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lunes, 5 de mayo de 2008

ANTIGUA PLAZA DEL MESÓN



Y en esta plaza castiza, deforme y caprichosa, está la fuente, esa fuente pública que semeja propiamente al As de copas y cuya imitación la podemos encontrar a menos escala pero cuidadosamente imitada en el Pueblo Español de Barcelona, en una placita andaluza, remedo de la plaza de Peñaflor de Ecija.
Fue en tiempos esta plaza del Mesón, o de los Mesones, calle del Trajín. Una plaza deforme y abierta de donde se inicia la cuesta para ir al Barrio de Jesús. Tiene solera y cosa esta plaza, de la que el sol no se aparta en todo el día. Chocó el que en el edificio de la antigua cárcel pública, encima mismo de una de las brigadas que entonces era lo que se llamaba sala audiencia, existía una habitación de una casa particular que tiene su entrada por la calle Aljaranda.
De nuevo, es esta plaza con solera, una plaza del Mesón que sería del Barrio Viejo, una plaza que podríamos llamar el comienzo del pueblo nuevo y es por dicho argumento que durante mucho tiempo se le conoció como plaza Nueva.

Lo del Mesón no será preciso aclarar que le viene por la posada o mesón que existía por aquel entonces, tal es el caso de la posada de los Rambaud, que se localizaba en lo que es el antiguo edificio aún existente de la Cofradía de pescadores. Sin embargo por allí debió de existir más de una posada, ya que por aquel entonces se le llamaba no del Mesón, sino de los Mesones. Nombre éste de los mesones que se le daba a toda la calle hasta la Puerta del Mar mismo.
Esta plaza del Mesón que siempre formó parte integrante de la antigua calle del Mar, hoy Guzmán el Bueno, fue siempre escenario de recordadas manifestaciones piadosas. Cuando abierta al culto la iglesia de Santiago, más tarde llamada de Jesús en Semana Santa, se hacía en esta plaza la procesión del Encuentro del Nazareno y la Virgen del Desconsuelo.

El nombre de Valdés se le dio a esta calle en 1840. Este señor no es otro que el famoso coronel Francisco Valdés, el mismo que capitaneando a 65 o 70 facciosos, se apoderó de Tarifa en la mañana de 3 de agosto de 1824, en cuyo vandálico suceso tanto sufrió el vecindario tarifeño. El mismo que al apoderarse de la isla de las Palomas, sorprendiendo a la escasa guarnición, dio libertad a los reclusos de aquel presidio que se le unieron como fuerzas revolucionarias y que dueños de la situación se dedicaron al pillaje y saqueo de la población. Un chispazo más de la revelación ante el aireado retorno de Fernando VII al absolutismo.
En esta dicha calle estuvo el matadero, situado al principio de la calle, en la Puerta del Mar mismo, de ahí que al puente existente sobre el arroyo se le conociera como puente del matadero. Permaneció allí hasta que éste fue trasladado a la tenería vieja y en el mismo lugar que hoy está la fábrica de conservas de pescados, de los sucesores de don Salvador Gutiérrez. Después más tarde de aquí el matadero fue a parar al de la Plaza de toros que se construyó por acciones y que aún se conserva su sociedad propietaria llamada Constructora Urbana.
Pero volviendo a nuestra calle del Mar, de los Mesones, de Valdés o de Guzmán el Bueno, en la cual existió además del matadero o casa de matanza, albergó también el Pósito Agrícola o Casa Panera, también albergó esta calle el cuartel de caballería, cuyo edificio en el año 1841 fue reparado por el propio Ayuntamiento, para cuyo coste se creó un arbitrio especial que consistía en dos cuartos en la libra de todas las carnes.
Todo un proceso evolutivo marcado por el paso del tiempo sufrió la calle del Mar – aún hay quien así la sigue llamando- para denominarla más tarde como digo de los Mesones, después de Valdés, y por último, allá por el año 1863, aunque creo yo que tardíamente el nombre de Guzmán el Bueno.


Francisco J.Terán Reyes

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