La guerra secreta



Entre 1964 y 1973 tuvo lugar en Laos la «guerra secreta» de EEUU, donde se lanzaron más de 2 millones de toneladas de bombas, rompiendo así los acuerdos de la Conferencia de Ginebra que reconocían la neutralidad de Laos y prohibían la presencia de personal militar extranjero en el país.

Se arrojan sobre Laos más bombas que todas las bombas estadounidenses lanzadas en la Segunda Guerra Mundial, dos toneladas por cada laosiano.

Ésto hizo de Laos el país más bombardeado de la historia.

Dos millones de toneladas de bombas de racimo regaron el país, pero muchas de ellas jamás estallaron, y a pesar de los esfuerzos de MAG (Mine Advisory Group) y Naciones Unidas para limpiar la zona, desde los setenta más de 12.000 personas hayan sido víctimas de explosiones accidentales.

Durante la guerra una cuarta parte de los laosianos se convertirá en refugiados, muchos de ellos viviendo en cuevas.

La presencia de asesores militares norteamericanos en Laos comienza en 1959, cuando comienzan a entrenar a miembros de la etnia hmong en guerra de guerrillas bajo el mando del general hmong Vang Pao.

Los «hmong», una de las etnias que pueblan el Triángulo de Oro formado en torno al río Mekong, la frontera que separa a Tailandia de Laos y Myanmar (antigua Birmania), fueron utilizados por la CIA en la «guerra secreta» que Washington extendió a Laos durante la contienda de Vietnam.

Formado por más de 20.000 hombres, este ejército entrenado por los servicios secretos norteamericanos tenía tres objetivos:

  • luchar contra las fuerzas del Vietcong asentadas en Laos
  • sabotear los suministros de la Ruta Ho Chi Minh
  • y rescatar a los pilotos estadounidenses cuyos aparatos se estrellaran al otro lado de la frontera.

Esta tribu fue abandonada a su suerte cuando Washington se retiró del país en 1975.

Aunque los «hmong» habían salvado la vida de miles de americanos y contaban con la promesa de que sus heroicos servicios se verían recompensados, la milicia quedó a merced de los regímenes comunistas de Vietnam y Laos, por lo que no le quedó más remedio que refugiarse en las montañas mientras sólo unos pocos de sus miembros conseguían asilo en países occidentales.

Desde entonces, una veintena de grupos de esta tribu han vagado por las junglas laosianas haciendo frente al acoso del ejército del país, que prefiere denominarlos «bandidos» en lugar de «insurgentes» en un conflicto ignorado por la comunidad internacional.

De hecho, Washington no reconoció la participación de los «hmong» en la guerra de Vietnam hasta 1997, cuando se desveló uno de los secretos mejor guardados de la contienda.

Pero el mundo siguió sin conocer la tragedia de esta tribu hasta enero de 2003, cuando dos reporteros de la revista Time se adentraron en la selva de Laos y encontraron a un grupo que llevaba 30 años oculto en las montañas sin tener ningún contacto con la sociedad.