Nombres raros en España (entrega II)

La legislación española permite llamar a un niño o niña de cualquier manera. Los límites son tan difusos que en la práctica lo único prohibido es poner nombres malsonantes o insultantes. Por lo demás, todo vale. El anárquico secular espíritu español del «yo hago lo que quiero y puedo» se manifiesta también a la hora de registrar al nacido. Como primera consecuencia, cada vez son más -y suman legión- los centros educativos que han prohibido o recomendado a los padres que no celebren de ninguna manera el santo de los niños (muchos llevaban golosinas, tarta o chucherías al aula) excepto en el ámbito privado, claro está. Lo contrario implica -entienden- una discriminación para aquellos niños que no pueden celebrar su santo puesto que sencillamente no lo tienen.

Otro problema que ya apareció en la adolescencia es el mero hecho de tener que explicar en cualquier situación (máxime si es ante un funcionario) cómo es el nombre. Por ejemplo, en un aula de adolescentes del centro de A Coruña se juntaron una Jessica, una Yessikah y una Yésica. En las de al lado había una Jennifer, una Yeni y una Jeni. «Me llamo Yessikah, con y, doble s, con k y acabado en h» es la manera de decir su nombre una de ellas. Otra dice «Me llamo Jeni con j». Una tercera dice: «Me llamo Yésica, así como suena».

Ante el ancho es Castilla y todo vale, adolescentes españoles cuya familia nada tiene que ver con la inmigración pasean como pueden su nombre: Brayan (así escrito, no hay errata), Dakota (ante las dudas, conviene aclarar que es un niño, no niña), Arael (otro niño), Aquior, Axel Zena, Nahuel… varones también. Otro día hablaremos de las hembras.

Una locura. Sencillamente. Pero es que el país no da para más, mal que le pese a algunos y lo intentemos otros más.

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3 comentarios en “Nombres raros en España (entrega II)”


  1. ¿No te parece que esta locura forma parte de lo que llaman esnovismo y carencia de ideas, algo de lo que disfrutan administraciones y le va bien al propio gobierno.
    Sociedades pasadas se dieron situaciones semejantes, y de tan triste resultados nos da cuenta la historia.
    Parecía baladí el temas de los nombres y vaya juego que te dió.

  2. Cristóbal Ramírez Says:

    ¡Uy, pues hay muchos más! En un par de días publico otro post al respecto. Los casos están todos comprobados por mí. Yo creo que son ganas de diferenciarse como sea, de ser pijo como los pijos, y, desde luego, de una legislación que parece la colombiana que deja hacer lo que sea. Tú puedes poner a tu hijo/a el nombre de Mebanla, por ejemplo, que son las tres primeras sílabas de Mesa, Bandolero y Lápiz. Yo he preguntado en el registro si podía poner a una hija Telie (puro y duro invento mío), me dijeron que sí, luego me preguntaron qué significaba, me inventé que una diosa vikinga, y me respondieron que por supuesto que sí.

  3. Javier Says:

    Pues no te cuento si como yo te pasas dos añitos en un barrio de Madrid, llenito de inmigrantes, haciendoles el DNI. Verdaderas perlas he tenido que escribir y es que las que vosotros poneis son muy lights,aqui os dejo algunos ejemplos (tal y como los escribo los llevan en el DNI:
    Dayana, Laidy, Korgan, Dinio y asi infinidad,


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