Un pucelano en Santiago de Chile

Una de la tarde. Cánticos futboleros se cuelan por mi ventana. Había olvidado que a las cuatro se disputaba uno de los clásicos del fútbol chileno: Universidad  Católica vs Universidad de Chile. Algo así como un Madrid – Atleti, o quizá un Madrid – Barça. Con el interés añadido de que estos equipos van segundo y tercero en la liga a falta de dos jornadas.

Nunca me ha gustado mucho el fútbol; sin embargo, uno de mis compañeros había insistido en que un partido de Chile hay que verlo al menos una vez, solo por estar en el estadio y contagiarse del entusiasmo de su afición. Habíamos comprado unas entradas para estar en el fondo sur, con la barra (afición) de la Universidad de Chile.

Cogimos el metro para ir al Estadio Nacional, y sólo nos encontramos con hinchas de nuestro equipo. ¿Dónde estaban los de «La Cato»? Resulta que de algún modo se ha acordado que los de un equipo vayan al estadio en la micro (bus) y los del otro en metro, para evitar altercados.

La incondicional afición de la U

Cuando llegamos al estadio, el despliegue policial nos confirmó que se trataba de un partido de alto riesgo: Carabineros con uniforme de dar palos, tanquetas de antidisturbios con los cañones de agua preparados, varios registros consecutivos antes de entrar…

Por fin llegamos a las gradas. Cuál fue mi sorpresa al ver a toda la barra de la Universidad de Chile de pie sobre sus asientos, en posiciones algo peligrosas como podéis ver aquí.

Precaria posición

Los cánticos no se detuvieron en ningún momento del partido. Al principio intenté memorizar alguno de ellos, pero son tantos (dignos de ser grabados en un LP), que la tarea se hizo imposible. Mirando por internet he descubierto varios de ellos, os dejo aquí mi favorito.

Vamos Bulla,
hoy te venimos a ver
a ver a ver a ver!

Soy de abajo,
no podemos perder
(Ni cagando!)

Te llevamos dentro
del corazón,
vamos Bulla
te quiero ver campeón...

Nota: La U tiene muchos sobrenombres, «Los de abajo», «Bulla», «Los Azules», «Chunchos» (por el búho de su escudo)…

Bueno, la verdad es que de vez en cuando también se oía algún grito de «Concha de tu madre!!» dirigido principalmente al árbitro y a los jugadores del equipo contrario…

Una de las cosas que más me ha gustado de este partido es la incondicionalidad de los fans de la U. No sé si es igual en el resto de equipos, pero la barra de la U no dejó de cantar ni cuando fueron entrando, uno tras otro, cuatro goles en nuestra contra. Es más, intensificaron sus cánticos para motivar a su equipo favorito. Al salir, coincidió que el bus con el equipo también se iba y les mostraron, en un gesto que me pareció muy noble, su apoyo a pesar de la derrota.

El aficionado medio de la U

Por motivos de seguridad, nos hicieron esperar (encerrados!) durante media hora de modo que la afición de la U. Católica desalojase el estadio. Un poco aburrido para los que esperábamos, pero bien pensado.

¿Y el partido? Bien, gracias 😀 Un fútbol no muy espectacular, con muchos «saltos a la piscina», encontronazos entre algunos jugadores, y mucha pérdida de tiempo por lesiones que luego no lo eran tanto. Resultado final: 4-2 a favor de la Universidad Católica. Más suerte la próxima vez, U!

Por fin llego a casa, agotado y con mi colleja quemada por el sol; pero me quedo con la experiencia vivida, contagiado por el entusiasmo que me ha rodeado toda la tarde y, quizá, sintiéndome un poco más «de abajo» 🙂