15 junio 2010

Una fábula con moraleja

Lo presentan como uno de los más reputados economistas norteamericanos con un currículo apabullante, se llama Randall Wray, el autor de una fábula futurista, la que califican de inquietante para algunos, a pesar de que termina bien, según reza su introducción.

Describe lo que acontecerá en Noviembre del 2017, coincidiendo con el primer centenario de la Revolución de Octubre y con la toma de posesión de un nuevo presidente de los EE.UU. Kucinich, tras las Obama, Sara Palin y Jeb Bush, cuyo vicepresidente Dick Cheney, ha sido desahuciado por infarto reincidente. Describe la fuga del tercer Bush, Jeb, que se refugia en el palacio que tiene su padre en Arabia Saudi. El nuevo presidente Kucinich, congresista con ideas tan innovadoras como haber concedido el perdón de todas las deudas, permitir a los okupas seguir en los pisos sin haber satisfecho las hipotecas, quitar a todos los economistas de su gobierno a los que comparaba con los médicos que dejan desangrar a sus pacientes por no haber echado mano de los fondos de los Bancos que según él son patrimonio de los Estados, habiendo mandado detener a los antiguos: Geithner, Paulsen, Rubin, Sommers, como corruptos, que hizo ocupar el último Banco Goldman Sachs,..promotor de un nuevo New Deal 2.0 que daría trabajo a 75 millones de parados aplicando el eslogan de que todo lo que tecnológicamente es factible debe ser fiscalmente factible y otras lindezas por el estilo.

Incluye muchas otras cuestiones domésticas entre las que destaca la conversión que había tenido Greenspan antigua director de la Reserva Federal que aparte propugnar la desaparición de dicho organismo, defiende la sanidad socializada, la desaparición de la propiedad de los medios de producción con oscuras invocaciones a Marx, Lenin y a Rosa Luxemburgo.

Habla del crac sufrido por Europa que tras su disolución fue preciso un nuevo Plan Marshall, para alimentar a los millones de hambrientos europeos además de surtirles de los objetos de uso, con la ayuda prestada por los USA, se esperaba que los estados volverían a valerse cada uno por sus medios.

Otra aportación significativa de la fábula, consistía en que los países emergentes, alcanzaron índices de riqueza equivalentes a la que tienen actualmente los EE.UU. con sueldos y precios de los productos estables, si bien lo más llamativo es que incluye entre los países emergentes a Botswana, de la dice que mandaba asesores a EE.UU. para trasmitirles sus experiencias,

Se extiende en muchos otros supuestos que podrían tener lugar, si bien para nuestro análisis hemos tomado solo los anteriores ejemplos, que nos arropan en parte en nuestras utopías de futuro orientadas a cambios de paradigmas que van apareciendo de forma subrepticia, como por ejemplo la necesidad imperiosa impuesta al desbocado despilfarro de recursos practicado en nuestro país, que no se tenían y se pidieron prestados al exterior por las inmobiliarias, que construían centenares de millares de pisos al año, incitados por la codicia especulativa con subidas anuales de su precio de 15%, sin que intermediaran estrategias racionales de futuro, para deducir que por más eficiente que fuera la construcción, márgenes de beneficio rayanas al 40% no pueden eternizarse. La avaricia rompe el saco, y la alegría para los beneficiarios y los gobiernos españoles que hacía gala de sobrepasar el PIB de potencias europeas consolidadas, fue un brindis al sol que ahora estamos empezando a pagar.

Nuestros reiterados planteamientos, tiene cierta similitud con algunos de planteamientos económicos expuestos en la fábula anterior, al preconizar que los fondos deben estar a disposición de los gobiernos para asegurar a sus administrados que los precios y los salarios, deben estar estabilizados para evitar que se produzcan jugadas espurias como las ejercitadas por las finanzas virtuales que dan todas las bazas a los especuladores para que se forren a costa del paro que es la mayor injusticia social que se puede ejercitar amparada y consentida por leyes vigentes que nadie se atreve a impugnar ni tan siquiera disentir, como si fueran un castigo de Dios, que conduce a diferenciales en la percepción de emolumentos desorbitada y en constante aumento, concediendo al dinero la suprema jerarquía sobre todas las cosas, difícil de asumir produciendo esquizofrenia en las personas formadas en los valores de la modernidad social.

Expresiones tales, como que todo lo que en tecnología sea factible debe ser fiscalmente factible,
tiene un valor paradigmático, puesto que cuando la inteligencia objetivamente analizada sea la que rija los destinos de las sociedades, en sustitución de tanta corrupción que se ha instalado en el poder, sin el menor sentido ético de los comportamientos, a la vista que los privilegiados son los que aprovechan por la falta de escrúpulos, amparados por jueces que no reparan en subvertir leyes por el efecto de ideologías arraigadas en los genes que suelen dar prioridad al poderoso en detrimento del indigente carente de los pertinentes respaldos.
No somos tan ingenuos para pensar que la fábula cuya moraleja según indica el autor pueden incluso tener buen final, como correspondía a las antiguas fábulas de los clásicos desde Esopo a Lafontaine, pasando por nuestro Samaniego, estamos seguros que la que antecede no tendrá, la menor difusión, a pesar de estar cuajada de nombres ilustres, que han tenido una publicidad apabullante en todos los medios, estamos seguras que sen le aplicará sordina total. Parece una broma de mal gusto el que incluyan el nombre de Botswana entre los países emergentes, un país que cuenta con un millón escaso de habitantes al lado de China e India que tienen más de mil millones cada una, lo que denota que pueda suponer un fraude disparatado emitido por cualquiera sin que tenga nada que ver el economista tan ponderado del que no tengo la menor referencia.