; Hustawka, M. Club u Oidsmobil Pub. También en el casco antiguo, Stolarska es otra calle con una sucesión de bares (The Iris Mbassy, Tram Bar, etc.).

Por su singularidad, Nic Nowego (ulica Sw Krzyza), uno delos más genuinos irish pubs de Cracovia, Transilvania (ulica Szeroka, 9), con decoración de inspiración vampírica, imágenes góticas y ocasionales practicantes de la cartomancia, Pub Rog Bracicej i Reformackie (ulica Reformacka), de estilo intimista con aparatos antiguos de radio y televisión en su interior y Wisniowy Sad (ulica Grodzka, 33), que nos transportará hasta la Rusia pre revolucionaria descrita en El jardín de los cerezos, de Chejov, y con recitales de piano de jueves a domingo. El distrito judío de Kazimierz es también enclave incluido en el clubbing de Cracovia. Éste cobija, bajo una arquitectura privilegiada y siendo zona predilecta para artistas y seguidores de las efímeras modas, gran parte de sus locales de culto. Podemos mencionar aquí Absynt (ulica Mlodowa, 26), Baraka (Plac Nowy esquina Warszauera), Camera Café Club (Plac Nowy), Le Scandale (plac Nowy, 9), Opium (ulica Jakuba, 19) y Propaganda (ulica Mlodawa, 20), entre muchos otros.

Mención especial en este apartado merecen las salas de jazz, género musical que por tradición goza de gran aceptación en el país. Así que, amantes del jazz ¡Cracovia es vuestro destino! Entre nuestras recomendaciones, Harris Piano Jazz Bar (Rynek Glówny, 28), en una “cava” y con conciertos prácticamente cada noche; Indigo Jazz Club (ulica Florianska, 26), con acústica privilegiada, pero menor actividad; Piec’ Art (ulica Szewska, 12), siendo el miércoles el día más adecuado para visitarlo; y Klub Jazzowy Kornet (Al. Krasinskiego, 19), con sesiones gratuitas miércoles y viernes.

Junto a este estilo es el rock el que predomina en la escena musical en directo, aderezada también con actuaciones improvisadas que podrán suponer el deleite de más de uno. Rescatamos ahora el club Jazz Rock (ulica Slawkowska, 12), cuyas paredes están cubiertas de metal y tiende al overbooking (¡dejad vuestros objetos de valor en el hotel o albergue!).

Amantes del vino, podréis sentiros como en casa acudiendo a la Vinoteca tapas bar (ulica Slawkowska, 14), la cual intenta imitar el estilo español con su propuesta de tapas y pinchos.

No es baladí mencionar que Cracovia es uno de los destinos preferidos por los propios polacos para dar desenfreno a sus ansias de diversión. Entre ellos, son los varsovianos quienes, a pesar de los cerca de 300 kilómetros que los separan de la ciudad, sienten mayor predilección hacia este destino de ocio. Estudiantes, business men, turistas o jubilados… todos son capaces de encontrar sin dificultad la weekend party.

En Polonia, al igual que en España, la edad mínima para consumir alcohol son los 18 años y es ilegal su venta a personas con claros signos de embriaguez. El precio medio de una cerveza (‘piwo’ en polaco) en un bar ronda los 6 PLN y en general está permitido fumar en la mayoría de locales.

Si la cerveza y la nicotina no encajan con vuestro estilo, también podéis optar por las numerosas casas de té o café que se expanden alrededor y más allá del centro (Demmers Teahouse –ulica Kanonicza, 21- sirve probablemente las mejores tazas, con más de 100 variedades y un acogedor sótano que data del siglo XIII). Tened en cuenta que la vida cultural de Cracovia es una de las más activas del país, con lo que el plan “cultureta” también se organiza aquí cómodamente, gracias a una amplia oferta en cuanto a teatro y artes visuales, además de los numerosos festivales anuales que la ciudad acoge.