Lauda Sion Salvatorem

Lauda Sion Salvatorem

Por Fco. Javier Orellana Vallejo,

Licenciado en Historia del Arte y miembro de Cádiz Ilustrada

La Voz de Cádiz. 25.06.2011

De entre las voces que claman por que el Corpus en Cádiz vuelva a sus tiempos de mayor esplendor, pocas son las que aluden al aspecto musical como dignificación de la festividad que se celebra. Y no de es de extrañar, pues existe abundante material gráfico frente a la nulidad de registros sonoros de tiempos pretéritos.

Afortunadamente, el archivo de música de la Catedral de Cádiz cuenta con un rico tesoro musical que abarca desde los siglos XVII al XX. Obras en su mayoría compuestas expresamente para el culto de la propia catedral y que han soportado los numerosos avatares del tiempo, condenando al olvido a la música que pasaba de moda en el mejor de los casos. Un olvido que relegaba a la música a un armario, y no crean que motivado por una supuesta falta de calidad de las piezas, sino por el continuo consumo de música nueva que demandaba la intensa actividad de la catedral. Estos papeles que han sobrevivido a nuestros días nos brindan la oportunidad de poder conocer cómo “sonaba” Cádiz en épocas pasadas. Partituras conservadas, pero “letra muerta” -en palabras del padre D. Máximo Pajares- a la espera de “volver a la vida” a través de la interpretación y de su puesta en valor.

Desde 2009, el Cabildo de la Catedral de Cádiz asume definitivamente la iniciativa de poner en valor la música de su archivo, retomando especialmente el trabajo del mencionado Máximo Pajares -último maestro de capilla de la Catedral- y del Dr. D. Marcelino Díez. Del primero, su ingente labor de catalogación del archivo; del segundo, sus labores de investigación, transcripción y defensa a ultranza de nuestro patrimonio. Los canónigos confían este trabajo al Conjunto vocal Virelay, que dirige Jorge Enrique García y que ostenta el título de Capilla de música de la Catedral.

Esta labor comienza con la cuidadosa transcripción de las partituras hasta la interpretación de su música, pasando por la edición y grabación sonora. Respecto a esto último, el cabildo gaditano ha impulsado recientemente la colección discográfica “Archivo musical de la Catedral de Cádiz”, cuyo primer volumen, titulado “Corpus Christi en el Cádiz del Siglo de las Luces”, se presentó en noviembre del año pasado dentro del Festival de música española de Cádiz. Dicha grabación pretende mostrar lo que podría haber sido un pontifical de Corpus a finales del siglo XVIII, situando la música en su contexto del mismo modo que un Centro de interpretación hace con un yacimiento arqueológico para un mayor disfrute y comprensión por parte del visitante.

Otro aspecto a tener en cuenta en la recuperación de este patrimonio musical es devolver la música al lugar que le corresponde. Esto es, en las principales solemnidades de la Seo, donde adquiere su razón de ser.

Todos estos ejemplos de puesta en valor, grabación y restauración de la música en el culto, así como recuperación de los sonidos propios del Corpus gaditano los podemos resumir en el “Lauda Sion Salvatorem” de Juan Domingo Vidal (1734-1808), que desde 2009 vuelve a sonar cada año el día de Corpus en la Catedral.

La secuencia para el día de Corpus Christi “Lauda Sion Salvatorem” (Alaba Sión al Salvador) compuesta por Juan Domingo Vidal durante su magisterio en la Catedral de Cádiz, es probablemente la pieza que ha permanecido durante más años en los atriles del primer templo diocesano, pues se interpretaba anualmente el día de Corpus hasta mediados del siglo pasado. Las numerosas versiones, adiciones y adaptaciones que sufrió la partitura son la mejor prueba de ese uso continuado durante más de 150 años. La música pues, sirve al culto y se adapta según las épocas y necesidades del mismo.

La secuencia, que nace en la Edad Media como desarrollo musical del Aleluya propio del día, gozó de gran salud con numerosísimas composiciones en latín hasta la supresión de éstas durante el Concilio de Trento (s. XVI) exceptuando, entre otras, el “Lauda Sion” para el día de Corpus, cuyo autor del texto es Santo Tomás de Aquino, autor también del himno eucarístico “Pange lingua”.

El “Lauda Sion” gaditano del Maestro Vidal muestra los rasgos propios de un estilo que se suele denominar “galante” (uno de los estilos que antecede al clasicismo musical), centrando su interés en la melodía principal, pegadiza y alegre, con una armonía sencilla pero efectiva. En ella, el tiple solista (soprano) dialoga y es respondido por el coro tras una breve introducción instrumental que anuncia el tema principal. Una música amable, lejos del dramatismo y exaltación espiritual barrocos y que muestra el estilo más moderno de Juan Domingo Vidal.

Su carácter festivo nos traslada al ambiente de júbilo que vivía la ciudad durante el Corpus, pasando a convertirse en una pieza tradicional. Prueba del acervo popular y cariño hacia esta composición es el testimonio de numerosos feligreses de avanzada edad quienes, al volver a oírla después de medio siglo, aún reconocían la alegre melodía que escuchaban en su infancia el día de Corpus.

http://www.lavozdigital.es/cadiz/prensa/20110625/opinion/patrimonio-musical-corpus-gaditano-20110625.html

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Defensa y difusión del patrimonio cultural gaditano

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