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Baldi

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Ser, Hacer, Tener (En este orden)

 

Imagen CC tomada por Colton Witt Photography

 

Dice Stephen Covey que un modo de determinar cuál es nuestro círculo de preocupación consiste en distinguir los «tener» de los «ser».

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Un ladrillo aspira a ser algo más

Ayer nos llamaron ladrillos. A lo que respondimos, ¿que pasa? ¿Que somos aburridos? El ponente del curso sonrió y nos tranquilizó diciendo que no era por eso…

Cuando comenzamos un proceso de cambio, empezamos a soñar, a imaginar como queremos que sea nuestro futuro.

En ese momento nuestra visión en muchos casos es de un futuro bastante diferente al que hoy por hoy aspiramos. Conlleva muchos cambios. Cambios que hoy por hoy nos pueden parecer “un abismo” y que inevitablemente (a no ser de que tengamos una varita mágica) van a llevar tiempo de realizar.

Igual no sabemos por donde empezar.

De hecho lo que ocurre es que imaginamos “el edificio” ya construido,  y lo vemos tan grande (a mi personalmente me viene la imagen del edificio de la Chrysler en Nueva York) y nos vemos a nosotros con tan pocas nociones de arquitectura que se nos antoja imposible pensar poder construir algo así.

Y en parte tenemos razón, HOY yo no puedo construir ese edificio. Sin embargo, la brújula interior apunta hacia allí.

Volvamos a mirar hacia adentro. ¿Qué es lo que me llama la atención del “edificio”? ¿Que está en Nueva York? ¿Que es alto y brillante? ¿Qué  es un símbolo de la ciudad?

Teniendo claro  que es lo que me llama de esta visión hoy por hoy tan imposible, cual es la esencia de la misma, lo que puedo hacer, es empezar a segmentar la visión.

El segmento final será la “inauguración del edificio”, pero anteriormente  habré puesto: El primer ladrillo, el segundo…. El primer piso, el segundo… las puertas, las ventanas…. habré pintado, elegido el color de la moqueta….

Permitirnos soñar en “el edificio” es genial, pero ¡lo mejor es disfrutar poniendo los ladrillos!

Porque si disfrutamos poniendo el primero, el segundo nos sabrá incluso mejor y así cuando cortemos la cinta de inauguración, a parte de tener el “edificio” construido nos lo habremos pasado ¡pipa!

Si estás leyendo esta entrada, y pensando en tu “edificio” particular, te invito a desmenuzarlo en ladrillos.

Pero sobretodo te invito a que cuando tengas los ladrillos más o menos definidos pongas el primero…

¡¡¡Un ladrillo he dicho!!!! No es nada comparado con tu visión… pero sin embargo lo es todo, porque es EL PRIMER LADRILLO.

Luego reflexiona sobre como te has sentido, y que ha supuesto poner ese ladrillo. Igual no ha supuesto tiempo, ni coste económico, y ha sido tan fácil que al final te has sentido genial. Si todo ha ido bien te invito a poner el segundo…

La frase que da título a este post no es mía. Es del arquitecto y profesor de la Universidad de Yale, Louis Kahn.

Baldi, el ponente que nos había llamado ladrillos, nos puso después este video.¡ Gracias guapo! ¿Nunca me habían llamado ladrillo y me gusta!

El que mira al exterior sueña. El que mira a su interior despierta

Muchas veces como individuos somos conscientes de que necesitamos un cambio.

Pensaremos que no estamos a gusto en nuestro trabajo, que tenemos que mantener una conversación pendiente con otra persona, o que  nos gustaría iniciar un nuevo proyecto, bien personal o bien profesional, que a priori nos resulta muy lejano y que nosotros mismos denominamos “un sueño”… por poner algunos ejemplos.

El hecho de soñar con que ya hemos realizado esos cambios en nuestra vida nos hace en ocasiones sentirnos mejor, sobrellevar el día a día, o por el contrario (y esto puede ser lo malo del asunto) reafirmarnos en la idea de que realmente esos cambios son imposibles y que como escribió Calderón de la Barca en el siglo XVII “que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

Miramos hacia fuera, hacia lo que quizás otros han conseguido, hacia lo bueno que no tenemos… y eso bajo mi opinión, puede ser un arma de doble filo.

La pregunta sería ¿Cómo encuentro la parte buena de soñar? Y la respuesta vendría, en parte, de otra pregunta.

¿Que tal si empezamos a mirar hacia dentro?

La toma de conciencia de la realidad presente implica  conocernos a nosotros mismos, tomando conciencia de nuestra “responsabilidad individual” en crear nuestra vida, es decir, alcanzar o no nuestros objetivos.

En un proceso de coaching, es el coach mediante las preguntas el que hace reflexionar al coachee de sus puntos fuertes (para que se potencien), de sus puntos débiles (para que como mínimo se tome conciencia de los mismos), y con ello empezar a cambiar poco a poco el día a día, si es lo que el coachee realmente desea,  dirigiéndolo hacia su objetivo.

Se trata de despertar interiormente para que exteriormente se comiencen a dar esa transformación hacia lo que podemos estar soñando.

Os dejo aquí una inscripción en el oráculo de Delfos, que invita a la reflexión sobre este tema:

«Te advierto, quien quiera que fueres, ¡Oh! tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros, ¡Oh! hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses»

El camí de l’èxit i la felicitat professional

Mañana comienzo una nueva etapa hacia el desarrollo personal, mañana comienzo un curso de 9 sesiones denominado «El camino del éxito y la felicidad profesional» impartido por Baldi Figueras en el espacio Porta22 del Ayuntamiento de Barcelona.

Todo el mundo me ha hablado muy bien de Baldi Figueras como formador y coach. Cuando comenté mi intención de realizar el curso a mi tutora, me animó a hacerlo ya que la experiencia personal suya fue inolvidable.

Mañana comienzo otro viaje hacia el interior y siento el mismo cosquilleo que cuando voy a coger un avión.

Cuando empiezo una práctica con un coachee trato de explicarle que las sesiones son como un viaje. El decide el destino y yo le acompaño, ese es mi papel. Mañana sin embargo soy yo la que comienza el viaje y la que elige el destino.

Tratando de investigar algo sobre mi compañero de viaje, he encontrado unas reflexiones que me han parecido preciosas.

«Vivir”
Autor: Baldi Figueras

”Navegar entre la fuerza viva de las olas, entre la inseguridad de la vida, de la conciencia de que este puede ser el último momento y que por tanto debes aprovechar con máxima intensidad, lucidez, amor hacia ti y hacia los demás.
Hay que vivir con la misma tensión que la de un náufrago, que no puede perderse ni un abrazo, ni un beso, ni un sueño… Porque no sabe cuando se ahogará …
Hay que vivir con sabiduría las incertidumbres. Hay que vivir siendo consciente de que todo lo que nos sucede es relativo, efímero, provisional. Hay que vivir con entusiasmo, con alegría, con ilusión, con pasiones definidas, en tensión, en alerta… porque eso es vivir!!
Sólo muere quien verdaderamente ha vivido, los demás pasan de una muerte a otra muerte.
No dejes de ser nunca una de esas personas que siempre le brillan los ojos, que todavía buscan y se buscan. Que no les da miedo mirarse en el espejo, porque en él siempre se refleja una sonrisa.
No sigas siempre el mismo rumbo. No aceptes continuamente las cosas tal y como vienen, sin llegar a cuestionártelas.
No sigas siempre el camino aprendido, el ya conocido, el seguro, el trillado. No sigas siempre por inercia las marcas del camino que van dejando los que van delante de ti.
Hay que evitar estar en el mundo haciendo lo que el mundo quiere que hagas. Hay que estar en él decidiendo en cada momento quien quieres ser, adonde quieres ir y con quien quieres estar.
No cambiará nunca tu vida, si no cambias de vida.
Ser siempre la misma persona, hacer y creer siempre las mismas cosas, impide crecer y acabas siendo esclavo de ti mismo, de tu entorno.
Identificar el momento de escapar es cuando empiezan a repetirse peligrosamente situaciones cotidianas de la vida, que no aportan nada nuevo, nada vital …
Date la oportunidad de descodificarte de todo aquello que te han enseñado a ser, deshazte de tus prejuicios, valores, creencias, tus miedos y de las inercias. Hay que partir de cero cada nuevo año, siendo responsable de la construcción de cada uno de los minutos de tu vida.
No dejes escapar más sueños, más deseos …
Recuerda que cada año tienes 364 días para poder reír, jugar, cantar, soñar, compartir, amar, reamar y requeteamar. Para ser intensamente feliz !!
Para vivir !!

Me gusta viajar. Siempre me ha apasionado conocer otras costumbres, otros paisajes, otra cultura y aunque el día anterior estoy tan nerviosa por el avión, se que lo que habrá después de aterrizar  merecerá la pena seguro.

Esta vez he encontrado un buen compañero de viaje.

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