En estos post llamados Biología-Cultural de la Poesía y que aquí abriré con un breve texto de Humberto Maturana sobre la naturaleza constitutivamente biológica y cultural de la poesía, iré trayendo a mano distinciones y reflexiones que se montan sobre la abstracción fundamental que revelan estos fundamentos humanos respecto al poetizar.
Aquellos que quieran conocen en mayor profundidad esta mirada a lo constitutivo de los seres vivos y humanos que en el Instituto Matríztico (co-fundado por Humberto Maturana y Ximena Dávila) llamamos Biología-Cultural, los invito a ver nuestra Web en
www.matriztica.org y nuestro videolog en: http://es.youtube.com/elmultiversal
Ignacio Muñoz Cristi Dixit
El acto poético es un acto transformador del mundo
El poeta ve donde otros no ven. Ve lo que está allí, invisible tal vez por lo cotidiano; oculto porque oculta un misterio.
Lo misterioso es algo que desaparece en las apariencias, algo que lo evidente hace invisible.
El poeta toma lo aparente y lo transforma, lo lleva a otro ámbito y lo hace visible.
El poeta expresa el presente silencioso, ese que se deja pasar porque no nos habla en una presencia ineludible.
Hay muchas clases de poetas.
A veces hablamos de los poetas como artistas de los sentidos que iluminan la consciencia con la palabra, con las formas, con la luz y la sombra, con los perfumes, con los sabores... con los sonidos.
A veces el cambio de mundo que el acto poético evoca consiste en conservar algo que se había desvanecido en un olvido indeseado. Vivir la vida cotidiana en la belleza y armonía de un vivir que hace sentido en el medio un mundo que parece duro, ajeno y feo es un acto poético.
Todos somos primariamente poetas. Como niños creamos nuestro mundo desde la nada. Como adultos modulamos los mundos de otros. Lo que nos ocurre es que frecuentemente no sabemos que somos poetas, seres que transforman el mundo con solo pensarlo y nos olvidamos de la belleza, del amar, del otro que nos acoge, de la otra que nos ilumina y nos sumergimos en el ocultamiento de la belleza, de la amistad, del amor creyendo que debemos luchar y no colaborar, competir y no crear entre todos un mundo deseable como el acto poético más fundamental.
¡Si!, todos somos poetas. Aprovechemos este curioso remanso en el fluir oscuro del desencanto, de la apatía, del cansancio que esta invitación abre.
¡Si! Todos somos poetas. Hagamos visible la belleza amorosa que nos constituye como seres humanos.
Humberto Maturana Romesín
Texto leido en el Festival Poesía a 100%
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