El espacio entre vidas antes de nacer es aquel período que pasamos justo antes de venir a tener la experiencia de vida . En él hacemos, por lo general junto a nuestros guías y maestro, un análisis de los principales puntos de nuestra futura existencia, especialmente de lo que será la misión que habremos de realizar, es decir, lo que será el propósito de nuestra vida. A no dudar, ni por un instante, que las experiencias futuras y los detalles de la vida estarán relacionados con ese proyecto: nada es casual en nuestra existencia y todo tiene un propósito claro y definido, aunque no lo podamos ver de buenas a primeras, y ese fin es solamente el aprendizaje. Cada vida lleva consigo una misión que cumplir, para completar, paso a paso lo que debamos aprender para volver completos algún día a Dios, a la Unidad. Como bien dijo el Dr. Edward Bach, cada vida es como un día de colegio: “tenemos que darnos cuenta de que nuestro breve paso por la tierra, que conocemos como vida, no es más que un momento en el curso de nuestra evolución, como un día en el colegio lo es para toda una vida, y aunque por el momento solo entendamos y veamos ese único día, nuestra intuición nos dice que nuestro nacimiento estaba infinitamente lejos de nuestro principio y que nuestra muerte está infinitamente lejos de nuestro final. Nuestras almas, que son nuestro auténtico ser, son inmortales, y los cuerpos de que tenemos conciencia son temporales, meramente como caballos que nos llevaran en un viaje o instrumentos que utilizáramos para hacer un trabajo dado.”
En el espacio entre vidas acordamos asuntos propios como el sexo, la nacionalidad, condiciones físicas, quienes serán nuestros padres, nuestras relaciones amorosas, nuestro oficio o profesión, y todos los detalles que conforman la existencia. Ojo que no estoy hablando de que con esto esté escrito lo que va a pasar y que entonces no tendríamos ninguna alternativa ni escape, no, no es así, ya que tenemos el libre albedrío. El mismo con el cual hacemos los acuerdos es el que actúa para mantenernos en ellos y respetarlos, o no. Lo que sí es claro es que los acuerdos del espacio entre vidas se han hecho para cumplir una misión, que es lo importante, y hacia allá es adonde apunta el accionar. Me detengo en la elección de los padres, ya que en la comprensión de este pequeño gran detalle del espacio entre vidas se plasma nuestra responsabilidad por venir a vivir la vida: nadie viene de casualidad ni inocentemente, todos venimos porque así lo hemos elegido. Y esa comprensión nos dice que mientras respiremos algo tenemos que hacer en este planeta.
La siguiente es una entrevista hecha a mi estimado profesor José Luis Cabouli en la que toca, entre otros, este tema, la que aprovecho de compartir:
Que Dios nos bendiga a todos.
Esto me parece muy importante teniendo en cuenta que la mayoria de nosotros tenemos conflictos con nuestros padres y que por nuestra mente ronda con mucha frecuencia «no voy a cometer los mismos errores de mis padres», pero lo cierto es que por mucho que reneguemos de ellos nosotro mismos los hemos escogido para aprender lo que necesitemos aprender.
Solamente tengo dos preguntas para hacer:
1. De donde «salen» o «nacen» las almas que inician el camino de evolución.
2. A donde van las que ya han completado el camino e retorno.
Muchas gracias por tus palabras.
Nohelia, simplemente Dios es el que sabe esas respuestas. Salimos de Él y vamos hacia Él. Confiemos solamente en Él.
Que Dios te bendiga.