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USPALLATA - PUENTE DEL INCA

Bovedas De Uspallata- Fines SIGLO XVIII
A 5 km. de la localidad de Uspallata y a 108 km. de la ciudad de Mendoza por ruta Nacional 7.

Fueron construidas a fines del siglo XVIII, como planta para el tratamiento de los minerales extraídos de las minas de San Lorenzo de Uspallata. Atribuidas a la obra de los jesuitas, integran uno de los pocos conjuntos mineros coloniales con acueductos, molinos, hornos y otros elementos complementarios para el laboreo de los minerales, fundamentalmente plata y cinc.

De planta en forma de "U", están edificadas con adobes sobre cimientos de piedra. Se destacan sus tres cúpulas de perfil ojival que cubren, en el cuerpo principal de la construcción, tres ambientes casi idénticos e interconectados.

Los edificios fueron asignados por el General San Martín para servir de oficinas y almacenes durante la Campaña Libertadora.

Originalmente construidas en adobes por el sistema de hileras avanzadas, fueron rescatados del olvido en la década de 1920 por el arquitecto Raúl J. Álvarez, y reconstruidos en hormigón armado durante la década de 1950.

TUNDUQUERAL Y HUARPES

El Cerro Tunduqueral era el monte sagrado del pueblo Huarpe, el nombre Tunduqueral proviene del Tunduq, un pequeño roedor que habita en la zona.

Era el lugar donde los Huarpes cumplían sus propios rituales y ofrecían sacrificios a los dioses y sobre el cual han sido encontrados petroglifos datados entre el VII y el X siglo d.C.

Los Huarpes fueron una población indígena preincaica que en el siglo XV ocupaba vastas áreas de las provincias argentinas de San Luis, Mendoza y San Juan y también de la provincia septentrional de Neuquén.
Fueron sometidos por los Incas en la época de su máxima expansión (siglo XV), los Huarpes adoptaron muchas de sus costumbres: la vestimenta y el cultivo de maíz y quínoa, pero mantuvieron prácticas propias como la caza y la pesca. Para pescar, utilizaban balsas de caña atadas que unían entre sí, muy similares a aquellas actualmente utilizadas en el Lago Titicaca, en Bolivia. Estas embarcaciones eran impulsadas por una pértiga. El método que utilizaban los Huarpes para cazar era “por cansancio”, seguían al animal, en general guanacos o ñandúes, corriendo por dos o tres días hasta que el animal, extenuado, no podía evitar la captura.

Los Huarpes vivían en los valles cerca de los ríos. Eran agricultores, sembraban maíz, quínoa, zapallo y calabaza y conocían los lugares más idóneos para sembrar y los períodos de siembra y recolección. La algarroba era el árbol que proporcionaba el alimento más importante de su dieta, moliendo sus semillas hacían harina con la que fabricaban el “Patay” o “pan indio” y también una bebida alcohólica: la “alloggia”.




Centro de Esqui Penitentes
Tomando el nombre de las extrañas formaciones rocosas que, observadas desde la ladera meridional del valle, parecieran representar una reunión de monjes, Los Penitentes se alzan en plena Cordillera de los Andes, a escasos kilómetros del imponente Aconcagua, y hacia el noroeste de la bella ciudad de Mendoza. De fascinante paisaje y múltiples alternativas, este Centro de deportes invernales invita a disfrutar unas vacaciones plenas de desafíos.
Magnífico lugar que permite la feliz convivencia de jóvenes, familias, montañistas, excursionistas y aventureros, Los Penitentes extiende sus 300 hectáreas de superficie esquiable y gran belleza natural, convocando a inexpertos, principiantes y avanzados a lanzarse en esquí por alguna de sus 28 pistas de diferentes desniveles y longitudes.
Esquí alpino, de fondo, de travesía, de competición, las opciones son variadas y la calidad de nieve excelente, sumándose a esta perfección el encantador sol mendocino.
En cuanto al snowboard, puede practicarse en todas las dimensiones del complejo invernal Los Penitentes, ya sea en pista o fuera de ellas, existiendo además un half-pipe natural, ideal para el desarrollo de esta arrojada disciplina.
Medios de elevación con una amplia capacidad de transporte; deslumbrantes espectáculos semanales entre los que destacan las bajadas de antorchas y las exhibiciones de slalom; restaurantes, confiterías, y una gran movida nocturna en pubs y discotecas, completan la infraestructura de servicios de Los Penitentes, sin olvidar la apasionante experiencia de hospedarse al pie del cerro, en alguna de sus múltiples ofertas hoteleras, complaciéndose con la comodidad de llegar hasta allí en esquís.

Las Cuevas Cristo Redentor
Las Cuevas es la villa fronteriza encargada de marcar el fin del recorrido argentino por la Ruta 7 hacia Chile. Dos caminos parten desde Las Cuevas: uno que inclinándose a la derecha conduce al Túnel Internacional abriendo paso hacia el país vecino; y otro que tendiéndose a la izquierda marca el recorrido hacia Paso Bermejo y el Cristo Redentor.

Ver alojamientos en Las Cuevas

El sinuoso camino de cornisa que lleva hasta el Monumento Histórico Binacional Cristo Redentor, se extiende a lo largo de aproximadamente 9 Kilómetros, desembocando en la altiva escultura de bronce que sirve de extraordinario límite a Argentina y Chile.

Símbolo de la paz fronteriza, meta desafiante de excursionistas, vista panorámica incomparable de las cumbres nevadas y los picos del cordón montañoso de Los Andes, el Cristo Redentor constituye un atractivo por excelencia de la provincia de Mendoza, y un punto de visita ineludible al disfrutar de Uspallata, sus propuestas y hospitalidad. Su acceso se torna más fácil en los meses de verano, mientras que entrado el otoño, la llegada al mismo es prácticamente imposible.

Desde Uspallata, se accede a Las Cuevas transitando 83Kms. por Ruta 7 a Chile. Desde allí, tomando el camino de la izquierda, otros 8Kms. dejan al pie del Cristo Redentor.




Cerro Aconcagua

Considerado uno de los paisajes más imponentes de toda la Argentina, el Cerro Aconcagua se alza en el extremo noroeste de Mendoza, con sus 6.959 m.s.n.m en la cumbre norte y sus 6.930 m.s.n.m en la cumbre sur, arrogándose el calificativo de “montaña más alta de América”. Atractivo, soberbio y desafiante, este pico es protegido por el Parque Provincial homónimo, el cual incorpora a los itinerarios turísticos incomparables bellezas y perspectivas.

El reconocido mirador existente allí, permite una majestuosa vista del Aconcagua que ningún visitante de Mendoza debería estar dispuesto a perderse. Cumbres de nieves eternas, altura incomparable, este apasionante punto del circuito mendocino permite experimentar una agradable sensación de libertad y pureza que no querrá abandonar rápidamente.

El “Centinela de América” -mote con el que se conoce al cerro-, constituye el espacio ideal para la práctica de andinismo, recibiendo cada año a escaladores de todo el mundo, que llegan hasta este perfecto escenario para desarrollar su actividad predilecta, vivenciando la adrenalina y saboreando el gusto del riesgo.

La laguna Los Horcones indica la puerta de entrada a la reserva de 75 mil hectáreas que rodea a la reconocida montaña, perfeccionando este circuito paisajístico y aventurero con panoramas magníficos y sensaciones indescriptibles. Guardaparques, refugios, plazas de andinismo en las rutas de ascensión, alquiler de mulas, son algunos de los servicios que ofrece el Parque Provincial para comodidad de sus visitantes.

Con su enormidad y hermosura, el cerro Aconcagua no admite copias ni representaciones. Así que, una vez en Mendoza, no se conforme con una postal, diríjase a este ostentoso pico y comprobará que ninguna foto abarca toda su belleza.



Bóvedas de Uspallata

Construcciones coloniales hechas de barro, cuyos techos exhiben una extraña forma de cúpulas. Se trata específicamente de tres hornos de adobe utilizados a fines del Siglo XVIII para fundición de minerales como oro y plata, y según se cree, empleados por el Ejército de Los Andes, liderado por el Libertador José de San Martín, en 1816 para fundir cañones.

Declaradas en conjunto Monumento Histórico Provincial y Nacional, la llegada a estas Bóvedas permite al visitante el encuentro con otras culturas y tradiciones.

Se ubican a pocas cuadras del centro de Uspallata.

Rutas Sanmartinianas

Cuna de la magnífica hazaña concretada por el General San Martín y su Ejército, Mendoza conserva en sí rastros de aquella historia y la revaloriza a cada instante.
Múltiples actividades permiten así al visitante acercarse al Padre de la Patria, a través del recorrido de los sitios que recorrió y el acceso a elementos que le pertenecieron.

Durante el verano, se puede participar de expediciones a caballo o mula por las diferentes rutas seguidas alguna vez por columnas del Ejército de Los Andes.
Apasionantes caminatas por tramos de las rutas cordilleranas empleadas por San Martín, acampando en las mismas zonas en que las tropas se detuvieron; simulación de un día en el Ejército de Los Andes; travesías todo terreno por las rutas Sanmartinianas, son algunas de las opciones que permiten conocer en mayor profundidad lo vivido por el General San Martín y sus acompañantes en la gesta libertadora.

Uspallata es un excelente punto desde el cual lanzarse hacia un viaje por la Historia Argentina y Latinoamericana a través de las rutas sanmartinianas.

SITIOS A VISITAR en Uspallata, Mendoza, Argentina

Hacia el sureste de Uspallata, a escasa distancia del centro, brota una montaña deslumbrante por sus múltiples y diferenciadas tonalidades. Atravesada por franjas cuyos colores compiten por resaltar unos más que otros bajo el cálido sol de Mendoza, e indescriptiblemente semejante al famoso cerro reinante en la Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy, esta formación mendocina, ha merecido el nombre de Cerro 7 Colores.

Atractivo capturado por cada cámara fotográfica que divaga por la zona, el Cerro 7 Colores se ha convertido en una postal del Valle de Uspallata, y ha pasado a constituir un recorrido obligado al excursionar por Mendoza.













PUENTE DEL INCA

El Puente del Inca es una formación rocosa que forma un puente natural sobre el río Las Cuevas. Está ubicado al noroeste de la provincia de Mendoza, Argentina, y su curiosa formación y pasado como hotel de baños termales lo han convertido en un punto turístico destacado, actualmente considerado un Área Natural protegida por la provincia.

Ubicación y descripción
Se encuentra a 2.700 metros de altitud, sobre la Cordillera de los Andes y entre los cerros Banderita Norte y Banderita Sur, en el Departamento Las Heras, distrito Las Cuevas. Dista unos 183 kilómetros de la Ciudad de Mendoza por la ruta 7, cerca del paso a Chile, y de la entrada principal del Parque Provincial Aconcagua.
Esta curiosidad geomorfológica tiene unos 48 metros de longitud, 28 de ancho y 8 de espesor, y se encuentra suspendido a 27 metros sobre el río. Penden de él una serie de estalactitas, inflorescencias cálcicas y en invierno agujas de hielo.
La formación se produjo por la erosión hídrica del río Las Cuevas que creó un pasaje a través de las morenas (sedimentos por el retroceso de glaciares) depositados en el valle con forma de artesa ("U"). Las aguas minero termales cementaron luego la zona con una carcasa ferruginosa, lo que le otorgó su curiosa forma y un colorido en los tonos del naranja, amarillo y ocre.

Clima
Tiene un clima templado, árido y continental, las temperaturas presentan una importante oscilación anual y las precipitaciones son escasas. El verano es cálido y húmedo, es la época más lluviosa y las temperaturas medias están por encima de los 25 °C. El invierno es frío y seco, con temperaturas por debajo de los 0°C.

Historia
En la época Colonial fue paso obligado de viajeros y correos a Chile y del Ejército de los Andes en la campaña de 1817.
A la altura del puente, en la margen derecha del río, se alojan cinco fuentes termales del mismo tipo pero con diferentes componentes salinos y temperaturas que van desde los 33 hasta los 38 °C; las mismas se denominan: Venus, Marte, Saturno, Mercurio y Champagne. Se considera que el agua posee propiedades curativas y anti-estrés por ser ricas en sales y cloruro de sodio, alcalinas, arsenicales, bicarbonatadas, cálcicas y sulfurosas. La transparencia está dada por el peróxido de hierro y las algas, que favorecen la decantación. Estas propiedades también provocan que los objetos expuestos a estas aguas sean mineralizados con una cubierta ferruginosa en menos de 40 días.
En 1925 se construyó el Hotel Puente del Inca, donde asistían las personalidades más importantes de la época. Cada habitación poseía su propio baño termal. En 1965 los frecuentes aludes, que un tiempo antes habían dejado inhabilitado el servicio del tren trasandino, destruyeron totalmente el hotel, salvándose sólo la pequeña capilla colonial, en donde provisoriamente se instaló el personal y los visitantes. Hasta la actualidad (julio 2009) el hotel permanece abandonado.

Leyenda
Existen varias leyendas quechua sobre la creación del puente, con una idea común y tres finales alternativos:
Antes de la llegada de los españoles, el heredero al trono del Imperio inca estaba afectado de una grave y extraña parálisis. Luego de intentar todo tipo de curas sin resultado, los grandes sabios del reino recomendaron al monarca que su hijo sólo podía ser sanado en una vertiente ubicada en una lejana comarca al sur. Entonces se preparó un grupo con los mejores guerreros y en caravana partieron desde Qosqo hacia el sur. Luego de meses de travesía en los que superaron infinidad de dificultades, dieron con las altas cumbres y vieron que al otro lado de una profunda quebrada _por la que bramaba un tempestuoso río_ brotaban las aguas termales que habrían de curar al heredero.
Los guerreros incas, para hacer realidad el sueño de su amado jefe, se abrazaron unos a otros y formaron un puente humano. Entonces el inca, caminando por encima de las espaldas de sus hombres, llevó a su hijo en brazos hasta la terma, en donde encontró la buscada cura. Cuando volvió atrás su mirada para agradecerles a sus guerreros, éstos se habían petrificado, creando el famoso puente.
En el momento en que estaban meditando sobre la forma de cruzar, el cielo se oscureció, tembló el piso granítico y se vio caer, desde las altas cimas, enormes moles de piedra con un ruido aterrador. Pasado el estruendo, los incas divisaron asombrados que la omnipotencia del dios Inti (el Sol) y de Mama Quilla (la Luna) habían creado un puente que les permitiría llegar sin dificultad hasta la fuente maravillosa. Transportaron hacia ella al Príncipe, quien bebió de sus aguas y pronto recuperó la salud.
Sabiendo que el monarca no sobreviviría hasta desandar el camino que les permitiría cruzar la quebrada, la caravana hizo un alto para pasar allí la noche. El dios Inti, que los había observado desde que salieron desde el centro del imperio, descendía tras las montañas conmovido por la pena que aquellos hombres sentían y decidió que los ayudaría a terminar su viaje. Al despertar los incas se maravillaron al descubrir, como si se encontrara allí desde el inicio de los tiempos, un sólido puente de piedra que llevaba hasta el otro lado del río, donde se hallaba la cura para el enfermo.

Actualidad
A pesar de la penosa explotación actual, con puestos de artesanía de segunda mano, actualmente Puente del Inca es una localidad potecialmente turística desde el punto de vista del trazado del Tren Trasandino. Numerosas empresas tienen en la mira a este sitio para emplazar un centro turístico. Esto se encuentra en confrontación con organismos conservacionistas, que proponen un desalojo de la zona y su conservación. Se está a la espera del comienzo del proyecto de renovación del tren trasandino, que une Argentina y Chile, para poder vislumbrar algún futuro sobre esta enigmático paraje de montaña. Lastimosamente y aunque no sea creíble, la formación ya se vio influenciada por el paso del turista: se modifico el curso del agua y así también la mineralización. Se tuvo que desmembrar un pedazo de roca para que las autoridades se dieran cuenta del daño que se estaba produciendo, a consecuencia de esto, el paso por el puente esta prohibido desde hace ya 5 años.