miércoles, 16 de mayo de 2007

La cochinilla hembra


La cochinilla (Dactylopius coccus) es un pequeño animal creado por el Altísimo para ofrecernos a los humanos el ácido carmínico o colorante E-120. Para ser más exactos, el ácido carmínico nos lo dan las hembras de las cochinillas, pues los machos son unos sujetos poco útiles para la cuestión de los colores; viven sólo tres días, el tiempo que tardan en encontrar una hembra, darse a conocer, convencerla y copularla. Tras el ayuntamiento de los dos animales, el macho de la cochinilla muere, algo parecido a la «petite mort» de la que hablaba Bataille pero en versión definitiva. Bien pareciera que el macho fenece tras el coito por un exceso de celo en el acto sexual, pero la realidad está alejada de eso: el macho de la cochinilla tiene la boca atrofiada, como Aznar cuando hace como que habla en italiano, y se encuentra con graves problemas para alimentarse. A primera vista pudiera parecer que el macho de la cochinilla es un animal sediento, pues no encuentra manera para beber algo, pero como sólo vive tan sólo tres días casi no se da cuenta y al carecer de ese órgano natural tampoco se ve con esa sensación de «tener la boca seca» con la que nos encontramos a veces los humanos, sobre todo cuando hace calor. Muerto el macho de la cochinilla su espíritu asciende al limbo de las cochinillas macho, hasta el fin de los días. Diferente y mejor final tienen las cochinillas hembra, que por ser tan útiles para los humanos (para teñir los ropajes de los papas, por ejemplo) van directamente al cielo de los justos, cerca de Dios, y es allí, a los lados de sus pies y su cabeza y cerca de los seraphines, donde las cochinillas hembra, en grupos de 6.500 espíritus de estos animales cantan durante todo el día el «Gloria, Gloria, Dios, eres Todo Grande y Omnipotente».

Ilustraciones del manuscrito de José Antonio de Alzate (1777) «Memoria sobre la naturaleza y cultivo de la grana cochinilla…» Archivo General de la Nación de Méjico. En la imagen de la derecha vemos en primer lugar (a la izquierda) una cochinilla macho; en el centro, dos cochinillas hembra; a la derecha, otra cochinilla macho, ataviada al estilo «capa aguadera», sirviéndose de las alas como guardapolvo o mejor, como buriel, pues hace así referencia tanto a la prenda que usa como al color bermejo que tinta su cuerpo. Así también, en la zona de Salamanca, a este tipo de cochinilla llamábasele «guardiacivila» o «guardiacivila grana».

2 comentarios:

david dijo...

Muchas gracias por tu visita y tu comentario. Puedes coger el dibujo que desees que para eso están. Ah no sé si tendrás información de mi libro(los dibujos son más antiguos:
http://www.acvf.es/fondo/978-84-935265-4-2.html

Harry Sonfór dijo...

Muchas gracias, David. Puesto está.