A los pies del Maestro está…  

Panteón de Orishas 

(Candomblé, Umbanda, Santería) 

La religión Yoruba proviene de África Occidental, específicamente en lo que se llama actualmente Nigeria. Es como los teólogos la llaman una religión del tipo animista. Los Yorubas eran y son un pueblo muy civilizado con una rica cultura y un sentido muy profundo de la ética. Creen en un único dios, quien es la fuente del ashe, la energía espiritual de la que se compone el universo, todo lo vivo y todas las cosas materiales;  un panteón que va de 200 a 400 deidades y un mundo espiritual rico. Olorun u Olodumare (el nombre que le dan a Dios)  interactúa con el mundo y la humanidad a través de emisarios. Estos emisarios se llaman orishas; los orishas gobiernan cada una de las fuerzas de la naturaleza, y cada aspecto de la vida humana.  Se puede acudir a ellos, pues es sabido que ellos acuden en ayuda de sus seguidores, guiando hacia  una mejor vida material, así como también una mejor vida espiritual. 

La comunicación entre los orishas y los creyentes se logra a través de ritos, rezos, adivinación y ebo u ofrendas (las cuales incluyen  a veces sacrificios de animales). Canciones, ritmos, y posesiones por trance son también otros medios a través de los cuales interactuamos con los orishas. Los creyentes les ruegan pidiéndole salud, bienestar, paz, tranquilidad etc., a través de ceremonias. En relación a las raíces fundamentales que apoyan la religión, existen bases muy sólidas en referencia al tratamiento de los conceptos del bien y el mal, al esfuerzo del ser humano mientras esté en la tierra, a su relación con el medio ambiente y sus hermanos. Algunas de las deidades u Orishas del panteón Yoruba son:

• Olofin, Olodumare, Olorun: Dios de dioses, es el creador, representa la paz interior.

• Oduduwa, padre de los Yoruba y representación del mismo Olodumare.

• Orunmila o Ifa: Deidad de la  adivinación; testigo de la creación.

• Eleggua: Deidad dueña de la luz y la oscuridad y señor de los caminos, representa la inocencia y la espontaneidad.

• Obatalá: Dios del aire y representa la ética y la sabiduría

• Yemayá: Deidad del mar, representando la bondad y el amor maternal. 

• Oyá o Yansa: Deidad de los vientos huracanados, señora de los egguns (antepasados), es representación de la conciencia, la determinación y la fraternidad.

• Shango: Deidad del Fuego y los relámpagos, representa la verdad, la justicia y la lealtad.

• Oshun: Deidad del amor esencial y señora de los ríos, lagos.

• Ogun: Deidad de la ingeniería y la estrategia.  representa la creatividad.

 Durante el ritual central de por lo menos un festival mayor en Ilé Ifé, la invocación comienza con la divinidad concerniente y procede a invitar a los ancestros, y luego a la gente de todos los rincones de la tierra a venir a casa (en espíritu por supuesto) y adorar. Se calcula que su culto data de aproximadamente 8 mil años, tomando en cuenta los hallazgos arqueológicos en la región occidental africana. Básicamente en el arte de la fundición del bronce y trabajos en madera. Es considerado un culto antiquísimo.  

A las deidades en alguna medida se le dan características y comportamientos humanos, como se detallan en las historias o PATAKI, que narran los acontecimientos de las deidades. A pesar de la riqueza mítica del culto no hay dudas de que fue afectado después de las invasiones de los árabes y mucho después de los ingleses en Nigeria. Como consecuencia, la llevó a ser una religión de tradición oral donde muchos de sus secretos se fueron perdiendo. Es así que en América llega con la esclavitud, al Caribe, Centroamérica y el Brasil. Por ello, ya estando en América es adaptada a la situación histórica de dependencia del régimen español y a la religión católica (Santería). 

Aunque los Yorubas fueron arrebatados de sus hogares en África y esclavizados en el Nuevo Mundo, sus orishas, su religión y sus poderes nunca pudieron ser encadenados, y la religión ha sobrevivido al presente. No como un anacronismo, sino creciendo constantemente hasta hoy, inclusive en lugares como Francia y los Países Bajos de Europa. En el pensamiento africano, Dios es absolutamente esencial y no puede ser descuidado; la noción de un dios como trascendental que no es nativo es ajena a la creencia africana,  ellos son explícitos sobre las reglas divinas y el absoluto control del universo.