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En la segunda mitad del s. XIV, Andrea Pisano fue elegido para realizar los relieves de una de las puertas del baptisterio de la Catedral de Florencia para sustituir la de madera que ya se encontraba en mal estado.  Se le encargó que la realizara de dos hojas con relieves enmarcados en rombos tetralobulados, y con escenas de la vida de San Juan Bautista.

A finales del año 1400, el gremio de comerciantes de la ciudad decidió organizar un concurso público para sustituir las otras dos puertas del baptisterio de madera por unas nuevas de bronce que siguieran el mismo patrón que la realizada cincuenta años antes por Pisano. A dicho concurso se presentaron los mejores maestros de la ciudad, de los que siete llegaron a finalistas, y entre ellos destacaron dos: Filippo Brunelleschi y Lorenzo Ghiberti.

Para poder participar en el concurso, el gremio de comerciantes decidió que tenían que presentar una escena sobre el sacrificio de Isaac en relieve de bronce e inserto en un marco exactamente igual que el realizado por Pisano, y tenían un año de plazo para presentar el proyecto ante el jurado. Entre los criterios más importantes a la hora de dar el veredicto estaba la calidad de ejecución de los detalles, la fidelidad con respecto a la escena bíblica y sobre todo, la habilidad para representar los elementos vegetales, animales y humanos.

Al año siguiente, los artistas presentaron sus respectivos proyectos, pero sólo dos llamaron verdaderamente la atención del jurado, los de Ghiberti y Brunelleschi. El proyecto ganador fue el de Ghiberti, por dos factores muy importantes: el primero era que Ghiberti había realizado la escena en un molde que se había llevado a fundición, que le permitió realizar una pieza más ligera que requería una menor cantidad de bronce. El segundo era que la técnica, a pesar de recurrir a la arcaica superposición de planos entre personajes principales y secundarios, le permitía realizar piezas con un acabado mucho más refinado que las piezas cinceladas y ensambladas a mano en una plancha.

Brunelleschi, aunque revolucionó todo lo conocido hasta la época al insertar la perspectiva y usar cánones clásicos en las poses de las figuras, cometió el error de realizar la obra sobre una plancha soldando las figuras sobre la misma. De este modo, el proceso resultaba mucho más lento, costoso y menos vistoso que el proyecto de Ghiberti.

Al año siguiente, en 1403, se firmó el contrato de ejecución de la obra, y tenía un plazo de ejecución de nueve años y medio. El proyecto se complicó, y finalmente, la entrega se hizo en 1424, ya que el gremio obligó a replantear el proyecto para poder realizar primero la puerta orientada a la Catedral, lo que supuso cambiar el programa iconográfico y eliminar las escenas del Antiguo Testamento.

Un año más tarde, el gremio volvió a requerir sus servicios para que realizara la segunda puerta, que sí iba a albergar las escenas del Antiguo Testamento. Ya en aquel tiempo, Ghiberti y Brunelleschi estaban inmersos en el proyecto de ejecución de la Catedral y ya tenían el título de maestros mayores. El rango adquirido por Ghiberti le permitió gozar de total libertad de ejecución de la obra con respecto a las dos puertas anteriores.

La primera medida que tomó fue el eliminar por completo las escenas enmarcadas en los marcos cuadrifolios, y optó por realizar escenas en formato rectangular a modo de casetones, separadas por molduras. También redujo el número de escenas de 28 a 10, lo que le permitió realizar escenas de un mayor tamaño en dos columnas de cinco escenas o casetones, de tal forma que cuadraba una columna en cada hoja de la puerta.

El nuevo tamaño de las escenas le permitió además perfeccionar la técnica. Ya no se veía obligado a representar las figuras en un formato específico para encajar en las molduras, ahora podía alterar el tamaño de las mismas en función de las necesidades. Si la escena tenía pocos protagonistas, podía realzarlos en primeros planos más grandes, y si tenía que representar a una muchedumbre, podía reducir el tamaño para albergar la totalidad de la escena. Incluso le permitió innovar en el aspecto formal tomando la perspectiva cónica que ya ofreció Brunelleschi en el proyecto de la otra puerta, y de ese modo poder ofrecer un mayor realismo, al representar las escenas de forma tridimensional. Otro aspecto importante es que las escenas dejaban de ser unitarias y pasaban a convertirse en secuencias formadas por varias escenas pertenecientes a un mismo episodio bíblico.

Diseñó unas molduras con hornacinas para poder albergar profetas y causó tal éxito entre los miembros del gremio, que decidieron quitar la puerta que había realizado unos años antes para poder poner ésta de tan deslumbrante belleza, a pesar de incumplir el programa iconográfico, que obligaba a poner las escenas de la vida de Cristo mirando hacia el Este, hacia la Catedral. La puerta reemplazada se ubicó en el norte, donde estaba proyectada la ubicación de ésta última, y la nueva puerta, al contener escenas de la Creación y tener semejante belleza se le llamó “La Puerta del Paraíso”.

A continuación dejo un esquema con el programa iconográfico de la puerta: