Si uno juega ludo, poker, monopolio o ajedrez espera que los contendientes, generalmente amigos tuyos, se rijan por las reglas y no hagan trampas. Estas últimas semanas hemos estados preocupados por un juego que llaman democracia, elecciones le dicen algunos, que más que un juego de mesa parece carrera de hipódromo.
Y más que por esperar que esas fichitas del tablero: la estrellita, la olla o el mapita, se comporten como buenos contendores, escribo esto, porque en estos días sacros post-1ra vuelta, todos hemos tenido que hablar de política, y ya, un buen grupo de gente nos estamos preguntando por quién votar en la segunda y final vuelta.
Muchos piensan viciar su voto, yo aún no lo sé, pero creo que por jugar mal el juego estamos en la presente situación. Los ciudadanos hemos tenido más de 20 propuestas para elegir, pero las mayorías (por no decir masas) se han decatando por las más publicitadas y de más posibilidades de llegar a Palacio, en lugar de votar por quién le parezca mejor, regla fundamental. Los medios y (la mayoria de) sus periodistas han cometido falta no dando igual cabida a todos los candidatos, explicando sus ideas, bajándolas al llano y, claro, hipotecándose a las conveniencias de sus broadcasters. Las encuestadoras, especies de lobbistas electorales, han maldispuesto el escenario. A éstos deberíamos expulsarles de la cancha para que se dediquen a medir ratings. Los partidos y candidatos se han disparado metralla y metido zancadillas entre sí. Así no se juega, Perú.
Todos o muchos de los participantes hemos, pues, jugado mal, entonces no es de sorprenderse del panorama que tenemos delante, el de elegir el mal menor, elegir entre "silla eléctrica o paredón". Aún no decido mi voto para la 2da vuelta, he decidido esperar a que termine el conteo, y ver que sucede, y elegir tratando de seguir las reglas. Total no es de buen participante patear el tablero porque se está perdiendo.
Una Banca 
Si uno juega ludo, poker, monopolio o ajedrez espera que los contendientes, generalmente amigos tuyos, se rijan por las reglas y no hagan trampas. Estas últimas semanas hemos estados preocupados por un juego que llaman democracia, elecciones le dicen algunos, que más que un juego de mesa parece carrera de hipódromo.
