La humilde pero saludable sardina

miércoles, 27 de febrero de 2008


Las propiedades de la sardina

La sardina es un pescado azul que además de sabroso y barato, es muy saludable, especialmente por su gran efecto cardioprotector, debido a su contenido en ácidos grasos poliinsaturados, los llamados Omega 3. Éstos hacen disminuir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre y, además, previenen la formación de coágulos sanguíneos y reducen las inflamaciones asociadas con la artritis y la psoriasis.

Al margen de su sabrosa carne y perfume característico, su contenido en ácidos grasos Omega 3 es de 1,69 a 1,80 g. por 100 gramos de alimento. Las sardinas del Cantábrico son las más ricas en este tipo de grasas.



Pese a su modestia, la sardina supone actualmente un alimento básico en la Dieta Mediterránea, especialmente en verano, cuando puede consumirse recién pescada y en todo su esplendor.

Fritas en aceite de oliva
Lo más apropiado para mantener sus propiedades nutricionales es freírlas, una vez limpias, con aceite de oliva virgen bien caliente. Curiosamente, cuanto más grasa contiene un pescado crudo, como la sardina y todos los pescados azules, menos grasa absorbe al freírse.

Las sardinas en aceite enlatadas tienen una composición grasa diferente a las crudas, pero mantienen sus efectos benéficos cardiovasculares. Además, las sardinas en lata aportan mucho calcio, tan asimilable como el de los productos lácteos, cuando las espinas se hacen digeribles (a partir de los 24 meses de maduración).

 

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