Mejora radical Vs Mejora continua

Luis Miravitlles. Profesor. IE Business SchoolJune 21st, 2006 Mejorar. Es la máxima de cualquier compañía. Pero existen dos vías diferentes para conseguirlo: el cambio radical o el perfeccionamiento progresivo. En el mundo de la empresa hay dos grandes enfoques del concepto de mejora. Al primero, más asociado a la cultura occidental, lo podríamos denominar mejora radical. Su resultado es un cambio total en alguna característica de la empresa, de sus productos, procesos u organización; y suele tener un importante impacto en la cuenta de resultados. Está muy asociada al concepto del héroe que, con una aportación muchas veces fruto de la inspiración y el esfuerzo personal, da un giro de 180º a la empresa, con el consiguiente impacto en el balance.Sin embargo, en algunas compañías, por no haber trabajado anteriormente el concepto de mejora, existen fuertes barreras al cambio que bloquean su progreso. Suelen ser organizaciones excesivamente jerarquizadas, con productos muy maduros, sistemas de información obsoletos y procesos excesivamente rígidos que impiden cualquier evolución. En estos casos, vencer esas barreras implica, necesariamente, cambios profundos y radicales que zarandeen la organización y le hagan moverse en uno u otro sentido. Cuando el estilo de mejora es éste, la empresa suele avanzar de forma irregular, con largos periodos de estabilidad entrelazados por breves periodos de convulsión. La mejora radical suele estar ligada a un héroe que, con una aportación muchas veces personal, da un giro de 180º a la empresa. El segundo enfoque consiste en la mejora continua, que está basada en la idea de que todo aspecto relevante en una empresa es susceptible de ser mejorado de forma metódica y sistemática. Lo relevante en la empresa es conseguir que la organización en su conjunto se oriente a mejorar continuamente y, en este sentido, lo importante es conseguir un ritmo de mejora adecuado y no la magnitud de las mejoras alcanzadas. Es un concepto más asociado a la cultura oriental y está basado en tres elementos críticos:::Toda la empresa debe participar en el proceso y debe adoptarlo como una filosofía propia en el trabajo diario::El proceso de la mejora continua no acaba nunca. Una vez se constata que se ha conseguido una mejora, hay que volver a empezar con la localización de nuevas oportunidades de mejora.::Debe existir un método para abordar la mejora continua que asegure que se producirán beneficios consistentes para la empresa. En la mejora continua lo importante es tener un ritmo de perfeccionamiento constante, no la magnitud de cada mejora. Esta forma de pensamiento constituye uno de los pilares del Total Quality Management (Gestión de la Calidad Total) que las empresas japonesas pusieron de moda a partir de los años 70. Curiosamente, el considerado padre de la mejora continua es el americano Edward Deming que, al no tener éxito en su tierra, se desplazó a Japón, sentando allí las bases de la filosofía de la calidad moderna y desarrollando el primer modelo metodológico de mejora continua, el famoso ciclo PDCA (Plan, Do, Check, Act). Esta siglas representan los pasos que hay que desarrollar para conseguir una mejora: Plan (identificar oportunidades de mejora, analizarlas de forma sistemática y diseñar los cambios), Do (implantar los cambios necesarios), Check (medir los resultados y constatar que son los esperados) y Act (consolidar las mejoras). El primero tiene un importante impacto en la cuenta de resultados, pero el segundo asegura unos beneficios consistentes.

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