sábado, 21 de marzo de 2009

Los travestis, los penes y las ciencias sociales - Parte I

1) La tecnología médica de nuestra época permitió la utilización de sus avances para otros fines que los terapéuticos. Así aparecieron hombres cuyo sueño era vestirse de mujer, utilizar un nombre de mujer, comportarse con un amaneramiento que consideraban propio de las mujeres y que deseaban algo que hasta entonces era una fantasía futurista o una capacidad exclusiva de algunos gordos: poseer tetas.

2) Estas personas estaban dispuestas a muchos cambios en su vida menos a uno: perder sus genitales. Una vez completada la transformación (mediante operaciones o tratamientos hormonales), se dieron cuenta de que, aunque podían utilizar nombres propios de mujer, no podían andar diciendo por ahí que eran realmente mujeres. La mentira tiene patas cortas y tarde o temprano los menos avispados iban a notar una protuberancia que no correspondía con el género denunciado.

3) Sabiamente acuñaron un término propio que los identificara, que les evitara la mentira de cortas patas, y que al mismo tiempo los separara de aquel género masculino que intentaban dejar atrás en sus vidas. Así se autodenominaron "travestis".

4) Conocí a un travesti que tenía una particularidad sobre la mayoría de sus colegas: la cantidad de hombres "confundidos" con él era enormemente mayor, al menos en la oscuridad de la noche. Este travesti, de formas y facciones inusualmente más sutiles que sus colegas, era frecuentemente abordado, en los boliches a los que asistía, por múltiples galanes que se acercaban a él sin tener plena consciencia de las particularidades de su género. Sin embargo el travesti tenía una rigurosa normativa en este sentido, tal vez más práctica que ética. Durante el primer intercambio de palabras, aclaraba siempre su peculiar género. Lo curioso era que la gran mayoría de los "confundidos" se quedaban encantados con el descubrimiento y reforzaban aún más sus actitudes galantescas.

5) Este travesti no resaltaba su pene en su exposición visual al mundo, evitándonos a la mayoría de los que allí estábamos la grotesca imagen de una damisela con bulto. Sin embargo no ocultaba su pene que probablemente sería un importante componente tanto visual como práctico en su intimidad. Tenía plena consciencia de su género de origen. Recuerdo una charla en la que me comentaba cierta tristeza porque su actual pareja jugaba en público a que estaba saliendo con una mujer y no admitía su evidente homosexualidad.

6) Los travestis podrían haber sido mucho menos sabios que en estas historias y haber intentado lo imposible: ser mujer habiendo nacido hombre. Hay quienes lo intentan, que no se dicen travestis, y que logran lo que creen el mayor éxito: que en sus documentos figuren como pertenecientes al género femenino. Esta clase de libertad de elección de género, donde la libertad no está en crear un nuevo género como el de los travestis sino en ser aceptado dentro de un género cuyas admisiones tardías están prohibidas por lógica, es tan absurda como una libertad de elección de reino biológico. Pedro se despierta un día dándose cuenta de que ha nacido en un cuerpo incorrecto y que su verdadero ser se relaciona con el reingo fungi. Se junta con otros fungis erróneamente nacidos humanos y reclama por sus derechos a honguear donde gusten y no ser discriminados en el momento de elegir muestras de moho para ser observadas bajo el microscopio. La sociedad acepta sus peticiones y en un valeroso y altruista acto de esquizofrenia, construye un microscopio óptico gigante en donde puedan colocar a Pedro sin lastimarlo. Los científicos que utilizan a Pedro y al nuevo microscopio realizan importantes descubrimientos del mundo fungi hasta entonces desconocidos: algunas clases de hongos poseen penes.

7) Mutilarse el propio pene y salir a la calle queriendo que todos nos llamen "señora", me hace acordar al cuento de los sastres del hilo invisible que confeccionan el traje al rey. Un niño es el único que no complica su inteligencia ni su capacidad de observación con los temores sociales de los demás, y dice "el rey está desnudo".

8) Una posición, menos esquizofrénica, que podrían haber tomado aquellos que nacidos hombre desean de alguna manera ser mujer, aunque aceptan que jamás van a lograrlo del todo, podría haber sido la siguiente: "queremos que nos llamen mujeres, pero no estamos locos y nos damos cuenta de que nos cuelga un pene o de que al menos nacimos con uno. Seremos llamados entonces Mujeres Diferentes".

9) Los Mujeres Diferentes ("ejem, perdón. Las Mujeres Diferentes"). Ok. Las Mujeres Diferentes se definen mediante dos palabras, por lo que necesitamos entender para qué utilizan dos palabras y no una. Tanto "mujer" como "diferente" poseen claras definiciones utilizadas desde hace siglos. No son un neologismo como "travesti". Las Mujeres Diferentes pretenden meterse en estructuras previas mientras que los travestis construyen estructuras nuevas.

10) Mujeres es el sustantivo y Diferentes un adjetivo. Cuando uno les señale a las Mujeres Diferentes que la definición de "mujer" no incluye flamear un pene cuando uno corre desnudo, nos contestarán: "por eso somos Diferentes". Cuando uno les señale a las Mujeres Diferentes que la definición de "mujer" no incluye hacer pis parado con una capacidad de redirección mayor a 180 grados, nos dirán "por eso somos Diferentes". Cuando les digamos que las definiciones de hombre y travesti incluyen estas características, y que incluso pueden construir una nueva categoría que también las incluya, o que resalte las ignotas capacidades del hombre/travesti con el pene mutilado, probablemente nos contestarán: "pero nosotras queremos ser mujeres". Esta sería, en la psicodinamia clásica, una posición neurótica.

11) Si hasta ahora no entendieron qué tienen que ver las Ciencias Sociales con todo esto, van a tener que esperar hasta el próximo post.


9 comentarios:

  1. Creo comprender por donde vas y de lo que hablas.....
    Ahora bien, en mi opnión, yo no sexualizaría este asunto. Te explico el motivo:
    bajo mi punto de vista sería lo mismo querer ser mujer naciendo hombre por las razones que sea, que tener unos enormes pechos cuando no los tienes, o mas labios o lo que sea que cambie tu aspecto corporal de un modo radical. En el fondo me parece que hablamos de lo mismo. Y ante esto existen dos opciones: a) asumir que esto es lo que hay.b) tratarlo de cambiarlo mediante métodos quirúrgicos.
    Lo ideal siempre, me parece que es aceptarse, aunque obviamente mucha gente opina y hace lo cotrarío. Por otra parte me parece absolutamente legítimo el que las personas opten por lo que quieran, ya que si empezamos a hablar de normalidades, de anormalidades, de medicina, de enfermedades o trastronos, ya sabemos muy bien, en que acabamos.
    Si por ejempo, negáramos la cirugía de cambio de sexo pagada por el estado, admitiendo cirugias estéticas, tendremos que explicar las razones, y la verdad no se me ocurren muchas coherentes.
    Si admitimos las operaciones de cambio de sexo pero no las estéticas pagadas por el sistema sanitario, sería bajo la idea de que admitimos que el travestí es realmente un trastornado, y aquí es donde me pierdo, ya que se admite que es una mujer en cuerpo de hombre. Y si admitimos esto habrá quien piense en adaptar ese mente a ese cuerpo, y no ese cuerpo a esa mente. Entonces claro, se asume que es mas fácil ese cambio, aunque desde luego, a nivel físico es mucho mas complicado deshacer lo hecho, es decir, tiene mayores consecuencia. También supongo que se asume, el que adaptar esa mente a ese cuerpo es IMPOSIBLE. Y siguiendo esa deriva, tampoco se muy bien donde acabaría la cosa.
    Me parece una interesante entrada, valiente, polémica y que generará una buena discusión, seguro, si bien no puedo estar de acuerdo con cierto tendencia menospreciativa hacia el colectivo, pero bueno, es posible que sea una cuestión de lenguaje.
    Un saludo

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  2. Jesús, gracias por tu comentario. No creo haber entendido todo lo que mencionás en él (especialmente lo de las cirugías pagadas por el estado), pero me parece importante aclarar algo. Al menos aquí en Argentina, un travesti no es un hombre que quiere ser mujer sino un hombre que desea ser algo distinto, que podría ser torpemente descripto como "una mujer con pene", y que más sabiamente requiere de un neologismo como "travesti" para designar su nuevo género. Un hombre con el delirio de llegar a ser una mujer puede pasar por las filas de los travestis para luego lograr su esquizofrénica cirugía de mutilación. Pero en estos casos difiere su autodenominación de la asignada popularmente: ellos se dicen "mujeres" mientras que la sociedad los conoce como "transexuales". No todo travesti aspira a la transexualidad, ni siquiera la mayoría. Para el post es importante distinguir un ficticio subgrupo que no se encuentra ni en el realismo constructivo de los travestis ni en el delirio esquizoide de los transexuales que se dicen mujeres: las Ciencias Sociales...ejemmm... quiero decir, las Mujeres Diferentes.

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  3. Opinion numero 1:

    Yo creo que el tema de los hombres que quieren "ser mujeres" no es una cuestion de esquizofrenia o delirio (aunque como no soy psicologo no se exactamente que significa esquizofrenia). Creo que aunque termina cortando penes, no tiene realmente que ver con tener pene o no.

    En nuestra sociedad hay cosas "de hombres" y cosas "de mujeres". Las mujeres avanzaron bastante en temas como poder usar jeans, jugar al futbol, etc y no por esto dejan de ser mujeres. En cambio no veras a un hombre usando pollera o rouge en la calle y menos que no sea hostigado o ridiculizado al instante de alguna u otra manera por estar haciendo cosas "de mujer". Sin ir mas alla mi sobrina de 3 años no entendia por que yo tenia el pelo largo, cosa que ella estaba segura que era "de nenas" y no le hacia ninguna gracia.

    Quedan dos opciones (al menos se me ocurren dos) dejar estos comportamientos para la intimidad o, si el deseo/necesidad es tan grande que exige hacerlo todo el tiempo, ir "all the way" y hacerse mujer. Lo peor es que se hacen mujer para satisfacer a una sociedad enferma que admite que alguien se rebane el pene pero no admite que un hombre use pollera y rouge.

    El tema de la presion de la sociedad no es menor y en algunos paises se van al extremo,como iran que condena de muerte a los gays (entendido como hombre hombre o mujejr mujer) pero habilita operaciones de cambio de sexo gratis (y permite a los transexuales tener relaciones con gente de su genero anterior). A todo esto, existen travestis mujeres que se hacen hombres?

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  4. Opinion numero 2:

    Si, se genera una fantasia colectiva donde:
    -el hombre cree que es mujer
    -su pareja cree que es mujer
    -su pareja cree que el no es homosexual
    -la sociedad cree que es mujer y es una pareja "normal"

    y todos contentos, nadie tiene que lidiar con los hechos desagradables de
    -el travesti: que nacio hombre
    -la pareja: que es gay
    -la sociedad: que hay personas del mismo genero que quieren vivir en pareja

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  5. opinion numero 3:

    y las lipoaspiraciones? y las tetas falsas en mujeres? y las cirugias esteticas, liftings, etc?

    mientras tanto faltan doctores en zonas precarias, etc, etc, etc

    la medicina se usa para demasiadas cosas que estan de mas.

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  6. Marto, bienvenido al blog simplificado.

    Entiendo y me parecen interesantes estas diferencias en los géneros que señalás. Creo leer en lo que decís que te imaginás un mundo mejor en el que no hubiera necesidad de designar el género: hombre, mujer, travesti y cualquier otro que se invente. Pero los géneros aún juegan un importante rol en la identidad de las personas, y te diré que hoy día me imagino como más cómodo el pertenecer a géneros limitados como hombre o travesti y no a géneros cuyos límites se disuelven a veces como lo es el género mujer.

    Siguiendo con esto de eliminar categorías y sobre lo que decís de la fantasía colectiva que haría feliz a todos, la llamo delirio o locura (no hace falta remitirnos a términos más oscuros como esquizofrenia) porque empobrece la experiencia humana. En el cuento del rey del vestido invisible, el delirio parecía dejar a todos felices. Sin embargo resultaba empobrecedor para el niño que, al no poder entrar en el juego de los adultos de "no decir nada" debido a su corta edad, el juego se convertiría para él en una prohibición irracional. El no poder enunciar el desnudo que el niño ve "porque no, ya lo entenderás de más grande", derivaría en una disminución en su capacidad de discriminación. Si llamo a todo gris, la vida no me va a parecer tan negra, pero tampoco blanca y mucho menos con colores. Pero esto casi es un tema de un próximo post.

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  7. Me pareció buenísimo esto de la hipocresía de sí al revanaje y no al polleraje masculinos. Si bien es algo que mediáticamente pareciera ser así, no creo que en los casos particulares la gente no siga hostigando y ridiculizando a los transexuales. Del mismo modo que fueron hostigadas y ridiculizadas las primeras mujeres que empezaron a usar jean, o a trabajar o a jugar al fútbol, y los hombres que empezaron con el pelo largo, los aros y el morral. Ah, y a aceptar que sus mujeres trabajaran.

    Por otra parte me pareció sencillamente grandiosa tu propuesta de ampliar la elección, ya no del género, sino también del reino biológico. Dale tiempo al mundo y tu ejemplo va a haber sido de vanguardia.

    Por último, me parece que el hecho de buscar la igualdad de género, tanto del lado de las mujeres por alcanzar los lugares del hombre, como de los hombres para vestir tacos y pollera, es sólo una búsqueda de homogeneidad de valores, derechos y actos, lo cual no tiene nada que ver con la unificación de sexos.

    ¿y las ciencias sociales? ¡ESTOY ESPERANDO EL PRÓXIMO POST!

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  8. Shirubana, los hombres han usado pelo largo, se han pintado, han usado largas pelucas, y no todos se animaban a burlarse de los reyes. Sin embargo las modas van y vienen, así que siempre podremos encontrar a alguien de quien burlarnos.

    El próximo post llegará cuando dejen de hacer comentarios sobre éste, porque vamos a dejar un poco de lado el tema de los géneros.

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